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Coronavirus

Los colegios de Ibiza se quitan la mascarilla a medias

A pesar del fin de la obligatoriedad, un 20% de los alumnos optan por seguir llevando la protección en el interior de las aulas

Algunos de los alumnos de Primaria del CEIP Sant Rafel optaron este lunes, primer día de clase tras Semana Santa, por ponerse la mascarilla en el aula | Daniel Espinosa

| Ibiza |

Alegría y cautela en el primer día sin mascarilla en las aulas de algunos centros educativos de Ibiza. A primera hora de la mañana decenas de alumnos llegaron al CEIP Can Guerxo con un gesto de incertidumbre que se notaba en sus despejadas caras.

Muchos empezaron a mirar a los docentes, buscando una mueca de aprobación, antes de pisar sin protección el suelo del vestíbulo del centro.

Hacía más de dos años que estos pequeños no se podían ver las caras dentro de las aulas. «Es un día histórico para la educación. Esperamos que no haya marcha atrás», destacó la profesora Pura García, docente de Primaria, minutos antes de comenzar su clase con más de 20 alumnos.

Al entrar, decenas de sonrisas bailaban en los rostros descubiertos de unos alumnos que habían cambiado la distancia física por trabajos en grupo y las actividades conjuntas dentro de clase. «Hemos vuelto a crear el Club de los Mellados. Vamos apuntando los dientes que se caen en una ficha con dibujos», subrayó Pura García, mientras el alumno Carlitos Marí abría la boca bien grande para enseñar el hueco dejado por el diente caído.

Natalie Enrique, su compañera de pupitre, miraba a la profesora extrañada. «Llevan toda la mañana preguntándome por qué sigo llevando la mascarilla si ya no es obligatorio», subrayó esta docente. Según García, en su caso, prefiere mantenerse «prudente» durante más tiempo.

Las alumnas de Primaria del CEIP Sant Rafel Noemí Cardona, Ona Tur y Alejandra Ilea.

En este sentido, aunque la mayoría de los alumnos y profesores optaron por quitarse el cubrebocas, un 20 % decidió volver de las fiestas de Semana Santa bien protegidos. «Dos de cada diez estudiantes que entraron por la mañana en el centro llevaban el rostro cubierto», subrayó una de las educadoras del CEIP Sant Rafel, en el municipio de Sant Antoni, durante el descanso. Por su parte, la directora de este centro, Elena Cardona, se mostró muy contenta de volver poco a poco a la normalidad.

«Teníamos muchas ganas de poder ver una sonrisa en los rostros de los pequeños al impartir las clases. Los ojos dicen mucho, pero la expresión de la cara es el reflejo de sus emociones», puntualizó Cardona junto a la clase de tercero de Primaria a la que pertenecen las alumnas Noemí Cardona, Ona Tur y Alejandra Ilea. Estas tres escolares optaron por asistir ayer al centro educativo con la cara cubierta. Sus motivos son diversos, entre ellos el miedo, la precaución o la costumbre de llevarlas. «Mi hermano es asmático y prefiero no quitármela por ahora», señaló Ona Tur con mucha prudencia.

Estudiantes del CEIP Can Guerxo durante la clase.

Por su parte, según la docente Noemi Ángulo, entre el profesorado, solo hay una educadora en todo el centro que la porta por cautela y prevención. «Todo el claustro está contento con esta nueva implantación. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de retirar la obligatoriedad, esto significa que cualquier alumno puede seguir llevándola. Hemos visto que la vacunación ha ido bien y hay que empezar a normalizar y a convivir con la covid», subrayó la profesora.

Las familias

En este sentido, desde la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAPA) de Ibiza también se mostraron ayer satisfechos con esta medida de desescalada. «Valoramos esta medida positivamente, pero no es hora de venirse arriba. Hay que seguir siendo prudente y continuar cumpliendo otras restricciones como la distancia de seguridad y la correcta ventilación en las aulas», subrayó la presidenta de la entidad, Pepita Costa, a Periódico de Ibiza y Formentera. No obstante, esta buena bienvenida no ha sido del todo generalizada. Sin ir más lejos, algunos sindicatos de educación se han mostrado más reticentes estos últimos días a la hora de hablar sobre el real decreto que aprobó el fin de las mascarillas en las aulas.

En esta línea, según Pere Lomas, portavoz del sindicato STEI, estas entidades, en ningún momento, han cuestionado las medidas sanitarias o de salud pública que han determinado esta nueva norma que elimina el uso de la mascarilla en interiores.

«Hay que aceptar los criterios médicos que están en marcha», puntualizó. Asimismo, desde el sindicato tampoco quisieron valorar su implantación en los colegios. Sin embargo, afirmaron que el hecho de que el cubrebocas no sea obligatorio no impedirá que si alguien la quiere llevar lo pueda hacer. También señalaron que en todos los centros educativos hay un protocolo que establece cómo llevar a la práctica esta nueva medida.

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