El Ayuntamiento de Eivissa comenzará a aprovechar el agua procedente de la veta que se encuentra bajo el aparcamiento de la calle González Abarca antes de que comience el verano. Así lo ha anunciado este miércoles el concejal de Limpieza, Jordi Grivé, quien ha explicado que este agua, que no puede ser utilizada para consumo doméstico, será empleada en una primera fase para el baldeo de las calles del municipio, con el consiguiente ahorro en agua, en dinero y en recursos energéticos.
Operarios de Aqualia han comenzado ya los trabajos para unir la veta con los depósitos que se instalarán bajo el aparcamiento del Cetis. En la calle Vicente Serra se ubicará una toma de agua que, conectada a estos depósitos, servirá para abastecer a los camiones que baldean las calles de Vila. «En unos 40 años», ha explicado Grivé, «se han tirado unos 300 metros cúbicos de agua freática al día. Si se hace el cálculo, hablamos de siete estadios Santiago Bernabéu llenos de agua».
Grivé ha recordado que es imprescindible que Vila ahorre el máximo de agua posible. Este es uno de los objetivos más urgentes del Consistorio en la actual legislatura. De ahí la importancia del aprovechamiento de esta veta que, hasta ahora, ha supuesto «un derroche de agua y energético»: «El agua iba al alcantarillado y de ahí a la depuradora. Había que bombearla. Y esto no lo podemos permitir».
Con esta intervención, Vila evitará destinar unos 200 metros cúbicos de agua desalada diarios de media a la limpieza del municipio. Un logro destacado en un momento de prealerta por sequía, según ha recordado Jordi Grivé. «No podemos tirar ni una gota de agua», ha abundado y ha señalado que la política municipal de agua debe basarse en tres pilares: concienciación, evitar el despilfarro y fomentar la reutilización. Sin embargo, en este último punto, Vila tiene un problema. Y es que el anterior equipo de Gobierno no previó ninguna infraestructura para la reutilización de agua procedente de la nueva depuradora, cuyo nuevo retraso ha lamentado el edil.
«Vila no hizo ninguna infraestructura para poder reutilizar el agua procedente de la nueva depuradora», ha señalado el concejal, «es incomprensible. Otros municipios, como Santa Eulària, sí que lo previeron y ya lo tienen hecho». Esta situación se solventará en cuanto el Consistorio adjudique la nueva contrata de agua, que si bien no contempla esta obra en concreto, sí cuenta con un fondo de inversiones para obras que podrá financiar la misma. «Vila va a apostar mucho por la reutilización», ha subrayado Jordi Grivé en este sentido.
Sobre la prealerta por sequía, el concejal ha explicado que la ciudad no se verá tan afectada como pueden verse otros municipios de la isla si sigue sin llover. Sin embargo, también ha recordado que Ibiza se abastece fundamentalmente gracias a tres desaladoras que, en verano, funcionan al límite. Algo que considera que es «muy arriesgado porque puede provocar problemas serios» en el caso de que una de ellas falle.
El jefe de servicio de Aqualia, David Bernaus, ha señalado, por su parte, que el aprovechamiento de la veta de González Abarca es «una iniciativa muy acertada» y «de las que más impacto tendrá en el ahorro de agua este mismo verano». Bernaus ha explicado que el uso de esta veta permitirá ahorrar en agua desalada y afrontar la demanda de esta de forma más cómoda en los meses de la temporada turística. «Utilizar agua desalada en baldeos es un lujo que no nos podemos permitir», ha añadido Bernaus, «ahora todo el baldeo en camión se hará con este agua».
Sobre la veta en sí, Bernaus ha explicado que Aqualia calcula que puede suministrar al año unos 140.000 metros cúbicos de agua. En esta primera fase, se utilizarán cerca de 60.000 y el Ayuntamiento y Aqualia estudian ahora aprovechar el resto en una próxima fase para otros usos como el riesgo de zonas verdes y jardines.