Ubicada al oeste de la isla, a cuatro kilómetros de la localidad de Sant Antoni siguiendo la costa, encontramos la famosa Cala Bassa, una cala que cuenta con muchos de los ingredientes que caracterizan a las mejores playas de Ibiza: arena fina, agua de un color azul turquesa y rodeada de naturaleza gracias a un bosque de pinos mediterráneos.
De hecho, la frondosidad de esta vegetación se convierte en un plus los días más calurosos del verano en Ibiza, sobre todo para aquellos que van a la playa con lo imprescindible y prefieren olvidarse de la sombrilla y cobijarse bajo las sabinas.
Eso sí, para aquellos que sí lo decidan, plantar la sombrilla o incluso estirar la toalla se ha convertido en una ardua tarea, especialmente si pasan las primeras horas de la mañana. Al no ser una de las playas más extensas de la isla, y contar con transporte público y facilidad de llegar, esté muy concurrida.
Eso, sumado al espacio que tiene el único beach club de la zona afincado desde hace más de nueve años, hace que se llene muy rápido.
«Recuerdo que cuando mis hijos eran pequeños, nos juntábamos todos los domingos la familia al completo para hacer una ‘torrada' en Cala Bassa», explicó Margarita, una ibicenca de padres cacereños, a Periódico de Ibiza y Formentera. «Poco a poco nos han ido echando de aquí. Entre la complicación de encontrar un sitio donde sentarte y los precios prohibitivos que tiene el beach club», finalizó.
Y no es para menos. Desde su construcción en 2011, este beach club se ha extendido en una de las playas preferidas por muchos de los ibicencos. De principio a fin, de lo más cercano a la playa hasta el último grano de arena: todo tiene una etiqueta de este establecimiento.
«Mis cumpleaños de niña los celebraba aquí. Ahora suena a auténtica locura», señaló Abril, una joven que asegura «no pisar Cala Bassa desde hace muchos años, excepto en invierno». Entre la invasión de grandes camas lujosas y el abarrotamiento de gente, los ibicencos tienen claro cuando volver a nadar entre las aguas de Cala Bassa: de noviembre a marzo.
Sin embargo, por lo general Cala Bassa es una playa familiar y tranquila. En su costa de arena fina y aguas cristalinas pueden verse especialmente familias con niños practicando esnórquel o simplemente disfrutando del baño.
«Siempre aprovecho mi día libre para venir a Cala Bassa con los niños. No hay oleaje y es poco profunda», señaló Cristina, vecina de la zona.
Para Tomás, uno de los socorristas de la cala, es una playa «muy tranquila, aunque por la tarde más ajetreada y pueden verse grupos con música».
Además de ser un sitio privilegiado para el baño, en Cala Bassa también se pueden apreciar bonitas puestas de sol.
Asimismo, muy cerca de Cala Bassa se encuentran otra de las dos playas más populares de Ibiza: Platges de Comte y Cala Tarida, por lo que es muy fácil plantarnos en cualquier de estas dos en pocos minutos de coche. Eso sí, tanto para acudir a Cala Bassa como a Platges de Comte y Cala Tarida hay que ejercer la paciencia para encontrar aparcamiento.