Cada vez que se prevén lluvias o llueve, el temor regresa para los vecinos de los asentamientos de Ibiza debido a las incidencias que pueden causar estas tormentas sobre sus infraviviendas, especialmente sobre aquellas chabolas o tiendas de campaña débiles que no pueden evitar sufrir estos daños «irreparables». Es el caso del nuevo asentamiento de Can Rova donde ayer se mostraron desconfiados ante estos días de lluvia. «Parece que ha pasado lo peor, pero nunca se sabe. Nos gustaría poder disponer de algún espacio o trastero para poder guardar nuestras pertenencias susceptibles de sufrir daños por las lluvias», destacó William, uno de estos vecinos mientras sacaba pertenencias de su coche.
Junto a él estaba una mujer que tiene a sus hermanos viviendo en varias tiendas de campaña unidas en este nuevo asentamiento en el que también hay varias casetas, caravanas, furgonetas y camiones. En total, cerca de 60 familias – muchas de ellas antiguos inquilinos de Can Rova – viven en este terreno privado ubicado junto a la rotonda que da acceso al camino de la cantera d’en Canyes. Junto a estos vecinos había una familia en la parte exterior de su caseta de madera e indicaron que lo que más les preocupa de estas jornadas de lluvia es que esta parcela de tierra se convierta en una ciénaga de agua y barro. Muy cerca de ellos estaba Jorge y su familia bajo una loza azul impermeable que los protegía de las gotas de lluvia. En relación al pronóstico de más tormentas, que podrían estar acompañadas de rachas fuertes de viento y granizo, Jorge se mostró más tranquilo que sus vecinos, ya que la caseta metálica prefabricada en la que viven es de un «material fuerte».