El Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco) ha reanudado los trabajos de excavación e instalación de las tuberías de canalización de la futura estación de depuración de aguas residuales (EDAR) de Vila. Los trabajos se suspendieron hace un año por el hallazgo de restos arqueológicos en prácticamente la totalidad del recorrido de las tuberías, de más de cuatro kilómetros de trazado.
Según informan desde Miteco en octubre comenzaron los trabajos de excavación arqueológica que, debido a su longitud y para evitar retrasos, se van a ejecutar por tramos. Esto «permitirá que se puedan ir ejecutando la canalizaciones en los tramos liberados en tanto continúan los trabajos arqueológicos en los tramos siguientes, es decir, se empezará a canalizar en aquellos tramos en los que vaya finalizando la excavación», explicaron fuentes ministeriales.
Precisaron que el descubrimiento de los restos arqueológicos durante la ejecución de las obras de la EDAR solamente ha afectado a los trabajos de los colectores, es decir, las actuaciones para la ejecución de la depuradora y el bombeo han seguido en ejecución.
Los restos hallados son principalmente zanjas de cultivo que se documentarán antes de su destrucción para poder alcanzar la cota necesaria para instalar en las zanjas el trazado de tuberías. Cualquier resto transportable se trasladará al Museo Arqueológico de Eivissa y Formentera para su catalogación y conservación.
Las previsiones de ejecución de la obra, «si todo transcurre sin mayores incidentes y no se encuentran nuevos restos arqueológicos», es que la nueva EDAR esté lista a finales de 2023. Antes de lo previsto según las primeras estimaciones tras el hallazgo de restos, que situaban la finalización del proyecto en 2024.
Dado que la empresa adjudicataria del proyecto ya tenía el acopio de material distribuido a lo largo del recorrido de las obras, una vez se concluya la excavación se podrá iniciar el trabajo de ensamblaje de tuberías que transporten las aguas residuales desde la estación de bombeo a la EDAR.
Tras el final de obra se iniciará un plazo de aproximadamente seis meses para la puesta en marcha y explotación, por lo que la isla no podrá prescindir de la actual EDAR hasta mediados de 2024. Será en ese momento cuando las instalaciones obsoletas actualmente existentes, que vierten el 100% del agua mal depurada al mar según la Agencia balear del Agua, pasen a convertirse en una estación de bombeo.
Los retrasos
Desde que se iniciaron los trabajos en 2017, varios han sido los inconvenientes que han supuesto retrasos en unas instalaciones que debían estar listas en 2021.En primer lugar fue la necesidad de modificar el trazado de las tuberías de impulsión de las aguas residuales debido a un informe desfavorable de Recursos Hídricos y la presentación de alegaciones por parte del Ayuntamiento de Santa Eulària. El diseño de un nuevo trazado implicó un procedimiento de expropiación de terrenos y 2,5 millones de euros más de coste.
Una vez definido el nuevo trazado, al iniciar las obras de excavación de las zanjas se descubrieron los restos arqueológicos que han requerido la elaboración de un plan de excavación y la contratación de los trabajos. El coste superaría el millón de euros por lo que fue necesaria una nueva licitación, lo que retrasó todavía varios meses el reinicio de las obras para cumplir con los plazos administrativos.
La actual depuradora de Ibiza vertió en 2020 6,08 hectómetros cúbicos de agua mal depurada al mar, el equivalente a 1.800 piscinas olímpicas. Este año se ejecutaron unas obras de mejora que apenas han supuesto un parche para una instalación obsoleta.
El informe del Observatorio de Sostenibilidad de IbizaPreservation, presentado esta semana, revela que 4 de las 10 depuradoras de la isla han vertido aguas deficientemente depuradas, el doble que en 2020. Por otro lado, los datos manifiestan que más de la mitad de las aguas depuradas, un 52 % concretamente, se han vertido al mar con cantidades de materia orgánica por encima de la legalidad.