Un total de seis años de prisión por sendos delitos de abusos sexuales continuados. Es la pena que solicita el Ministerio Fiscal para Juan Manuel de Souza Iglesias, expárroco de una iglesia de Ibiza que se sentará en la banqueta de los acusados por abusos sexuales a dos menores. Según recoge el escrito de acusación al que ha tenido acceso Periódico de Ibiza y Formentera, la Fiscalía también reclama la prohibición de comunicación o aproximarse a menos de 100 metros de las víctimas durante un periodo de 5 años.
Asimismo, en concepto de responsabilidad civil el Ministerio Público reclama una indemnización de 20.000 euros para una de las víctimas y de 9.000 euros para el otro afectado por los daños morales y psicológicos sufridos.
Los hechos juzgados ocurrieron en un periodo comprendido entre 1994 y 2010. Según recoge el escrito de acusación, el acusado, aprovechando la relación de confianza que le unía con la familia del menor, propuso a los progenitores que el chico, que por entonces tenía 12 años, se quedase a dormir una noche de verano de 2005 en la casa parroquial. El acusado, «con ánimo libidinoso, aprovechó la ocasión para tocarle el pene al menor por debajo de la ropa, al tiempo que el acusado se masturbaba».
Al día siguiente, al regresar a casa, el menor manifestó a sus padres su deseo de no volver a quedarse más con el acusado o realizar con él cualquier otra actividad.
Como consecuencia de estos hechos el menor sufrió daños psicológicos que le han afectado al desarrollo personal, indica el escrito de acusación. Asimismo, otro de los hijos de la familia denunció hechos similares ocurridos el 1 de junio de 1994, cuando el chico tenía 11 años.
A estos casos se suman los abusos de otro menor, de 14 años. José Manuel de Souza Iglesias aprovechó su amistad con la madre para que el menor se quedase en la casa parroquial. El chico, que tenía la intención de ordenarse sacerdote, se quedaba dos veces al mes a dormir. El acusado, «aprovechando su situación de autoridad moral y con el ánimo de satisfacer su apetito sexual, le tocaba el pene y al mismo tiempo hacía que el menor le tocase el pene a él». Asimismo, le enseñaba fotografías de mujeres desnudas.
Todos estos hechos son constitutivos de un delito de abusos sexuales con prevalimento y otro de abuso sexual continuado con prevalimento.
Tras las denuncias de abusos, Juan Manuel de Souza dejó sus cargos eclesiásticos a petición de la delegación de la Archidiócesis de Valencia que se desplazó a la isla a investigar los hechos.