Una gran rotonda de 80 metros distribuirá a los vehículos en el cruce de ‘Los Cazadores'. La intersección entre las carreteras EI-200, EI-300 y la EI-631 contará así con un nuevo diseño que se pretende que dé solución al gran número de accidentes registrados en este punto negro de las carreteras ibicencas.
El Consell d'Eivissa sacó a exposición pública este martes el estudio informativo del acondicionamiento de este tramo de la red viaria. El presupuesto previsto para las obras será de 5.187.364,98 euros, una vez incluidos el IVA y los demás conceptos que requieren el proyecto, como expropiaciones o la conservación del patrimonio.
El montante supone un incremento notable de las previsiones iniciales de la institución, que en junio de 2021, cuando salió a licitación la redacción del proyecto, estimaba su coste en unos tres millones de euros.
La rotonda de grandes dimensiones abarcará el cruce actual de la carretera de Santa Eulària (EI-300) con la pequeña glorieta que ditribuye el tráfico hacia Sant Joan (EI-300) y Sant Rafel (EI-631).
Esta intersección recoge el tráfico de las carreteras de Santa Eulària y Sant Joan, por lo que los volúmenes de tráfico soportados son elevados, provocando en muchos casos importantes retenciones de tráfico que dificultan las conexiones entre los mencionados núcleos y la capital insular.
Por otro lado, también conviene destacar, que una de las principales causas relevantes de la siniestralidad del tramo es debida a la elevada velocidad de los vehículos que se pretende reducir con la construcción de la glorieta.
Cuatro opciones
El proyecto seleccionado es el que mejor valoración ha obtenido de los cuatro propuestos en la redacción del estudio informativo. Consiste en una glorieta al mismo nivel de 80 metros de diámetro con cuatro salidas: a Ibiza, a Santa Eulària, a Sant Joan y a Sant Rafel.
Las otras opciones planteaban: una glorieta de 60 metros de diámetro para los desvíos a Sant Joan y Sant Rafel y una vía directa entre Ibiza y Santa Eulària, una glorieta de 90 metros de diámetro a un nivel superior con una vía directa entre Ibiza y Santa Eulària que pasara por debajo y una una glorieta de 80 metros de diámetro sobreelevada con una vía directa entre Ibiza y Santa Eulària a nivel inferior.
Los encargados de la redacción del estudio elaboraron un informe con puntuaciones en varios criterios para dar con la opción más adecuada teniendo en cuenta tanto los aspectos funcionales como los técnicos, ambientales y económicos.
La opción seleccionada es la que mejor puntuación obtuvo en materia técnica (afección al tráfico y dificultad de construcción) y económica, mientras que recibió la segunda mejor puntuación por su funcionalidad (capacidad del tráfico y seguridad vial) y por el respeto al patrimonio.
La nueva rotonda
Las cuatro carreteras conectadas a la rotonda tendrán dos carriles de acceso para favorecer el flujo de entrada de vehículos. En dirección a Ibiza y a Santa Eulària habrá dos carriles de salida por necesidades de capacidad de tráfico, mientras que en las carreteras a Sant Joan y Sant Rafel habrá uno.
Se crean vías de servicio para acceder a las propiedades colindantes que conectan directamente con la glorieta. Con ello se quiere eliminar el problema, sobre todo de acceso, que existía en el caso de la carretera de Ibiza a Santa Eulària, dado que estaban conectados a una vía directa en la que los vehículos no respetaban el límite de velocidad a 60 km/h.
Las obras se aprovecharán para incluir las vías ciclistas previstas en la red insular. En este caso el carril bici e itinerario peatonal mediante un paso inferior que cruza bajo los ramales de la EI-300 del lado Ibiza, y dos pasos inferiores bajo la glorieta, sin que se produzcan, por tanto, cruces al mismo nivel de las bicicletas y los peatones por los viales destinados a los vehículos a motor.
La ubicación de las paradas de autobús permite mantener la parada de Can Creu de las líneas 13, 20, y 23.
El apunte
Solución a un punto negro de la red viaria de Ibiza
Isaac Vaquer FerrerEl Plan Director Sectorial de Carreteras de Eivissa de 2016 (PDSCE) recogía una serie de programas de actuación para dar solución a las deficiencias detectadas. Entre ellos, se define el Programa de Seguridad Vial que persigue «mejorar las condiciones de seguridad de las carreteras del sistema viario de Ibiza, actuando preferentemente en aquellos tramos con mayores déficits de seguridad» Ese mismo año se elaboró el «Estudi d’accidentalitat de les carreteres del Consell Insular d’Eivissa». El estudio indica que la carretera·EI-300 en el tramo objeto de este documento posee un índice de peligrosidad elevado y esa intersección concreta se recoge como un «punto negro».