El Ayuntamiento de Sant Josep procedió ayer a ampliar la zona de paso prohibido en la playa de es Bol Nou después de que ayer por la mañana se produjera un desprendimiento de la parte superior de los acantilados del margen derecho (según se llega desde la costa) de este lugar. El material que cayó son rocas de grandes dimensiones mezcladas con tierra y, afortunadamente, cuando se produjo el desprendimiento no había personas cerca. El material cayó sobre la línea de cuerda que delimitaba el perímetro más cercano a la vertical.
El departamento de Litoral y Playas decidió ayer ampliar la separación de las cuerdas en un metro más en el área que ya estaba acotada alrededor de este punto, de unos 30 metros, en la zona central de la playa. Según explicaron desde el Consistorio, el aumento del perímetro de seguridad se considera «aconsejable» porque, a raíz de este desprendimiento, originado a unos 20 metros de altura, ha quedado colgando un trozo de roca muy fino. Para evitar situaciones de peligro, Sant Josep pide a Costas que proceda a su retirada o bien que autorice a Sant Josep a hacerlo caer de manera controlada.
Según recordaron desde el Ayuntamiento josepí, esta playa sufre una gran erosión debido a la composición de los acantilados, que son de tierra poco compacta y muy expuesta a las inclemencias meteorológicas, hecho por el cual son «relativamente habituales» episodios como el registrado ayer por la mañana. De hecho, hay carteles informativos en la zona que alertan a turistas y residentes sobre la posibilidad de que haya desprendimientos de rocas. La última caída de rocas que obligó a cerrar algún tramo de esta playa ocurrió en septiembre de 2019, según recordaron desde Sant Josep.