Durante la tarde de ayer fueron muchos los momentos cargados de emoción que se vivieron en el Náutico Ibiza durante el evento reivindicativo que contó con la asistencia de centenares de personas logrando abarrotar, al igual que hace dos años, las instalaciones del Club.
Ángel López explicó que había acudido al acto al formar parte de la tripulación de un barco de vela con el que suele participar en regatas. «No dejo de ser una amateur, pero pude mejorar aquí en el Club Náutico de Ibiza tanto en vela ligera como en cruceros y es importantísimo mantener estas actividades pensando en las nuevas generaciones», señaló.
El marinero Ricardo Navarro no podía perderse de ninguna manera el acto de ayer «porque ahora es el momento». «Veo a la gente bastante implicada en el asunto, aunque si fuera sólo por el apoyo de los ibicencos, hace tiempo que no existiría este problema», consideró.
Jordi García recordó cómo de pequeño ya participaba en la escuela de vela del Club, mientras que ahora ayuda en las regatas que se organizan. «Para mí, es como mi segunda casa», aseguró.
«El Club debe ser de los ibicencos y no puede ser de otra manera. Me da miedo que acabe en manos de otros. Si pasara, se acabaría mi segunda familia. Lo pienso, pero tampoco mucho y, si llega a pasar, para mí se habría terminado la vida en el Club», explicó.
Vicent Roig reconoció no ser socio del Náutico, aunque se animó a acudir al acto de ayer «para animar a esta gente porque no hay derecho que
todo se vaya fuera y los de aquí nos quedemos sin nada».
«No hay derecho que lugares que siempre han sido de los ibicencos o de la gente que vive aquí se pierdan. Cuando era joven ya venía por el Club a bailar», afirmó Roig.
Carles Guasch rememoró cómo empezaron a navegar en la categoría Optimist puesto que «mi padre era también regatista y nosotros hemos crecido aquí. Somos navegantes gracias a la vinculación con el Náutico». En la actualidad, según explicó, sale a navegar hasta tres veces por semana, sábados y domingos aparte. Guasch no ocultó la pena que sentiría si el Club pierde la gestión puesto que su abuelo fue uno de los fundadores.
Evaristo Boix también comentó cómo empezó en el mundo de las regatas a los cinco años y lamentó cómo los residentes «nos estamos quedando sin los lugares de siempre y nos están desplazando de la isla».
Desde hace algún tiempo, Javier Serapio es el responsable del club de lectura en el Náutico, «aunque mi familia siempre ha tenido una vinculación con este lugar». «Debemos intentar defender estos símbolos de nuestra esencia que, poco a poco, van desapareciendo. Nos robaron la playa des Duros, es Botafoc. Sólo nos queda este rincón», consideró.
El magistrado Juan Carlos Torres acudió al acto de ayer motivado por todo lo que está sucediendo en relación a la náutica social. «Nací en Palma y desde pequeño acudía al club de allí. Me viene de lejos mi vinculación con las entidades náuticas, entre ellas, la de Ibiza», afirmó.
Lourdes Bonet, voluntaria de 'Un mar de posibilidades', destacó también la importancia de la institución ibicenca, defendiendo la continuidad de una marina social.
Entre los asistentes, el alcalde de Ibiza, Rafa Triguero, o el presidente del Consell, Vicent Marí, acudieron al evento para respaldar la lucha del Náutico por preservar la concesión. Marí afirmó que se merece «todo el apoyo institucional» que una entidad centenaria continúe con su actividad. El presidente del Club, Joan Marí, quiso agradecer ayer el apoyo recibido.