Las Pitiusas cerraron el mes de junio con una ocupación turística del 82, 6 %, un 4,5 % inferior a la registrada en el mismo periodo del año pasado cuando todavía existían las restricciones por coronavirus. Esta situación de descenso en las pernoctaciones preocupa a los hoteleros de Ibiza y Formentera que, en pocas semanas, han observado cómo las reservas han caído no sólo en comparación con el año 2022, sino también respecto a los años prepandemia donde las ocupaciones hoteleras en el mes de junio rondaban el 87 y 88 %.
En este sentido, la presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Ibiza y Formentera (FEHIF), Ana Gordillo, valoró ayer estos datos de la encuesta que elabora la patronal hotelera y señaló a Periódico de Ibiza y Formentera de forma irónica, pero indignada, que es curioso que se hable de una llegada de turistas extranjeros que está batiendo récords y esto no se refleje en la ocupación hotelera de las islas. «Esta situación nos hace preguntarnos… ¿dónde se alojan estos turistas que llegan al aeropuerto de Ibiza? ¿dónde están? En la isla existe una gran cantidad de intrusismo debido al alquiler de pisos y casas ilegales. El gran descenso en las reservas hoteleras es la consecuencia de esta oferta ilegal», señaló Ana Gordillo a este medio.
Asimismo, explicó que esta caída de la ocupación no ha cogido por sorpresa al sector, puesto que los hoteleros observaron que este inicio de temporada fue un tanto «anómalo» y «extraño» respecto a cómo se estaban produciendo las reservas. «No llegaban muchas reservas y las que se registraban se hicieron con mucha anticipación», apuntó Ana Gordillo haciendo hincapié en que, debido a esta incertidumbre, el sector prefiere no adelantarse y no anunciar las perspectivas del resto de temporada. «Hay que analizar las cosas una vez han pasado. En Semana Santa y en mayo la situación de ocupación hotelera fue excepcional. Todo parecía que la temporada seguiría esta tendencia, pero estamos viendo que no va a ser tan excepcional como pensábamos, aunque sí será buena», puntualizó la presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Ibiza y Formentera.
En la misma línea se mostró ayer José Antonio Roselló, vicepresidente de la CAEB por Ibiza. José Antonio indicó que esta caída del 4,5% es generalizada en todos los territorios turísticos de las Pitiusas y es consecuencia, entre otros motivos, por la gran oferta turística ilegal que existe en las islas, especialmente en Ibiza. «Hay mucho movimiento de personas a través de los alquileres ilegales», explicó el vicepresidente de la CAEB por Ibiza. No obstante, pese a que el intrusismo es el mayor responsable de esta caída en las pernoctaciones, también indicó que se está produciendo un cierto «frenazo en las reservas».
Efecto ‘catch up'
«Se está generando una moderación turística debido al efecto catch-up que se está dando en el sector turístico», subrayó José Antonio Roselló resaltando que bajo esta tendencia coinciden dos olas; una que juega a la contra debido a la situación económica de Europa y la otra positiva que aminora este efecto, que es la recuperación del tiempo perdido.
«Estamos asistiendo a fenómenos que reducen la ocupación hotelera, puesto que es difícil estar en la cresta de la ola constantemente», explicó José Antonio. No obstante, se quiso mostrar positivo de cara al resto de la temporada y señaló que las cifras no son malas, puesto que las Pitiusas siguen teniendo un nivel de ocupación importante. «En Ibiza se ha registrado un 83,12% y en Formentera casi un 74 %. Los datos no son negativos, simplemente estamos viendo fenómenos de descenso turístico que se dan en niveles muy altos de ocupación. Es como una carrera de fondo en la que el corredor necesita tomarse un respiro», indicó. Al preguntarle por las perspectivas futuras de esta temporada, el vicepresidente de la CAEB adelantó que son inciertas porque, aunque «creemos que en julio haremos una buena temporada, no sabemos si superáremos los niveles de 2022, que fue un año excepcional después de la pandemia». Asimismo, apuntó que lo importante ahora es pensar con la «cabeza fría» porque estos fenómenos de moderación del turismo son totalmente normales. «Lo que tenemos que hacer es preocuparnos por vender calidad y vender buenas experiencias», concluyó José Antonio Roselló.