Faltaban pocos minutos para las 7 de la mañana de este miércoles y el pabellón polideportivo des Viver se ha ido llenando de musulmanes dispuestos a sumarse al primer rezo de la jornada. Los más afortunados han podido después tomarse el día libre y disfrutar con su familia y amigos de Eid al-Adha, o Fiesta del Cordero, una de sus fechas más señaladas. Todo aquel que ha podido ha viajado estos días a su país de origen para vivir esta celebración con los suyos. Incluso muchos negocios de la isla dirigidos por musulmanes han permanecido cerrados en estas últimas jornadas.
Esta importante fecha marca para los musulmanes su peregrinaje anual a La Meca, siendo un día especial para rezar y ayudar a los necesitados. En su tradición, las familias sacrifican a un animal y dividen la carne en tres partes: una para la familia, otra para los amigos y parientes y otra para los pobres.
Un año más, el hecho de que esta celebración religiosa coincida con la temporada turística ha provocado que muchos en Ibiza no pudieran festejar el día como hubieran deseado. Es el caso de Younes, un joven que, al trabajar en un hotel, se marcha corriendo después del rezo para incorporarse a su puesto de trabajo.
Mohamed explica que, después del rezo, las familias se preparan para su gran día de fiesta. A muchos este año no les ha resultado fácil encontrar cordero porque «hay mucha demanda y los hemos tenido que reservar con mucho tiempo de antelación». De hecho, uno de los comentarios más escuchados es la falta de ejemplares. Muchos, según añaden, optan ya por acudir directamente a una carnicería de confianza para realizar sus compras.
Antiguamente, recuerdan cómo payeses de la isla les dejaban acudir a las fincas para realizar el sacrificio y hacer allí la barbacoa, una costumbre que también se va perdiendo. «Poca gente tiene esa suerte hoy en día», comenta Abdullah.
En cualquier caso, las familias musulmanas vivirán en Ibiza su gran fiesta en la que no faltará la comida, las risas o los juegos con los más pequeños.
Poco cordero
Ganaderos de la isla han confirmado este miércoles las dificultades que muchos musulmanes han tenido este año a la hora de comprar cordero. Según afirmaron, desde la pandemia se han reducido en Ibiza en más de 2.000 las ovejas reproductoras.
«En la pandemia todo se frenó mucho y la gente se deshizo de rebaño. Además, quienes se encargaban de estas ovejas era gente mayor y no existe un relevo generacional», han lamentado.
Al haber menos cordero, los precios también han subido este año: «Normalmente en mayo los precios volvían a bajar y esta vez no ha sido así. No ha subido de manera exagerada, pero no es el precio que solía tener por estas fechas».