El Ayuntamiento de Sant Josep de sa Talaia ha completado la retirada de muertos de fondeo localizados en la bahía de Porroig, un lugar que en las últimas temporadas sufría una fuerte presión de embarcaciones y donde se había detectado la actividad de chárteres ilegales. Con esta acción desde el equipo de gobierno se quiere poner freno al intrusismo en este sector y reducir el impacto severo que esta actividad irregular estaba causando sobre las praderas de posidonia en esta zona. «Este mandato estamos actuando para acabar con una situación que nos perjudica a todos porque echa a perder nuestro litoral y se apropia de aquello que es de todos, y estamos decididos a seguirlo haciendo. Estamos comprometidos en la lucha por un mar vivo, con unas aguas limpias y libres de fondeos ilegales», ha dicho el alcalde, Ángel Luis Guerrero.
Ahora que se ha limpiado el fondo marino, Guerrero, ha pedido que la Demarcación de Costas y la Guardia Civil refuercen la vigilancia de este tramo del litoral josepí para evitar que se tiren más muertos y asegurar que siga libre de fondeos ilegales.
Esta actuación, en la que se han retirado 91 estructuras de fondeo con un peso de 63 toneladas, se ha llevado a cabo coincidiendo con una nueva intervención en Port des Torrent, de donde se han retirado otros 40 muertos con un peso de 26 toneladas. En total, se han extraído 131 estructuras de fondeo con un volumen de casi 90 toneladas de varios tipos de materiales: hormigón, cadenas y diversa chatarra utilizada para lastrar los muertos al fondo.
La retirada se ha llevado a cabo entre los días 11 y 26 de abril y ha durado más de lo previsto a causa de la climatología adversa, que ha impedido trabajar a los equipos de submarinistas durante varias jornadas. Los muertos retirados se han depositado en los muelles de los puertos de Sant Antoni e Ibiza antes de transportarlos hasta el vertedero insular.
En el caso de la bahía de Porroig, se disponía del estudio realizado con la colaboración del área marina del GEN por la localización de elementos de fondeo y su composición. Este documento caracterizaba un total de 112 estructuras, formadas por bloques de hormigón, ruedas de camión, motores, etcétera. De estos, el 90% se encontraban en uso en el momento de hacer el estudio y el 78% se situaban sobre praderas de posidonia. La mayoría de estos muertos se encuentran en la cala de Porroig, la franja más próxima al lado del mar, con el peligro añadido que esto supone por la abundancia de bañistas que visitan esta zona.
Con esta nueva situación, la Demarcación de Costas podrá sancionar más fácilmente las embarcaciones que fondeen, ha explicado el regidor de Playas y Litoral, Josep Guasch: «De ahora en adelante cualquier yate que se encuentre amarrado se podrá hacer responsable de la agresión al medio que supone tirar un muerto en el mar, porque ya no queda ninguno utilizable».
La regidora de Medio Ambiente, Mónica Fernández, ha recordado que «la posidonia es un hábitat prioritario a proteger que da riqueza y biodiversidad a nuestro mar y no tenemos que permitir estos ataques a uno del valores naturales más importantes de nuestras islas, que además es el elemento que garantiza la calidad de nuestras aguas».
Fernández también ha lamentado que, aprovechándose del refugio que proporciona Porroig, muchos chárteres ilegales usaban este lugar como base de operaciones de su actividad, «con una avalancha de personas que molestaba a los usuarios que quieren disfrutar de la tranquilidad de la bahía y nos causaba un problema de gestión de residuos importante porque los piratas náuticos bajaban gran cantidad de bolsas de basuras de los barcos sin ningún control. Confíamos que esto se acabe porque no los queremos en nuestro mar», ha insistido.
Paralelamente, también se ha vuelto a actuar durante dos días en las aguas de Port des Torrent, completando la intervención que ya se hizo el año pasado en la parte josepina de la bahía de Portmany, cuando se retiraron de los fondos marinos un total de 237 estructuras de fondeo y con un peso de 111 toneladas. Una parte de los 40 muertos retirados este año se ha comprobado que se tiraron en el mar después de aquel operativo. Con estos, el total de estructuras de fondeo retirados sube a 277, con un volumen de 120 toneladas, lo que indica el alcance de la agresión que ha representado la actividad náutica irregular en los últimos tiempos. «Nuevamente volveremos a balizar como área de baño los primeros 150 metros desde la costa, con lo que cualquier embarcación que penetre este perímetro se arriesga a fuertes sanciones para poner en riesgo las personas», ha señalado Guasch.