Esta época del año invita a pasear por el monte, respirar aire fresco y volver a casa con la mente oxigenada y una bolsa llena de espárragos silvestres. Sin embargo, tras la invasión de serpientes que ha sufrido Ibiza en los últimos años, la saludable actividad de salir a buscar espárragos se ha convertido en una actividad de riesgo para personas como Concha, que sufren terror a los ofidios.
Por esa razón, Concha prefiere acercarse al Mercat Nou de Vila para hacerse con los espárragos, «desde que han llegado las serpientes ya no me atrevo a ir al campo a buscarlos. Me dan un miedo terrible». A la hora de cocinar los espárragos, Concha opta por «hacerlos con una tortilla de patata, hiervo un poco los espárragos antes, y los echo a la tortilla». «Que yo no pueda ir a por espárragos es una cosa, pero que estén acabando con las lagartijas es un drama», concluye Concha.
Maria José espera su turno en la cola de la frutería tras Lucas, que asegura haber encontrado «la lechuga más bonita del mundo». Con el mismo orgullo que Lucas, María José porta su manojo de espárragos silvestres, «están buenísimos». De la misma manera que Concha, María José también tiene previsto añadir los espárragos a una tortilla de patata. Ella no los hervirá antes, «yo les doy un toque de sartén con aceite para quitarle la fuerza antes de echarlos a la tortilla». Sin embargo, María José añade un uso más a este ingrediente, «yo los uso para hacer las sopas mallorquinas, con espárragos y cebolleta queda deliciosa». A la hora de ir ella misma al bosque a buscarlos, Maria José asegura que fue a buscarlos el pasado domingo sin éxito. «No sé qué ha pasado, pero no fui capaz de encontrar más que tres o cuatro. ¡Esto no da para nada!».
Mariano es un payés veterano, el decano de Frutas y Verduras Catalina, y sabe de qué habla cuando asegura que «este año apenas hay espárragos». «La culpa es de las heladas que han hecho últimamente, que han arrasado con todo. La esparraguera es una planta a la que le gusta la humedad, pero no el frío», explica Mariano, que asegura que «seguramente haya más hasta que llegue el calor, que hace que se espigue»
Juanjo, responsable de Frutas y Verduras Catalina, apunta a otro producto silvestre que ofrece desde su puesto: ‘catralines' o cardillos. Que tal como explica el tendero, «se usa mucho para hacer potajes, sobre todo, lo usa la gente que vino de fuera de Ibiza, aquí no le habíamos hecho mucho caso nunca». El precio del manojo, tanto de caudillos como de espárragos, en el puesto de Juanjo del Mercat Nou, es de 1,80 euros. Una jornada en el campo para ir a buscarlos no tiene precio, si usted no padece de ofidiofobia, claro.