«A menos de ocho euros aceite de oliva ya no vas a encontrar nada», explicaba este lunes a Periódico de Ibiza y Formentera la cajera de una conocida línea de supermercados en Ibiza. Y es que únicamente uno de su marca blanca se encuentra a partir de 8 euros o 10 euros (750 ml). Le sigue la opción ‘bio' de la misma categoría y cantidad por 8,99 euros y a partir de ahí llega hasta los 14,50 euros por litro, siendo la conocida marca Carbonell virgen extra la más costosa.
Un último informe de FACUA-Consumidores en Acción analiza la evolución del precio de varios alimentos durante el último año, comparando el precio que tenían en enero de 2023 y el de enero del 2024. El aceite de oliva ha sido, con diferencia, el artículo que más ha aumentado su precio durante el último año en los supermercados, llegando a incrementar un 69% de media el virgen extra, y hasta el 155% en algún caso concreto.
Eva, una vecina de Ibiza indicó que para ella es un gasto que de momento seguirá afrontando: «Pagar tres veces más por un litro de aceite es surrealista, yo creo que es una rueda, si no llueve perjudica a todo. Te lo quitas de otra cosa pero el aceite de oliva es importante, si hay que pagar más se paga, mientras me lo pueda permitir me lo quito de otras cosas porque es algo esencial y medianamente un poco más sano que otro aceite».
Mientras que en su origen el virgen extra ha subido 2,54 euros/litro (de 4,91 a 7,45 euros), en los puntos de venta han subido una media de 5,08 euros/litro. Lo que FACUA expone en este contexto es que no se respetaría la ley que prohíbe las subidas de precios en los alimentos con el IVA rebajado en el 2023 si no están justificadas en aumento de costes.
Comer sano es un lujo
Sin duda, es un dato escandaloso, pero al preguntar a los consumidores la respuesta general es «ha subido todo». Pedro explicó a este rotativo que «compra menos» pero gasta «el doble» que el año pasado. Manuela no baja de su asombro al mirar las etiquetas y afirmaba que «si necesito una botella de aceite la compro porque lo necesito, pero en el día a día hasta el pan ha aumentado». El problema, recalca es que son productos básicos: «El comer lechuga y tener papel higiénico son cosas básicas, no es que digas me quiero comer un chuletón y no puedas». Para ella, «es una vergüenza, pero como dicen, no tendrás nada y serás feliz, y así vamos... y nosotros dormidos en los laureles».
La misma reflexión de otra vecina: «Es horroroso que para comprar fruta y verdura tenga que gastarme 20 euros y para un menú de comida rápida solo 5 euros y venga con papas fritas, hamburguesa y de todo. Para comer bien, natural, sano, tengo que ser rica, es un lujo ahora comer bien, como lo es tener casa, y debería ser un derecho». Esta joven explicó que consume productos naturales y biológicos «cuando se puede» y aseguró que simplemente gasta más en su salud, y no en vestidos, zapatos o salir a comer: «Yo cuido mi salud y gasto igual en eso, no voy todos los días a tiendas ecológicas pero sí todo lo que puedo».
Susana, trabajadora de una tienda ecológica de Ibiza, explicó a este periódico que ellos no han subido los precios de la fruta y la verdura en los últimos meses, provocando que «lo no orgánico ya está casi al mismo precio que lo orgánico; lo otro ha subido y está lleno de pesticidas y veneno». Esta cadena apoya «la agricultura ecológica y local» trabajando con 16 fincas asociadas que no tratan sus productos con «ningún tipo de veneno, sin ningún tipo de aditivos ni colorantes». Pero sí han subido el aceite «lo mínimo», porque «si no la gente no podría pagarlo, no puedes venderlo por debajo del precio de coste. Pero en la fruta si que estamos aguantando los precios, porque queremos que todas las mamás puedan acceder a comprar productos ecológicos», según concluyó.