La alcaldesa de Santa Eulària, Carmen Ferrer (Santa Eulària, 1967), ha sido la primera en sacar adelante los presupuestos de su municipio para el año 2023. Unas cuentas repletas de inversiones y de las que destaca aquellas que no se ven pero que, a la postre, suponen un beneficio tanto para la calidad de vida de los ciudadanos como para el medio ambiente. Una alcaldesa que sigue apostando por el turismo del Imserso, del que considera que es la auténtica desestacionalización turística que necesita la isla.
—¿Cuáles son los proyectos estrella de los presupuestos municipales para el año 2023?
—Empezaría destacando los proyectos plurianuales. Tenemos 6.ooo metros cuadrados de terreno en Puig d'en Valls, delante de las VPO que se han entregado este año, en el que tenemos proyectada una zona de juegos infantiles, espacio para mayores, zona de sombra, zonas de recreo y huertos urbanos. Otro de los proyectos que tenemos previsto es la peatonalización de Sant Carles. En estos momentos, gracias también al Consell Insular, lo que se ha hecho es la rotonda y la circunvalación de la localidad, por lo que la carretera que pasa por delante de la iglesia la idea es hacer un proyecto para su peatonalización donde no solamente se ponga en valor todo el centro de Sant Carles sino que me gustaría que se pusiera en valor también todo lo que se ha hecho de la Font de Peralta y Ca n' Andreu des Trull, que ahora lo hemos reinaugurado de nuevo y ya está abierto al público a diario. También tenemos la aprobación de la Demarcación de Costas para un paseo de madera y de una mejora de lo que es el Caló de s'Alga hasta el Paseo Marítimo. Ese es un gran proyecto del que estamos a punto de finalizar su puesta en marcha para su posterior ejecución.
Además de estos proyectos plurianuales, hay toda una serie de inversiones tanto de eficiencia energética como de agua y saneamiento que son proyectos que no se pueden ver pero creo que son importantísimos para todo el municipio. Estos se van a ejecutar en todas las parroquias. Todo son proyectos, que si bien no en cantidad pero sí en diversidad, son importantes y se van a hacer equilibradamente en todas las parroquias. Dentro del plan de gestión sostenible del agua, desde 2019, hemos hecho muchísima inversión en abastecimiento y también en lo que es el ciclo del agua desalada. Hemos terminado hace poco el depósito de Can Furnet y un anexo en Cas Corb.
También hemos hecho inversiones en la obra de la depuradora que está haciendo el Ministerio y que lleva algo de retraso. Junto al Consell hemos realizado un proyecto para poder recuperar parte del agua depurada y que no haya que tirarla al mar. Consideramos que había que hacer un esfuerzo inversor para poder dar un segundo uso a este agua depurada tanto para Jesús como para Puig d'en Valls. En ese sentido llevaremos invertidos esta legislatura alrededor de siete millones de euros. También está previsto hacer una escoleta en Sant Carles, porque es una parroquia que no tiene este servicio ni privado ni público.
—El presupuesto también plantea la bajada de determinadas tasas. Con la situación económica actual, ¿se puede plantear la bajada de impuestos y tasas?
—Yo creo que sí, y lo estamos demostrando. Tenemos un presupuesto que ha incrementado un 11% y bajamos el IBI rústico del 0,49% al 0,47%. También la libertad que se ha dado en unas ciertas reglas muy restrictivas en las contabilidades institucionales nos ha permitido ajustar los ingresos a los gastos. También en todos los temas de abastecimiento, saneamiento, escoletas y escuelas de verano tenemos una tarifa social. Ajustando bien y siendo muy cautos con los gastos inútiles creo que se puede hacer una buena gestión local y no subir impuestos.
—Con el desdoblamiento de un tramo de la carretera de Santa Eulària se han solucionado en gran medida muchos problemas de accidentes y atascos. ¿Piensa pedir el Ayuntamiento que se desdoble algún tramo más?
