Michelle Tocchini y su amiga Tanya McElligott, ambas de 38 años y vecinas de Hertford (Hertfordshire), vinieron de fiesta a Ibiza a mediados de octubre. A simple vista puede parecer algo muy normal, pero ambas viajar durante 24 horas a la isla para celebrar el cumpleaños de Michelle y regresar a tiempo para llevarlos al colegio.
Las amigas llegaron a la isla a las 7 de la tarde del 17 de octubre y se fueron a las 5 de la tarde del 18 de octubre y llegaron a casa a las 11,30 de la noche, responsables para dejar a sus hijos el 19 de octubre e ir a trabajar, pues Tocchini es esteticista y McElligott peluquera. El viaje solo les costó 81 libras a cada una: 48 libras la ida y 33 libras la vuelta, con el desayuno incluido.
"Nuestro tiempo era muy limitado, sin muchas guarderías, así que funcionó muy bien. Fue como ir a Londres a pasar una gran noche, pero nos habríamos gastado más dinero allí sin ni siquiera salir del Reino Unido. Me gusta hacer cosas de forma espontánea, pero a menudo tengo las manos atadas por culpa de mis hijos" , cuenta Tocchini, madre soltera de dos hijos, sobre esta experiencia que siempre recordará. "Fue increíble y sin duda recomiendo a los padres que lo prueben: ¡ya estamos planeando nuestro próximo viaje a Ámsterdam!, añade Tocchini.
Las amigas no estaban seguras de poder celebrar ese cumpleaños, ya que no encontraban guarderías para dejar a sus hijos, pero al leer una historia sobre un viaje similar no dudaron en comprar los vuelos y venir a Ibiza, donde llegaron con un conjunto de ropa y un bolso de mano cada una para sus conjuntos de la noche.
"Ni siquiera llevé champú ni cosas para lavarme", añade Tocchini. "Sólo llevé un cepillo de dientes y unas zapatillas de deporte, mi conjunto de noche y ropa interior para el día siguiente".
Después de hacer el recorrido para dejar los hijos en el colegio cogieron un autobús al aeropuerto para comenzar la aventura. Los padres de Tocchini recogieron a sus hijos, de 11 y 7 años, del colegio y se quedaron a dormir con sus abuelos mientras su madre estaba fuera.
"Nos quedamos hasta tarde porque sabíamos que no nos íbamos hasta la noche, así que teníamos todo el día siguiente para relajarnos en la piscina. Nuestro hotel también servía desayuno ilimitado hasta las 11:30 de la mañana, lo que era estupendo", explica Tocchini.
Las amigas regresaron a las 11,30 horas de la noche. "Definitivamente voy a hacer más de estos, funciona muy bien siendo padre y no pudiendo dejar a los niños por mucho tiempo. A ellos [mis hijos] también les pareció genial. Cuando le dije a mi hijo mayor que me iba una noche a Ibiza, me chocó los cinco y me dijo '¡sólo se vive una vez!", concluye.