La discoteca DC10, después de innumerables quejas por parte de los vecinos y de haber desmentido a este periódico la orden de cierre de los equipos de música en el exterior, ha anunciado este lunes que no habrá música en el jardín por orden municipal. Los equipos de música de la zona exterior del local fueron precintados por la Policía Local de Sant Josep la semana pasada.
El local ha explicado en un comunicado a través de las redes que «desgraciadamente nos vemos obligados a apagar la música en el jardín después de las quejas del municipio de Sant Josep para reducir los decibelios a 75, algo obviamente inaceptable. Esta es una condición imposible para realizar el trabajo del artista». Desde que empezó la temporada no han cesado las quejas entre los vecinos de Sant Jordi y ses Salines que han tenido y siguen teniendo que convivir con el alto volumen de los equipos de música de la discoteca.
«Estamos intentando entender las motivaciones reales de las autoridades que hay detrás de estas inesperadas quejas. Actualizaremos la información lo antes posible y, mientras tanto, también supervisaremos cuidadosamente cómo operarán otros clubes y establecimientos y sus respectivas áreas al aire libre bajo estas circunstancias», así ha concluido el comunicado de la discoteca DC10.
Racismo, intolerancia, incultura... Los que me han criticado (muchas veces en el anonimato de pseudónimos) se lucen. ¿Que ha pasado con esa tolerancia que caracterizaba justamente Ibiza? Que triste ver (y leer) todo esto. Cuánta hipocresía, cuando con estas medidas que se defienden aquí, los políticos solo buscan ganar los votos de una minoría. Una minoría que muchas veces se lucra o beneficia (de una forma u otra) de este turismo que tanto crítica. Está claro que tienen que existir limitaciones, y al contrario de lo que he leído aquí, nadie piensa que "todo vale". Pero proponer bajar a 75 decibelios la música de un concierto es como decir que autorizo la organización de una carrera de coches en un circuito, pero limitando la velocidad a 70 por hora... Entonces mejor prohibir directamente cualquier música en exterior, ¿pero de verdad Ibiza sería la misma sin su banda sonora? Yo soy de los (muchos, por suerte) que piensan que no. Prohibir es fácil. Dialogar, buscar soluciones o debatir de forma constructiva, no tanto. Y los comentarios que podemos leer por aquí lo demuestran. Para los que estéis un poco más abiertos de mente, os recomiendo un libro: Balearic: historia oral de la cultura de club en Ibiza. Vais a entender que si Ibiza hoy es Ibiza es en gran parte gracia a la música (¡Y no solamente electrónica!) y a sus clubes. Hay una Ibiza para todos, está claro, y con tan solo uno poco de tolerancia creo que todo el mundo podrá vivir en harmonía.