—De momento nuestra prioridad es que se haga la rotonda de los Cazadores, porque es un punto conflictivo donde continuamente hay accidentes de mayor o menor gravedad. Se hicieron unos estudios de varias posibilidades y se ha tendido a uno, el óptimo para la zona, que es a lo que aspiramos. Y otra de las grandes peticiones y que ahora está a punto de licitarse por parte del Consell la centramos aquí, en la salida a Siesta. Toda la carretera de Santa Eulària a Cala Llonga, vertedero y hasta Jesús necesita una mejora, pero la zona que es la salida de Siesta, y siguiendo para el barrio de Can Ramón y la desviación al camino viejo de Can Furnet son puntos de mucho tráfico y que necesitan dotarse de seguridad y de mejoras. El proyecto ya está hecho, se llevará a concurso y creo que el año que viene ya podrá ser una realidad. En estos momentos nuestra atención a los puntos más conflictivos en materia de seguridad son estos.
—Estos proyectos de los que habla, ¿se podrán llevar a cabo con fondos propios del Consell o cree que hará falta una financiación extraordinaria?
—Creo que ambos casos se pueden llevar a cabo con fondos propios del Consell. La intervención en Siesta seguro que sí y la de los Cazadores habrá que terminar el proyecto y ver qué recursos se necesitan, pero yo creo que también.
—Ante el rechazo del Govern balear a financiar la segunda fase del Palacio de Congresos, ¿está previsto llamar a alguna puerta más?
—En estos momentos la puerta que nos queda es la de los fondos Next Generation. Si esto finalmente no es posible ya veremos, pero por el momento hay esa esperanza puesta en los fondos europeos. La presidenta del Govern tampoco cerró la puerta a estos fondos y es ahora lo que esperamos, tenemos una puerta abierta allí. De momento el plan A es que haya fondos europeos para poder hacer unas instalaciones que son reclamadas por el sector y que provocarían justamente lo que queremos: ampliar la temporada y también tener un efecto transversal porque, cuando se hace un evento de este tipo, son visitantes que vienen por un congreso pero son potenciales visitantes a futuro porque les das a conocer una isla en la mayoría de las veces en unas circunstancias distintas a lo que es pleno verano porque vienen siempre en los extremos de temporada. Además, son unas infraestructuras que, si son buenas para Mallorca, son buenas para la isla de Ibiza. Y lo hemos dicho siempre, no pretenden ser unas infraestructuras municipales, son unas infraestructuras de isla y que el sector lo ha demandado desde hace muchos años.
—Entre otras cosas el Govern indicaba que el proyecto de la segunda fase del Palacio de Congresos no era del siglo XXI. Venía a decir que estaba obsoleto.
—El proyecto se cambió, imagino que si dijo eso era porque quizás en ese momento no había visto el proyecto nuevo. Es cierto que el Palacio de Congresos tenía otra presentación y otros objetivos finales. Tenía una campana de sonido muy grande, estaba más diseñado para artes escénicas que para lo que es ahora, el sector de reuniones, convenciones e incentivos. Lo que se hizo es un gran esfuerzo con los arquitectos, con los creadores del proyecto y con el sector para, con las necesidades actuales de demanda, darle la vuelta manteniendo la esencia del proyecto, que tiene luz natural y que es respetuoso con el entorno. Manteniendo ese equilibro se ha hecho lo que ahora se demanda: salas luminosas y versátiles. Creo que tenemos en estos momentos un proyecto muy moderno y muy actual, porque se ha hecho un esfuerzo en transformar lo que se creó en 2007 a lo que es ahora en 2022.
—En materia de vivienda, ¿Está previsto entregar al Ibavi en 2023 algún solar para que construya vivienda social?
—En este sentido en la modificación puntual número 10 de las Normas Subsidiarias se activaron una serie de zonas para poder ser susceptibles de construir vivienda social. En este sentido lo que tenemos que acordar es, de todas las zonas que hay, cuál es la parcela idónea para poder hacerlas. Pero sí, sin duda entregaremos en 2023 algún solar al Ibavi.
