La Asociación de vendedores del mercado de Sant Joan solicitó ayer la reapertura «urgente» del mercadillo de los domingos. Para cerca de un centenar de personas se trata de una importante fuente de ingresos que han dejado de percibir desde el pasado octubre.
Los vendedores lamentaron ayer que la reapertura acumula varios meses de retraso, por lo que recordaron la «necesidad urgente» de que se retome esta actividad. «Es uno de los pocos mercados de invierno que funcionaba realmente y con gente local, lo que marcaba la diferencia. Estamos esperando que el Consistorio tramite la ordenanza y reclamamos que esto se agilice porque estamos cerrados desde octubre y la temporada está a la vuelta de las esquina», destacaron los responsables del mercadillo, que lamentaron desconocer si podrán reabrir antes de las elecciones de mayo.
También reconocieron que, aunque han estado en contacto con responsables del Consistorio, la comunicación no ha sido «tan fluida como esperábamos».
Este colectivo reiteró que desde Sant Joan les han prometido que trabajan en la nueva ordenanza y que el mercado se abrirá pronto. «En cualquier caso han pasado casi seis meses desde el cierre y, a día de hoy, no tenemos noticias», insistieron. También lamentaron que casi 100 familias «se encuentran actualmente al límite por el perjuicio que les ha supuesto su cierre.
Desde la asociación afirmaron que «el tiempo va pasando; es una situación bastante rara y no se avanza». Al mismo tiempo, destacaron que muchos negocios de Sant Joan como bares o restaurantes se benefician del mercadillo de los domingos, un gran atractivo para residentes y turistas.
El mercado fue creado en 2012 y el pasado verano comenzó a ser dirigido por una nueva gestora. Según explicaron los vendedores, a finales de septiembre del 2022 el Ayuntamiento decidió, de manera «repentina», el cierre del mercadillo «con la excusa de formalizar licencias, reubicar puestos y la necesidad de elaborar una nueva ordenanza para la regulación del mercado. De esto hace ya seis meses», denunciaron ayer.
Tras el revuelo causado en octubre por el cierre del mercadillo, desde el Ayuntamiento de Sant Joan salieron al paso de la polémica y explicaron que la decisión se debió, en parte, a unas obras que se estaban ejecutando en la calle ocupada por algunos puestos y, sobre todo, a la nueva ordenanza municipal que implicaba el cambio de tasas y criterios para otorgar licencias. También aseguraron que estaban pendientes de la constitución de la nueva asociación de artesanos y de la convocatoria de un concurso para otorgar los puestos. Incluso manifestaron que se esperaba «abrir de nuevo este mercadillo a la mayor brevedad posible».