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Los municipios de Ibiza no descartan restricciones por la falta de lluvias

La AEMET confía en que la primavera traiga a las dos islas precipitaciones que ahuyenten el fantasma de la sequía

La semana pasada llovió en las Pitiusas, pero no lo suficiente como para minimizar los efectos de la sequía. | Moisés Copa

| Ibiza |

La isla de Formentera es en estos momentos la única de todo el archipiélago balear que se encuentra en estado de alerta por la falta de lluvias. Ibiza, Mallorca y Menorca están en prealerta, dada la situación de las reservas hídricas a 31 de enero. El panorama en estos momentos no es precisamente alentador pues desde la AEMET se advierte de que no hay previsión de lluvias en las próximas semanas. Todo queda, pues, pendiente de lo que suceda en primavera, época en la que, según el meteorólogo Bernat Amengual, deberían producirse las tan ansiadas precipitaciones para que no haya que decretar restricciones en verano.

En declaraciones a Periódico de Ibiza y Formentera, Amegual ha explicado que, en el caso de Ibiza, «ha llovido un 90% menos»en lo que llevamos del mes de febrero con respecto a las mismas fechas de 2023. «Lo normal sería que se hubieran recogido en estas dos semanas entre 35 y 40 litros pero se ha recogido un 90% menos», ha añadido, «y, en el último trimestre, el déficit de precipitaciones ha sido del 80%. Si vamos aún más atrás, a enero de 2023, también veríamos que hay un déficit del 80%». En Mallorca y Menorca la situación no es tan grave, puesto que en estas islas el déficit de precipitaciones, según el experto de la AEMET, ha sido del 25%.

Desde la AEMET, sin embargo, no se considera aún que esté todo perdido. Y es que confían en que suceda lo mismo que en la primavera de 2023, cuando las lluvias caídas lograron equilibrar la situación. «La primavera nos salvó el año pasado», ha señalado Amengual, «porque, aunque el otoño de 2022 había sido seco, hubo lluvias más o menos intensas».

De cara al verano, es difícil prever lo que va a suceder. Está claro que las temperaturas en esas fechas «serán altas», aunque «tal vez no tanto como en 2023 o 2022, que han sido veranos excepcionalmente cálidos». En cuanto a las lluvias, el portavoz de la AEMET prevé que «serán las normales en esas fechas». No obstante, ha insistido en que habrá que esperar a la primavera para saber qué pasará porque, si no llueve en ese momento, «la situación sí que será más grave y habrá seguramente restricciones porque las reservas hídricas son cada vez menores».

Formentera

La isla más afectada en estos momentos por la falta de lluvias es Formentera. El Consell ha convocado para este jueves la Junta Insular d'Agiües, que deberá evaluar la situación. Además, sus integrantes revisarán, según ha informado la institución, «el plan especial de actuaciones en situación de alerta y eventual sequía».

En la isla de Ibiza, el municipio que ya ha dado la voz de alerta es el de Sant Antoni, cuyo alcalde, Marcos Serra, ha advertido de que es muy probable que haya que decretar restricciones el próximo verano ante la falta de agua y, sobre todo, la cada vez más evidente imposibilidad de las tres desaladoras de la isla de satisfacer la demanda. En Sant Josep, tienen claro que la situación no será tampoco fácil en la temporada alta y de ahí que el alcalde, Vicent Roig, haya ofrecido este municipio como ubicación de la que debería ser la cuarta desaladora de Ibiza.

Verano «complicado» en Vila

El concejal responsable de este área en Vila, Jordi Grivé, ha admitido, por su parte, que temen que el verano sea «complicado». «No descartamos restricciones como las llevadas a cabo el verano pasado», ha asegurado. Además, el Ayuntamiento está preparando ya, en colaboración con la concesionaria del servicio, una campaña «de concienciación fuerte» sobre el consumo de agua que estará dirigida a los hoteles de la ciudad. A todo esto se suman actuaciones de calado como la preparación de la nueva contrata, el riego «eficiente» de jardines, la utilización del agua que fluye de la veta de González Abarca, el control «exhaustivo de las posibles fugas» y la adecuación de los pozos de emergencia. «No se debe desperdiciar ni una gota de agua», ha subrayado el edil.

