La concejal de Cultura y Bibliotecas de Vila, la popular Carmen Domínguez, remitirá esta semana un escrito al nuevo titular del Ministerio de Cultural, Ernest Urtasun, de Sumar, con el fin de conocer en qué estado se encuentra el proyecto de construcción de una Biblioteca Nacional en la capital de Ibiza. Según ha explicado Domínguez en declaraciones a Periódico de Ibiza y Formentera, el Consistorio quiere saber exactamente en qué situación se encuentra un proyecto que fue anunciado en 2008 y del que en estos momentos no hay ni rastro.
«Si la oferta ya no existe porque ya sabemos que el presidente del Gobierno cambia de opinión bastante a menudo», ha afirmado la edil, «haríamos una nueva petición». Domínguez ha recordado que el Ayuntamiento ofreció al Ministerio de Cultura un terreno ubicado en cas Dominguet, entre el Recinto Ferial y la rotonda de Juan XXIII. «No sabemos en qué situación quedó aquel ofrecimiento», ha señalado la concejal, «porque no hemos encontrado ninguna información en el Ayuntamiento». Ante esta situación, la concejal quiere «que el Gobierno cumpla lo que prometió» porque «Ibiza ya tiene entidad suficiente como para tener otra biblioteca, aparte de la de can Ventosa».
Domínguez ha señalado que, si el problema es el terreno en sí, el Ayuntamiento está dispuesto a buscar otra ubicación para esta infraestructura cultural. Además, ha planteado que los ibicencos cercanos al Gobierno como la diputada socialista Milena Herrera o el senador progresista Juanjo Ferrer deberían «servir para algo» en este objetivo. No obstante, también ha recordado que «durante la legislatura pasada tuvimos a una senadora del PSOE y no sabíamos ni qué cara tenía».
El proyecto de construir una Biblioteca Nacional en Ibiza viene de lejos. Fue en agosto de 2008 cuando el entonces ministro de Cultura, el socialista César Antonio Molina, viajó hasta Ibiza para anunciar en la capital de la isla la construcción de un edificio que acogería una Biblioteca Nacional, el Archivo Histórico y un nuevo Museo Arqueológico. La inversión sería de entre 10 y 14 millones de euros y los trabajos se llevarían a cabo a través del Consorcio Ibiza Patrimonio de la Humanidad, del que Molina fue nombrado presidente de honor. A la presentación de este macroproyecto acudieron entonces, agosto de 2008, el presidente autonómico y la alcaldesa de Vila, los socialistas Francesc Antich y Lourdes Costa.
Molina explicó en aquellos momentos que el nuevo edificio estaría listo en un plazo de cinco años. El entonces ministro se reunió con Antich y Costa, además de con Bárbara Galmés, quien dirigía en aquellas fechas la Conselleria balear de Cultura. Un encuentro tras el cual quedó claro que el edificio, de 6.000 metros cuadrados, se levantaría en cas Dominguets, en unos terrenos propiedad del Consell d'Eivissa, que los cedería para el proyecto. Una vez finalizada la obra, la gestión de los tres servicios, la biblioteca, el archivo y el museo, sería cedida al Consell y el Ayuntamiento, que tendrían que hacerse cargo del personal y del mantenimiento.
César Antonio Molina dijo en aquel momento que la construcción de una Biblioteca Nacional en Ibiza era «una gran noticia» y que la ciudad tendría esta instalación cultural antes que otras ciudades porque el objetivo del Gobierno, que entonces presidía José Luis Rodríguez Zapatero, era «dar prioridad» a la isla.