El Ayuntamiento de Sant Joan se defendió ayer de las críticas vertidas por los vendedores del mercadillo que este próximo domingo volverá a celebrarse en el pueblo tras casi doce meses de inactividad.
La portavoz municipal Carmen Rodríguez Tur detalló que se habían recibido 151 solicitudes para 95 puestos y destacó además que hace algunos meses se redactaron unas bases «consensuadas» con vecinos y con los propios vendedores y que «fueron aceptadas por todos», reiteró Rodríguez.
Precisamente, la baremación fijada para obtener un punto de venta es una de las causas de queja de los vendedores, que difundieron este lunes un comunicado denunciando que 30 veteranos comerciantes iban a quedarse sin su plaza en el mercadillo.
Desde el Ayuntamiento puntualizaron que, en relación a estas bases, recibieron siete alegaciones que finalmente fueron desestimadas. «Cuando ha salido la puntuación hay gente que no está de acuerdo. Algunos no habían aceptado no recibir los puntos por el empadronamiento y, cuando hemos revisado los ficheros, resulta que están empadronados en Santa Eulària», explicó la portavoz.
Según aclaró también, hasta el pasado año el popular mercadillo no contaba con ningún tipo de licencia, mientras que se ha impulsado ahora un proceso «lo más legal y transparente posible para que no exista ningún tipo de discriminación, como sí podía haber pasado hasta ahora».
Si desde el Ayuntamiento señalaron la importancia de poder reabrir el mercadillo este próximo domingo, por parte de la Asociación de Vendedores del mercado de Sant Joan reconocieron que la sensación ante esta próxima reapertura es «agridulce». Entre otras cuestiones, aseguraron que las bases no habían sido consensuadas con los vendedores. «Hay gente que incluso todavía está pendiente de reubicación porque se han equivocado. Antes de haber repartido los puestos deberían haber subsanado los problemas», reiteraron desde la directiva.
Las críticas
La asociación denunció ayer que se habían otorgado hasta 40 puntos a la hora de valorar el producto del vendedor, siendo «una valoración totalmente subjetiva realizada por la propia concejala y su equipo y que es la que mayores discrepancias ha provocado».
En este sentido, la portavoz municipal recordó que ella misma, en calidad de concejala de Mercados, llevó a cabo la puntuación de las propuestas junto a tres técnicos municipales.
Los vendedores reiteraron además que la resolución del Ayuntamiento está «plagada de puntuaciones erróneas, puntos no sumados y cambios arbitrarios en la categoría solicitada que afectan negativamente a muchos vendedores y que tendrían que haber sido corregidos obviamente antes de anunciar la apertura y de hacer el sorteo de puestos que se realizó este pasado domingo».
Según lamentaron, la «injusta» situación abocará a muchas familias a un desastre en sus economías.
En su duro comunicado, los vendedores criticaron también que la alcaldesa Tania Marí manifestara el pasado viernes que «las bases son equilibradas y sensatas para evitar conflictos internos».
«Nada más lejos de la realidad», insistieron. El colectivo aseguró que, cuando se aprobaron las bases, y viendo los «injustos» baremos establecidos, trataron «por todos los medios» de hacer entender al Consistorio «el desastre que se avecinaba».
Tras publicarse las listas, unos 40 vendedores intentaron reunirse con responsables municipales acudiendo la pasada semana al Ayuntamiento, donde fueron recibidos. Tras instarles a presentar por escrito sus quejas y peticiones, los mercaderes aportaron también posibles soluciones como ampliar las plazas del mercadillo o implementar un sistema de rotaciones similar al que se puso en práctica durante la pandemia. Poco después, «para sorpresa de todos», el Ayuntamiento anunció la reapertura del mercadillo «sin haber resuelto antes toda escabrosa situación», concluyeron los vendedores.