Grivé, además, ha recordado que es necesario que entre en funcionamiento de una vez por todas la nueva depuradora para poder «aumentar el uso de agua reutilizada». Y ha insistido en que la isla necesita una cuarta desaladora porque las tres existentes funcionan «al 103% por encima de la producción óptima». «Esto significa», ha añadido, «que basta con que falle un bastidor para sufrir problemas graves. Desde el Ayuntamiento de Ibiza hemos reiterado que podemos tener las instalaciones funcionando a ese ritmo y por eso también reclamamos que hace falta una cuarta desaladora para cubrir toda la demanda actual».

Prealerta en Santa Eulària

En Santa Eulària, la situación es de prealerta y el Ayuntamiento se prepara ya para aplicar las medidas previstas en su propio plan de sequía si es necesario. Fuentes del Consistorio han explicado que «si la cosa no mejora, se aplicarán medidas para reducir los consumos y limitar el uso hasta que la situación mejore notablemente». Además, está previsto «actuar junto con los grandes consumidores, algunos hoteles y urbanizaciones, para que apliquen medidas de reducción de consumos de manera que, si no cumplen, se les podrán reducir las presiones o cortar el suministro si fuera necesario».

El próximo verano las playas de Santa Eulària tampoco ofrecerán servicios de ducha, al igual que ya sucedió en 2023: «No todo el mundo hace un uso razonable de los mismos y se despilfarra el agua porque es gratis mientras que en casa se hace un uso más racional». Paralelamente, el Ayuntamiento de la Villa del Río está trabajando para aplicar su ordenanza de gestión sostenible del agua, «poniendo el foco en los grandes consumidores». Además, se está invirtiendo en infraestructuras que permitan realizar un consumo más sostenible del agua y se ha actuado «sobre la normativa urbanística para el control de las piscinas en tamaño y número». «Se irán tomando las medidas según lo aconseje la situación», han concluido las mismas fuentes municipales, «de manera que se podrán rebajar presiones, reducir baldeos y limpiezas de calles, cierre de las fuentes ornamentales o cualquier otra medida que se piense que es necesaria».

Inversiones en Sant Joan

En Sant Joan, de momento, el Ayuntamiento no se plantea medidas drásticas ante la previsión de un verano con problemas por la falta de lluvias. Fuentes de este municipio han señalado que lo único que hay ahora mismo previsto es «acondicionar las duchas de las playas para poder cortar el agua en cuanto sea necesario». «Si el caso es extremo», han añadido, «cerraremos la ducha por completo o solo dejaremos abierta el agua de pies». No obstante, en Sant Joan se están realizando ahora inversiones para poder «llevar agua desalada a diferentes núcleos del municipio» y evitar así los efectos de la falta de lluvias.

El Govern pide «cautela»

Desde el Govern, finalmente, el conseller del Ciclo del Agua, Juan Manuel Lafuente, ha señalado este martes en el Parlament que la situación que viven ahora mismo las Islas por la falta de lluvias «es exactamente la misma» que ya se vivió en la misma época de 2023. El Govern, no obstante, «hace un llamamiento a la cautela y a no malgastar agua porque el agua que podamos malgastar ahora, puede hacernos falta en el futuro». Lafuente ha admitido que «si las cosas van a peor» será necesario aplicar el Plan Especial de Actuaciones en situación de alerta y eventual sequía, que fue aprobado en 2017 y que contempla medidas destinadas a lograr la reducción del consumo, la prohibición de extracción de agua de pozos o el aprovechamiento máximo de la producción de agua desalada.

Lafuente, finalmente, ha destacado que el Govern tiene como prioridad la gestión del agua y ha puesto como ejemplo el plan de inversiones en infraestructuras que se está desarrollando ya en todas las islas. El conseller ha puesto como ejemplo el caso de Formentera, isla en la que bastará con ejecutar las obras de ampliación del depósito, las mejoras en la desaladora y la activación de la balsa para que los ciudadanos no se vean afectados por la sequía.

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