Entrenados con dureza para luchar y morir con honor, los ‘genios del espectáculo’ del Imperio Romano, procedentes en este caso de Tarraco, protagonizaron en Vila una ‘munera’ o lucha de parejas de gladiadores. Antes del esperado evento, que se vio afectado por la lluvia, el vicepresidente de Gesta Gladiatoria, Clemente Manero, relataba con pasión aspectos y detalles sobre los gladiadores y gladiatrices, desmontando la imagen que uno pudiera tener de estos personajes a causa de decenas de películas.
De hecho, aunque inicialmente los gladiadores eran esclavos, con el tiempo se convirtieron en auténticas estrellas de la época, consiguiendo su libertad y gozando de un ‘status’ de lo más destacado.
«Tenemos en Éfeso o Córdoba lápidas mortuorias de gladiadores que nos narran aspectos muy interesantes. Además, algunos estudios nos dicen que estaban muy bien alimentados y comían, como mínimo, tres veces al día; que tenían a su disposición a masajistas y a los mejores médicos de la época y a gente que se preocupaba por ellos», destacó el experto.
También los cascos y las panoplias que mostraron en Ibiza los miembros de Gesta Gladiatoria reproducen fielmente aquellos que lucían los luchadores de la época.
«Lo que vemos en las películas es erróneo. Por ejemplo, he visto a gladiadores conocidos como ‘retarios’ con casco y ellos no lo llevaban. Tampoco se usaba lo del dedo hacia arriba o hacia abajo para indicar si debían morir. No sabíamos exactamente cómo lo hacían», insistió.
Durante más de siete siglos de historia, el «gran negocio de la lucha de los gladiadores» evolucionó y fue cambiando con el paso de los años.
«Nerón quería que las mujeres gladiadoras lucharan con personas con enanismo, aunque ellas llegaron a ser tan famosas como los hombres. Había dos gladiatrices muy conocidas: Amazona y Aquilia, pero algunos emperadores trataron de quitarlas de en medio», resaltó Manero.
También destacó que quien organizaba los juegos llegaba a pagar comida y bebida para todos los asistentes, ansiosos por ver a sus gladiadores preferidos. De hecho, compraban el merchandising de la época y en algunos museos se exponen lucernas con escenas grabadas de luchadores, sus nombres y hazañas.