Más de 180.000 vehículos recorren las carreteras y calles de la isla de Ibiza durante los meses fuertes de la temporada turística, es decir, julio y agosto. De estos, unos 10.000 coches forman parte del parque de automóviles de alquiler, que alcanza su auge en el mismo periodo de tiempo. Los números han alarmado a las instituciones ibicencas, según señaló este lunes el presidente del Consell d'Eivissa, Vicent Marí, tras la celebración del primer Consell d'Alcaldes presencial después de la pandemia de COVID-19.
El estudio ha sido realizado por la institución insular con datos de la Dirección General de Tráfico, del propio Consell y de la Autoridad Portuaria de Baleares (APB). Han sido los de esta última entidad los que han permitido cuantificar qué cantidad de coches de alquiler han llegado durante las últimas temporadas turísticas a Ibiza. Datos que también indican que, cada verano, desembarcan en la isla unos 15.000 coches privados.
«Hace falta un control», señaló Marí, quien también indicó que para ello será necesario llevar a cabo «una modificación legal». Este control, añadió, será puntual pues solo se activará durante los meses en los que más entradas de coches se registran en Ibiza. «Se trata de una regulación para unos momentos del año», añadió el presidente, «la máxima concentración se da en julio y agosto. Hay que poner medidas para evitar esta presión sobre las carreteras».
Para ello, el Consell y los ayuntamientos abrirán en breve una ronda de contactos con los agentes económicos y sociales con el fin de conocer su postura ante este cada vez más grave problema. En el próximo encuentro del Consell d'Alcaldes, que se prevé para después de agosto, las administraciones pondrán sobre la mesa sus propuestas para acotar la entrada de vehículos en Ibiza. Sin embargo, no hay un plazo para que este sistema de control pueda ser aprobado y activado. En este sentido, Vicent Marí se limitó a explicar que el siguiente paso será el de analizar con las administraciones qué alternativas existen para poner fin a «la saturación». «Lo primero era conocer las cifras», subrayó el presidente, «y vemos que la tendencia es que cada vez vaya a más».
A la situación de saturación se unen otros problemas como el hecho de que estas flotas de coches de alquiler no estén censadas ni paguen impuestos en los ayuntamientos de la isla. Sin embargo, es en Ibiza donde operan y donde generan problemas como el de la saturación.
A esto se suman situaciones derivadas del cambio de modelo turístico de Ibiza. Es decir, el sector depende cada vez menos de los turoperadores y recibe a un número mayor de visitantes que vienen por su cuenta, bien con su propio vehículo, bien con uno de alquiler. Este fenómeno antes no se producía pues los propios turoperadores se encargaban del transporte de sus clientes. «Ahora cada vez viene más gente por su cuenta», explicó Marí, «alquilan coches, hacen estancias más cortas… Esto genera más necesidad de vehículos».
Grave es también el hecho de que, según el estudio presentado por el Consell a los alcaldes, en Ibiza hay más coches que residentes. En 2021, y según datos del Instituto Nacional de Estadística, vivían en la isla 152.820 personas. En el mismo periodo, según los números recabados por el Consell, circulaban por Ibiza más de 156.000 automóviles.
Fue el alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, el que este lunes incidió en estos números para destacar su gravedad. «La cifra es preocupante», aseguró. Y mostró su confianza en el que el nuevo sistema de transporte público que prepara el Consell sirva para reducir esta superioridad de vehículos sobre personas. «La nueva concesión del transporte público del Consell», afirmó el socialista, «será un antes y un después en la movilidad». Tanto Ruiz como Marí coincidieron en que el hecho de que la situación actual del transporte público ibicenco sea «deficiente» ha provocado este incremento de coches en la isla. «Creemos», afirmó Ruiz al respecto, «que, con el nuevo servicio, se podrá tener una isla menos colapsada».
El ejemplo de Formentera
Aunque aún no está claro qué sistema de control podría implantar el Consell d'Eivissa para acabar con el exceso de vehículos, todas las miradas están puestas en Formentera. En la menor de las Pitiusas, los turistas deben solicitar un permiso para circular por la isla, a cambio del cual deben abonar una tasa de un euro diario. Cada día, el Consell otorga un máximo de 2.700 permisos para automóviles y 7.000 para motocicletas, en los casos de vehículos de alquiler. Quienes desean acceder a estos permisos, deben hacerlo a través de una página web. En el caso de los visitantes que llegan con su propio vehículo, el máximo se fijó en 2019 en un total de 2.280 turismos y 230 motocicletas. Una vez que se agota el cupo, ya nadie más puede solicitar otro permiso hasta el día siguiente. Estos límites afectan incluso a los residentes en Ibiza. El techo en este caso es de 220 turismos y 20 motocicletas.
El presidente del Consell d'Eivissa descartó ayer pronunciarse sobre si esta sería la opción ideal para la mayor de las Pitiusas. Vicent Marí recordó, en este sentido, que en la Unión Europea hay 21 islas que ya cuentan con sus propias regulaciones para limitar el acceso de coches y motos. «No queremos adelantar conclusiones», aseguró, «hay que hacer un marco regulatorio porque, si no, se puede llegar a un punto de saturación y el Consell tiene que tener las herramientas necesarias para evitarlo».
El apunte
Yllanes apuesta por declarar la isla entera como zona de bajas emisiones
Gisela RevellesPor su parte, Juan Pedro Yllanes, vicepresidente del Govern y conseller de Transición Energética, se pronunció este lunes sobre la intención de Ibiza de regular el tránsito de coches. «Ibiza tiene más coches que personas censadas. No sólo hay que electrificar la movilidad; también hay que reducir los vehículos en las carreteras y potenciar el transporte público. Declarando la isla entera como zona de bajas emisiones podemos hacerlo», explicó en su Twitter.