‘Maquetos', el último libro de la ex política Rosa Díez, cuenta la historia de una generación de españoles que emigraron al País Vasco, algunos por razones económicas y otros por razones políticas, «que fueron despreciados por el nacionalismo por venir de otros lugares de España». Díez, que presentará esta tarde su libro en el Centro Cultural de Jesús, recalcó que este término despectivo de «maquetos» servía para señalar a estos ciudadanos «como ciudadanos de segunda» en una etapa «en la que ya había democracia o cuando estábamos en las postrimerías del franquismo».
«Es una realidad muy poco conocida», reveló, «es una historia oculta y ocultada del Partido Nacionalista Vasco, que es conocido por muchas personas como un partido radicalmente democrático, cuando en la época del franquismo fueron colaboracionistas con el régimen y fueron traidores a la república en el pacto de Santoña de 1937», donde se alinearon con Mussollini.
En definitiva, ‘Maquetos' es «una historia de buenos ciudadanos que vinieron al País Vasco a ganarse la vida y que produjeron la prosperidad de esta comunidad autónoma, que fueron señalados y perseguidos por los vascos malos, en este caso los terroristas». «Ya no nos llaman maquetos», matizó Díez, «pero si no te haces del nacionalismo obligatorio probablemente jamás podrás leer el pregón de fiestas de San Sebastián, por poner un ejemplo», ironizó.
De González a Zapatero
La ex política y escritora apuntó a su vez al giro radical dado por el PSOE en España como parte fundamental del actual poder con que cuentan los nacionalistas en el territorio nacional. «El Partido Socialista Obrero Español tiene una historia de defensa de la democracia y fue, junto con el Partido Popular o con la gran fuerza conservadora de entonces, constructor de la transición y, por tanto, de la democracia». Sin embargo, desde la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero, «abandonó su seña de identidad fundamental, que era la libertad y la igualdad», que ha sido sustituida «por el abrazo a la identidad. El pluralismo es una riqueza, pero la diferencia de derechos es una traición a la democracia. A día de hoy el discurso de los socialistas no se distingue del de los nacionalistas, y esto es una pobreza desde el punto de vista del país y desde luego es una traición desde el punto de vista ideológico para el PSOE».
Pedagogía democrática
Este panorama hace que, en opinión de Rosa Díez, sean necesarias en toda España asociaciones como Sociedad Civil Balear «porque hemos construido la democracia pero no se ha hecho pedagogía democrática, y no nos han educado en algo tan elemental como que las instituciones necesitan quien las defienda y que no podemos encargarle su defensa sólo a quienes forman parte de ellas», insistió. «Los parlamentos y el poder político son importantísimos, las elecciones son imprescindibles pero la sociedad civil tiene que organizarse. Hay que defender las instituciones porque no se defienden solas, y no tenemos costumbre de vertebrar la sociedad a través de asociaciones cívicas como es el caso de Sociedad Civil Balear», reconoció.
Díez hizo hincapié en que «hay derechos que defender, y en unos lugares de España se vulneran con más dureza que en otros. En aquellos lugares donde gobiernan los nacionalistas directamente, o donde lo hacen a través de los socialistas, empezando por la escuela el nacionalismo lo impregna todo».
La fundadora de Unión, Progreso y Democracia subrayó que, más que el nacionalismo en sí, «lo que me preocupa es que los socialistas hayan dejado de serlo, de ser un partido que defiende la unidad de la nación española y, por tanto, la igualdad de todos los españoles ante la ley y se haya rendido ante el etnicismo y ante el nacionalismo simple y llanamente por conseguir mantener el poder».