Las asociaciones vecinales de Can Bonet y Can Tomàs han denunciado este jueves que un nuevo accidente de tráfico registrado este mismo jueves en el paso de peatones de la rotonda de Es Puig pudo haber terminado en tragedia. Para los vecinos, este nuevo suceso viene a reforzar las reclamaciones que han formulado en innumerables ocasiones para que se mejore la seguridad viaria en estas zonas, más después de que un vecino fuera atropellado en el lugar hace algunas semanas.
Cabe recordar que este pasado martes, ambos colectivos salieron a la calle para dar visibilidad a los problemas de inseguridad viaria en sus barrios. Precisamente, el paso de peatones de Can Tomàs es el que más preocupa a ambas asociaciones, según reconocieron ayer en un comunicado.
En este último siniestro viario, un turismo, que debía circular a gran velocidad, llegó a saltar la mediana para acabar en el arcén contrario de la carretera, «volando» literalmente por encima de los dos carriles de circulación. Los vecinos han alertado: podría haber supuesto una auténtica tragedia si justo en aquel momento algún otro vehículo hubiera circulado por su carril correspondiente.
Las asociaciones han reiterado así la «urgencia» en la toma de medidas por parte de las administraciones implicadas a la hora de garantizar la seguridad en un tramo en el que es «más que patente» la peligrosidad.
«Es una prueba más, una señal más, de que allí los vehículos circulan a unas velocidades bastante considerables», han lamentado desde Can Bonet.
Reivindicación
La pasada semana, los vecinos de Can Bonet y Can Tomàs se reunieron con el Consell para reclamar medidas urgentes a la falta de seguridad en estos tramos. Desde la institución plantearon varias propuestas diferentes para intentar terminar con esta problemática en Can Tomàs.
Una de ellas consistiría en semaforizar el paso de peatones existente, mientras que otra solución más integrada y que solventa otras cuestiones es la que pasaría por desplazar el paso de cebra hacia Sant Antoni, alargando una de las aceras existentes que conectaría con una parada de autobús.
Los vecinos no tuvieron duda y se decantaron por este segundo proyecto, aunque reconocieron tener una sensación «agridulce» tras la reunión con el Consell puesto que, «si todo esto se hubiera iniciado cuando se advirtió sobre ello, probablemente ya contaríamos con la solución». De hecho, la propuesta elegida tardará meses en ser una realidad.
En relación a Can Guillemó, desde la institución insular reconocieron que siguen esperando una respuesta de Tráfico sobre la instalación de un radar en la zona. Los residentes sugirieron que, si se rechaza esta posibilidad, se podrían colocar semáforos como los existentes en otros puntos de la isla que se ponen en rojo si el vehículo supera los 50 km/h.
Esta misma semana, desde el Ayuntamiento de Sant Antoni explicaron también que están trabajando para declarar esta área del municipio como Zona Poblada. «Una vez que tengamos esta declaración, desde el Ayuntamiento podremos instalar un radar», informaron desde el Consistorio.