La piscina municipal de Can Misses se ha visto obligada a cerrar este miércoles sus puertas durante toda la mañana para poder reparar los daños causados por varios individuos que han accedido durante la madrugada a las instalaciones, provocando varios daños.
La piscina ha podido reabrir sus puertas a última hora de la mañana después de que equipos de limpieza, técnicos y personal de mantenimiento trabajaran desde las 6:00 horas de la mañana en devolver las instalaciones a su estado habitual.
Según se sabe hasta el momento, varios individuos accedieron entre la 1:30 y las 2:00 horas de la madrugada de este miércoles al interior de la piscina de Can Misses, supuestamente forzando una de las ventanas superiores y accediendo desde el tejado de las instalaciones. Una vez dentro, han vaciado todos los extintores de las instalaciones en diversas dependencias y en la propia piscina. Además, han roto el cristal de una de las puertas.
Los equipos municipales se han afanado en devolver la piscina a su estado original y a última hora del mediodía ya se encontraba en condiciones de abrir de nuevo al público. Los extintores han sido repuestos, la empresa de seguridad ha instalado nuevas alarmas y sistemas de seguridad y se han reforzado la seguridad de las ventanas en los puntos donde se sospecha que accedieron los individuos. El cristal será sustituido en las próximas horas.
Hace unos días ya se había producido un acceso por parte de unos jóvenes, e incluso personal municipal se tuvo que enfrentar a un grupo de menores que hace unos días pretendían entrar en las instalaciones por la fuerza fuera del horario permitido y con las instalaciones ya cerradas al público.
En uno de estos accesos uno de los autores olvidó su teléfono móvil, que ya se encuentra en poder de la Policía Nacional para facilitar su identificación, por lo que podría producirse próximamente.
A la espera de identificar a los autores y realizar una cuantificación más detallada de los daños causados, los autores podrían enfrentarse a una doble responsabilidad: por un lado la responsabilidad civil (multa económica) que el Ayuntamiento les reclamará en función de los daños causados; y por otro lado la responsabilidad penal por un supuesto delito de daños (Art. 263.2 del Código Penal), con el agravante de haber afectado a los intereses generales, por haberse visto obligados a cerrar una instalación pública municipal. Estos delitos conllevan penas de prisión de 1 a 3 años y multas de 12 a 24 meses.
El Ayuntamiento de Ibiza muestra su más profundo rechazo a estos hechos que ya han sido denunciados, y colaborará para identificar y sancionar con toda la dureza posible a sus autores.