Las empresas de construcción de Ibiza están retrasando el inicio de obras por la escasez de personal que sufre el sector. Así lo ha manifestado la presidenta de la Asociación de Constructores de Ibiza y Formentera, Consuelo Antúnez, que ha recordado que, al igual que en el resto de sectores, «si ya había problemas para encontrar personal, especialmente personal cualificado, ahora se ha agravado».
Además a estas alturas del año, tan cerca de la temporada turística, el problema se acentúa «porque hay gente que trabaja en invierno en la obra y pero luego se incorpora a otros trabajos en el sector de la hostelería», lo que merma más si cabe las plantillas de las constructoras. «En mi empresa estamos buscando trabajadores y no encontramos por ninguna parte», ha insistido Antúnez, «y hay obras que están aplazando su comienzo porque no hay personal suficiente para llevarlas a cabo».
Y es que, según los datos facilitados por la Asociación de Constructores de Baleares, en la que está englobada la presidida por Consuelo Antúnez, dicha carencia estaría cifrada entre 10.000 y 15.000 trabajadores, tanto personal cualificado como peones, algo que no logran entender «en un país con tres millones de parados».
A esta falta de personal se suman la inseguridad económica y el sobrecoste de los materiales, según los constructores, lo que podría provocar un auténtico freno a la construcción de obra pública y de vivienda, y justo en un momento de auténtica emergencia habitacional. Desde el sector calculan que se deberían estar edificando 7.000 viviendas al año para poder dar respuesta a la actual demanda, mientras que el año pasado sólo se visaron en el Colegio de Arquitectos 3.560. «En el año 2007 se visaban 15.000 viviendas anuales y llevamos desde 2009 sin llegar a las 4.000», han advertido desde la Asociación de Constructores, una cantidad muy inferior a la demanda existente.
El sobrecoste de los materiales y de la energía, por otro lado, han atenazado a un sector que sigue quejándose de que las administraciones públicas no están actualizando los presupuestos con las revisiones al alza a las que obliga la situación actual. Eso va a provocar, advierten, «que continúe la cascada de licitaciones desiertas y hasta la pérdidas de los fondos europeos para inversión en obra pública».
La inversión en vivienda en 2022 fue de 1.235 millones de euros, lo que constituye un aumento del 8,6 % respecto al año anterior. La vivienda libre sigue siendo el gran motor de la inversión, con un aumento del 1% en las plurifamiliares (1.943 unidades y 268 millones de inversión) y un 5% en las unifamiliares (1.510 unidades y un presupuesto de 780 millones). Es decir, que con tres cuartas partes de las construcciones de las plurifamiliares, la vivienda unifamiliar cuenta con una inversión de más del doble.
Las cifras, indican los constructores, van a mantenerse en un nivel similar este año. Por otro lado, las 144 viviendas protegidas del año pasado «resultan insuficientes», insisten. «Seguimos dejando de lado a los ciudadanos con dificultades para acceder a la vivienda». Por contra, señalan que medidas como las que se están planteando como fijar un tope en el precio de los alquileres o limitar la venta de viviendas a no residentes «no son soluciones». Tampoco lo es, remarcan, la desclasificación de suelo urbanizable, que va a provocar «un mayor incremento de los precios y de la especulación».