—Se ha hecho en los últimos años un esfuerzo importante para las ayudas al alquiler. ¿Tiene previsto el Ayuntamiento incrementar esta partida para 2023?
—No se van a incrementar por una razón. En estos momentos las ayudas al alquiler, tal como está planteado, provienen en su mayoría del Govern, y el Govern está planteando que son incompatibles con ayudas de otras administraciones. Nos encontramos que si el ciudadano acude a nuestras ayudas de alquiler, que son anteriores a las autonómicas, ya no puede acceder a estas últimas. Entonces en estos momentos la partida que tenemos no la vamos a aumentar porque vemos que hay otras administraciones que lo hacen con más intensidad que nosotros. Lo que sí que vamos a hacer es mantenerla.
—¿Le han llegado quejas o reclamaciones por parte de empresarios por la imposibilidad de conseguir personal por el elevado precio y la falta de vivienda?
—Sí, ha sido algo generalizado. Pero no ha sido una reclamación que me hayan hecho sólo los hoteleros, este verano ha habido carencia de trabajadores en todos los sectores. En el ámbito del funcionariado se ha puesto de manifiesto que es necesario ese plus para poder acceder a la vivienda en un sitio donde el precio de la vivienda clarísimamente no está bajando, al revés, está subiendo y no tiene visos de bajar. También haría falta incentivos como la carrera profesional para que jóvenes que han empezado ahora quieran establecerse en Ibiza y desarrollar la carrera dentro de su nivel funcionarial. El precio de la vivienda, si se mantienen los salarios como el resto de funcionarios de la península con un incremento tan pequeño como el que tienen en la actualidad, no incentiva ni a venir ni a que se queden los que han sido obligados a venir.
—Tras la incertidumbre que ha habido con el turismo del Imserso este año, ¿cómo está funcionando en Santa Eulària?
—Donde se ve realmente la intensidad o cómo va a ir la temporada de Imserso es a partir de febrero y hasta principios de mayo. Se trata de un programa que creo que es la verdadera desestacionalización, porque más desestacionalización que llevar la campaña turística hasta noviembre y empezarla en febrero no hay. Hay que replantear al Ministerio los precios que se pagan, porque en este caso lo que ha hecho el Ayuntamiento junto al Consell es un pequeño apoyo a los hoteles. Pero los establecimientos turísticos en estos momentos, con los precios que tienen, muy difícilmente pueden llegar al equilibrio. No creo que el objetivo de los hoteles sea ganar dinero, sino mantener la plantilla, mantener las infraestructuras y que haya circulación de gente. A parte de crear una economía local importante con transporte, excursiones, restaurantes, pequeño comercio… Todo se ve beneficiado de una afluencia de la gente de este programa vacacional. El no haber actualizado los precios va, a futuros, a hacer muy difícil que se pueda mantener este programa. Hay que revisar los precios y quizás que el programa sea dirigido por el Ministerio de Asuntos Sociales o por Turismo.
—¿Se nota con los programas del Imserso que la oferta complementaria cierra más tarde y abre más pronto cada temporada?
—Sí que se nota. Se percibe en Santa Eulària y, sobre todo, en Es Canar, que es una zona muy turística y abre y cierra en función de los visitantes. Sí que es sensible esa economía local al programa del Imserso. Además, cada vez más la gente que viaja en estos programas alquila coches y visita toda la isla. Y su manera de visitar tiende más a programas culturales o gastronómicos. Atiende a una serie de necesidades distintas al turismo puramente de verano.
—Hace poco se presentó el proyecto de ADN canino, ¿está teniendo buena acogida?
—Por el momento este proyecto está en su primera fase, que es la inscripción de los perros para que el chip incluya el ADN. Es una fase inicial que está previsto que se termine en enero, y a partir de entonces ya poner en marcha la detección de las personas que no cumplen sus obligaciones a la hora de recoger los excrementos.