Representantes de la asociación IbizaIn y de la Once han realizado esta mañana una pequeña ruta por parte del casco urbano de Sant Antoni con miembros del equipo de gobierno y técnicos municipales para detectar todos aquellos obstáculos para la movilidad que tienen las calles de la localidad para las personas con movilidad reducida.
Aunque en los últimos años se «ha hecho mucho» en este sentido, según ha explicado la presidenta de IbizaIn, Susana Ribas, «todavía queda mucho por mejorar». «En el aspecto de movilidad estamos mal en Ibiza en general. Es verdad que en los últimos años se ha empezado a trabajar en esto, algunos municipios más y otros menos, y poco a poco se trata de ir arreglando todo lo que ya está hecho y que las cosas que se hagan nuevas ya se miren desde un punto de vista de accesibilidad para todo el mundo», ha explicado. «Todos algún día seremos viejos y a todos nos costará subir un escalón, por lo que un mundo sin escalones sería fantástico».
Según Ribas, desde IbizaIn han empezado a trabajar en el aspecto de la accesibilidad «porque cuando te mueves por este mundo te empiezas a fijar en cosas en las que antes no te habías fijado y te afectan directamente. Entonces ves que está todo peor de lo que tú te pensabas que estaba». Este es el caso de las plazas de aparcamiento para personas con movilidad reducida. Si bien es cierto que cuando vas por Sant Antoni ves que hay un buen número de estas plazas reservadas, «cuando coges el metro ves que prácticamente el 90% de ellas no cumplen las medidas que exige la ley o no cuentan con un rebaje en la acera para poder acceder desde el vehículo», ha comentado la presidenta de IbizaIn. «Todas estas cositas creemos que se pueden ir arreglando».
Por su parte Jose, uno de los usuarios de silla de ruedas que ha formado parte de esta comitiva en busca de las barreras arquitectónicas, ha explicado que, como los ruedines delanteros de algunas de estas sillar son muy pequeños, «cualquier imperfección del asfalto o de la acera enseguida nos frena y nos hacer caernos hacia adelante». Y es que él mismo vivió un percance de estas características hace un par de semanas cuando cruzaba por un paso de peatones del Paseo de los Pintores que le hizo acabar por los suelos. También ha señalado la peligrosidad que tiene para los invidentes cualquier pequeño escalón o las propias ramas de los árboles que estén muy bajas. «Es un poco complicado arreglarlo todo, pero se puede hacer mucho», ha recordado, mientras pedía un poco más de «civismo» a la gente.
Mariano Torres, expresidente de la ONCE en Ibiza, ha indicado que uno de los problemas con el que tienen que lidiar a diario los invidentes son las ramas de los árboles o incluso los toldos. «Los obstáculos aéreos son para nosotros muy complicados, porque ni el perro ni el bastón sirven para señalar obstáculos aéreos». Otro aspecto que dificulta la movilidad de este colectivo es que no se pueda distinguir en las plataformas únicas dónde está la calle y dónde la acera. «Tendría que haber un pavimento diferenciador para saber dónde estamos», ha insistido.
Desde el Ayuntamiento de Sant Antoni el concejal de Obras Públicas, Joan Torres, ha recordado que desde 2015 se han ejecutado en el municipio tres proyectos de eliminación de barreras arquitectónicas. «Hemos mejorado mucho pero probablemente tengamos margen de mejora». Ha indicado a su vez que hoy mismo la Junta de Gobierno dará luz verde al proyecto de barreras arquitectónicas de Ses Païses y Can Bonet, en lo que invertirán 1,3 millones de euros.