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«Estamos quemando infancias porque vamos muy acelerados»

La psicóloga infantil Carmen Esteban ofreció ayer la charla ‘Técnicas de gestión emocional y comunicación en familia’ en Can Ventosa

La psicóloga infantil Carmen Esteban ofreció una interesante charla sobre gestión emocional en Can Ventosa. | Alejandro Mellon

| Ibiza |

Las barreras de los padres para poder gestionar las emociones que pueden afectar a los hijos es una de las dificultades que ayer se trataron durante la charla Técnicas de gestión emocional y comunicación en familia a cargo de la psicóloga infantil Carmen Esteban en el Espacio Cultural Can Ventosa. Esta profesional explicó a los presentes la importancia, tanto para las familias como para los educadores, de aprender a gestionar primero sus emociones con el objetivo de ayudar a los niños a que aprendan a gestionar las suyas propias. Entre estas barreras, Carmen Esteban destacó el uso de las pantallas, la carga mental de los padres o la falta de conciliación de la vida familiar y laboral. «El ritmo al que vamos es muy rápido y, al final, estamos quemando infancias porque vamos muy acelerados y no respetamos estos ritmos. Queremos que los niños crezcan antes de lo que pueden a nivel neurológico», subrayó esta psicóloga sanitaria y educativa a Periódico de Ibiza y Formentera.   

Por todo ello, insistió en que, para poder gestionar las emociones en familia, es necesario focalizar la atención en cómo los propios adultos gestionan sus emociones ante la forma que tienen los niños de mostrar su malestar o su frustración porque no hay que poner el foco en el menor, ya que, según afirmó esta profesional, el cerebro de un niño todavía está muy maduro para poder gestionar algo tan complejo como son las emociones. En esta misma línea puntualizó que otra de las barreras que tienen que abordar algunos adultos son los trastornos de salud mental en los hijos porque son un «desafío para los padres», ya que tienen que pasar un duelo y aceptar el diagnóstico, lo que supone «un reto complicado a nivel emocional a la hora de entender que el cerebro de tu hijo funciona de una forma diferente y no puedes realizar las mismas técnicas» que harías con un niño sin trastornos del neurodesarrollo.

La comunicación

También habló sobre los facilitadores que conectan la escuela con los padres y los estudiantes, resaltando la importancia de la comunicación- tanto verbal como no verbal- para ayudar a los niños a expresar cómo se sienten. «En el día a día hay muchos desafíos y ser padres es muy complicado. Por ello es importante tener un objetivo o una base desde donde podamos partir. Evidentemente siempre habrá excepciones y circunstancias, y esto también es clave en la gestión emocional. Saber ser amables con nosotros mismos como padres y entender que, a veces, también podemos perder los nervios», apuntó Esteban, subrayando la importancia a la hora de decir ‘no’ a los niños para que aprendan a tolerar la frustración.

«Es esencial saber poner límites, pero siempre de forma respetuosa», agregó, resaltando cómo ha cambiado la educación en las últimas décadas. Al respecto, subrayó que antes los padres se centraban en proporcionar la parte más física y las necesidades más básicas, pero desde hace unos años, como estas necesidades están cubiertas, los adultos se han enfocado en la parte más invisible como es la salud mental, las emociones y las habilidades sociales. «Hemos sido educados en un modelo más autoritario y ahora estamos cambiándolo a un modelo más democrático. Para nuestros hijos será más fácil educar, pero, para nosotros, que estamos haciendo ese cambio, es más complicado porque tenemos que desaprender y aprender nuevos patrones», indicó esta profesional, mientras resaltaba cómo en uno de los capítulos de su libro Educar con paciencia: ayuda a tu hijo a gestionar sus emociones propone a los padres diez mandamientos de la educación emocional. Estas claves para los adultos cuentan con información sobre cómo ayudar a los niños a gestionar las emociones para que se sientan ac

ompañados y seguros durante la crianza de sus hijos. Hay que señalar que este libro es uno de los cuatro que ha publicado esta autora: dos de estos ejemplares están más orientados a los adultos y el resto está más enfocado a la etapa adolescente.

Abuso sexual e infantil

Pero, sin duda, es su cuento Con sentimiento: El cuerpo solo se toca con permiso el que aborda, con mucho tacto y cuidado, la prevención del abuso sexual infantil. «En este libro hablo sobre el respeto al cuerpo en la infancia, destacando la importancia de pedir permiso a la hora de besar o abrazar a los niños. Muchas veces transmitimos de manera inconsciente que los niños tienen menos derechos que los adultos porque hacemos con ellos lo que no haríamos con un adulto, por ejemplo, con el tema de los besos», precisó esta psicóloga e indicó que este contacto lo relacionamos con una muestra de educación porque pensamos que si un niño te acepta un beso, o te da un abrazo, es más educado, pero si te rechaza estos gestos es maleducado, sin embargo, según Esteban, no es así, ya que el menor lo que está haciendo es poner límites sobre su cuerpo.

«Es muy importante que desde pequeños enseñemos a los niños que el cuerpo es suyo, y que si no les apetece dar un beso ni un abrazo no significa que sean maleducados o que te quieran menos. Hay que enseñar a los menores a respetar y a escuchar su cuerpo», explicó, haciendo hincapié en cómo en este libro resalta la importancia de que los niños escuchen todas sus emociones, tanto las buenas como las malas, porque las negativas, como el miedo, el asco o el enfado, son las que protegen y alertan de una situación que no les apetece realizar. También señaló que al final del cuento hay una guía para las familias y para los educadores sobre cómo prevenir el abuso sexual en la infancia que consiste en transmitir a los menores que todas las emociones tienen una función. En este sentido, también señaló que en este cuento se trabaja la asertividad como habilidad social para aprender a decir ‘no’ de forma respetuosa y, además, se explican las partes privadas del cuerpo, aquellas que nadie puede tocar sin permiso, con el objetivo de que los padres enseñen a sus hijos a tener más autonomía corporal para que el niño comprenda que es dueño de decidir sobre las intervenciones en su propio cuerpo.

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