Los docentes de las escuelas infantiles de Baleares reivindican su papel esencial en la educación de los alumnos y lo hacen a través de un firme manifiesto en el que reclaman a las administraciones públicas demandas urgentes en la enseñanza de 0 a 3. En este sentido, desde la Associació de Directors d’Escoles Infantils Públiques de les Illes Balears (ADEIPIB) hacen hincapié, especialmente, en la mejora de las condiciones laborales de los docentes que trabajan en esta etapa porque, según la profesional Verónica López, miembro de la Junta Directiva de la ADEIPIB, el primer ciclo de educación infantil está reconocido en la LOMLOE como una etapa educativa más con las mismas condiciones laborales que el resto de etapas que constituyen la enseñanza, refiriéndose a las condiciones laborales del personal que trabaja en los Centros de Educación Infantil y Primaria (CEIP).
«Tenemos la misma carga administrativa que en estos espacios, pero en los colegios tienen un director, un cap d’estudis y un secretario, mientras que las escoletas sólo cuentan con un director, que es el que lo gestiona todo», lamenta esta representante de la entidad. Una situación de «desgaste» que se ha visto agudizada, según explica la entidad en su manifiesto, por la gratuidad total de la escolarización de los niños de 0-3 años este curso, ya que está provocando «dificultades evidentes que hacen peligrar la calidad educativa que requiere un ciclo como éste».
«Esta gratuidad ha supuesto un cambio en las escoletas de Baleares, pero este cambio significativo no ha venido acompañado de una nueva normativa. Esto ha ocasionado que los docentes empezaran el curso escolar con un malestar porque, entre otros motivos, no tenemos ninguna normativa por la que se regulan los comedores escolares», apunta la presidenta de la asociación Susana Páramo, denunciando también que siguen teniendo el mismo decreto de mínimos en las escoletas con ratios de niños muy elevadas. Al respecto, lamenta que, en ocasiones, una persona sola tiene que dar de comer a 12 o 18 niños según la ratio establecida por el decreto de mínimos y, además, sólo pueden contar con un suport escolar que se reparte entre tres y cinco aulas. También denuncian que la normativa que regula esta etapa educativa está obsoleta, puesto que desde el año 2008 no se ha modificado el decreto de mínimos.
«Estamos en 2024 y durante todo este tiempo se han realizado mucho cambios educativos, pero este decreto sigue sin actualizarse», lamenta López, insistiendo en la carga de trabajo administrativo de los centros, así como las ratios en las aulas. «Cada vez hay más alumnos con necesidades y nos encontramos con una persona sola que únicamente cuenta con un suport escolar en momentos concretos; con esta realidad es imposible ofrecer una educación de calidad», agregan desde la asociación, exigiendo una revisión de los decretos de mínimos porque «no puede ser que una educadora esté sola con 18 alumnos – que tienen sus características concretas – y pueda dar una atención adecuada». En esta línea, destacan que no hay un auxiliar educativo en el aula, que son un apoyo para estos niños y, además, los Equipos de Atención Temprana (EAP) sólo trabajan en algunos centros un día a la semana cuando estos estudiantes deberían tener un apoyo constante.
«El personal docente está desgastado porque trabajan con niños muy pequeños que tienen necesidades muy concretas», apunta Verónica López. En esta misma línea se muestra la presidenta de la entidad, quien subraya que esta situación implica que toda la calidad educativa de las escoletas la sostenga el personal educativo, pero esto ocasiona un «desgaste y un estrés muy significativo». Es por eso que Páramo insiste en la necesidad de disponer de una normativa de calidad que acompañe a esta gratuidad en 0-3 años.
Punto de vista
La asociación de directores reclama pertenecer a la Conselleria de Educación
Los docentes de las escoletas, a través de la asociación ADEIPIB, denuncian en su manifiesto la oferta insuficiente de plazas tanto en la red pública como en la complementaria, y reclaman que mejoren los recursos humanos destinados a la inclusión para que sea posible una mejor detección y atención de los alumnos con necesidades educativas especiales.
También denuncian las condiciones salariales precarias de los profesionales que trabajan en esta etapa educativa y solicitan pertenecer a la Conselleria de Educación. Además, reclaman una vía para dar «estabilidad y coherencia al primer ciclo de Educación Infantil». Por último, exigen que se mejore la conciliación de la vida laboral y familiar, para que no recaiga por completo en el primer ciclo de infantil.