«Estas últimas semanas han sido un infierno». David lleva 17 años como albañil y actualmente es uno de los trabajadores implicados en la remodelación de Isidor Macabich. Suele comenzar su jornada en torno a las 7 de la mañana cuando todavía está saliendo el sol. «A veces, te juegas la vida. Agua y algún rato de sombra es lo único que tenemos para protegernos», puntualizó.
Al igual que David son muchos los trabajadores que están permanentemente expuestos al sol y a altas temperaturas durante gran parte de su jornada laboral: obreros, repartidores técnicos de mantenimiento o camareros, entre otros.
Fin de semana de récord
Ibiza registró este fin de semana temperaturas récord, superando los 40ºC en algunas zonas. Temperaturas a las que nadie está acostumbrado, aunque lleves toda la vida trabajando con esas condiciones. «Además de trabajar entre 10 y 12 horas, lo hacemos a pleno sol y el desgaste es mayor», explica Juan Sánchez, camarero de playa en un conocido beach club, a Periódico de Ibiza y Formentera.
En su caso, también trabajaba en la hostelería en Sevilla, su ciudad natal, pero asegura que «eran menos horas, solía trabajar en terrazas cubiertas y no había humedad como aquí».
Muchas veces, la indumentaria es un lastre más que potencia las altas temperaturas. «Imagínate el calor. Al final, sabemos que nuestro uniforme es protección. No podemos hacer otra cosa», señaló Carlos, mientras trabajaba como técnico en Cala de Bou instalando fibra óptica, trabajo en el que lleva más de dos años.
«Agosto siempre es el peor mes de todos. Aunque este año está siendo terrible», apuntó Carmen Martínez, mientras recogía una mesa del restaurante en la que trabaja en Vara de Rey. Por supuesto, opiniones hay muchas y no todo el mundo piensa igual. «Yo estoy acostumbrado. Me paso de media unas 4 horas en la calle y en horas fuertes de sol», señaló Enrique, repartidor de Correos que realizaba la ruta del día.
Seguridad de los trabajadores
La interminable ola de calor ha dejado en nuestro país miles de hectáreas quemadas por incendios forestales y más de 1.000 muertes. De estos fallecimientos, dos fueron trabajadores que perdieron la vida mientras cumplían con su jornada laboral en Madrid.
A partir de entonces empezó un revuelo por la seguridad de los trabajadores tanto en redes sociales como en tertulias televisivas.
Según la ley, las empresas están obligadas a mantener unos mínimos y unos máximos de temperatura para sus trabajadores.
En el caso de aquellos que tengan que trabajar en condiciones de calor extremo, pueden acortar su tiempo de exposición al sol sin ver reducido su sueldo. Asimismo, desde la empresa deben proporcionar de todo el material necesario para proteger del calor, así como poder modificar los turnos de trabajo evitando franjas horarias más peligrosas.