Cala Salada y Cala Saladeta, ambas playas pertenecientes al municipio de Sant Antoni de Portmany, iniciaron este viernes el servicio de control de acceso de vehículos al estacionamiento de esta zona.
Una medida que el Ayuntamiento de Sant Antoni lleva realizando desde hace ya varios años porque ambas playas son de las más concurridas de la isla y no cuentan con el espacio suficiente para abarcar todos los vehículos.
Solo residentes
«Es un control que se realiza desde hace mucho tiempo y solo es para vehículos porque no hay suficientemente espacio y así controlamos que no haya coches mal aparcados que obstaculicen el acceso de vehículos de emergencia o a residentes de la zona», ha explicado Neus Mateu, regidora de Gobernación y Medio Ambiente, a Periódico de Ibiza y Formentera.
Tal y como ha aclarado Mateu, este control únicamente se realiza en estas dos playas del municipio, ya que «no existe esta problemática en las otras cinco playas restantes».
Por tanto, desde este viernes y hasta el próximo 15 de octubre, durante el horario de 10 a 16 horas, el estacionamiento de estas dos playas se mantendrá restringido. Únicamente los vehículos de los residentes o trabajadores de la zona, así como los de movilidad reducida, taxis o motocicletas, podrán acceder sin ningún problema.
«Me parece una medida correcta. Si no lo regulasen no podría ni salir de mi casa. Estas dos playas siempre se llenan en verano», contó Víctor, vecino de la zona que reside desde hace 8 años en los alrededores de Cala Salada.
Para otros, en cambio, esta postura adoptada por el Ayuntamiento no acaba de convencerles. «Soy de Sant Antoni y, pese a que es una de las playas que más me gustan, he dejado de venir en temporada por el parking. No tiene sentido que en agosto hagan aparcar el coche en Can Coix y coger un autobús, encima pagando», denunció Laura.
La idea es que todos aquellos que no consigan hacerse con un hueco en el estacionamiento de tierra de Cala Salada dejen el vehículos en el exterior del polideportivo Can Coix, que se sitúa a unos kilómetros de la playa.
Como solución, desde el Ayuntamiento pondrán en marcha de nuevo la línea regular de transporte público L34 que conecta la Estación de Autobuses de Sant Antoni con el aparcamiento de Can Coix y Cala Salada.
«Para mi esta playa se acaba en junio o julio. Ahora aprovecharé los fines de semana. La verdad que en 2020, cuando no estaba la barrera que limitaba el aparcamiento, disfruté muchísimo de Cala Salada», afirmó Vicent, un joven que suele frecuentar esta playa.