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Entrevista

«Hemos mejorado la vida de muchas personas vulnerables»

La entidad celebra sus 25 años de existencia y asegura que, durante este tiempo, más de 1.500.000 personas se han beneficiado de su trabajo

Fina Darder, coordinadora del Fons Pitiús de Cooperació. | Alejandro Mellon

| Ibiza |

Hasta el próximo 9 de enero, el Centro Cultural de Jesús acogerá la exposición ‘Historias de migraciones. Ibiza y Formentera, tierra de salida y llegada’. La muestra forma parte de los actos conmemorativos del 25 aniversario del Fons Pitiús de Cooperació. Su presidenta actual es Toñi Picó, mientras que el cargo de coordinadora lo ocupa Fina Darder (Ibiza, 1969), quien lleva trabajando en la entidad desde sus comienzos.

—¿Por qué y cómo se fundó hace 25 años el Fons Pitiús de Cooperació?
—Yo estoy desde el inicio, aunque su creación fue impulsada por ONGs de Ibiza y Formentera que consideraban que debía existir un espacio que aglutinara los esfuerzos de quienes aquí trabajaban en cooperación, con las instituciones públicas por un lado y estas entidades por otro. Además, ya existía un Fons en Mallorca y otro en Menorca, así que se optó por crear uno en las Pitiusas.

—Tras más de dos décadas de historia, ¿qué objetivos se han planteado para el año 2025?
—Todavía debemos debatir el plan de trabajo para el nuevo año, aunque es cierto que acabamos ahora un plan estratégico, por lo que impulsaremos una convocatoria de proyectos entre febrero y marzo a la que dedicaremos el grueso de nuestro presupuesto. Además, nos planteamos seguir con nuestro proyecto educativo en el que han trabajado cuatro institutos de la isla para abordar la parte de la inmigración y mejorar la convivencia y cohesión en los centros educativos. Vamos a intentar asentarlo después de haberlo iniciado este curso.

—¿Se impulsó este proyecto porque se detectaron en los centros determinadas actitudes que lo hacían necesario?
—Sí. Iniciamos una campaña llamada ‘Contra el racismo y la xenofobia, actuamos’ porque detectamos cierto rechazo hacia las personas recién llegadas y lo notamos en algunos centros escolares. Después, quisimos incorporar a las entidades que trabajan en Ibiza y Formentera en relación a los movimientos migratorios y ellas también nos aseguraron que, entre la población en general, habían detectado actitudes racistas y de rechazo. Muchas veces esto viene dado por noticias falsas en redes sociales, noticias estereotipadas que nos llevan a tener una idea equivocada sobre los que llegan a las islas. Nos pareció importante iniciar esta campaña para revertir estos mensajes negativos y contribuir a mejorar la convivencia.

—En cuanto a los proyectos que financian, ¿todos son propuestos por las ONGs?
—Tenemos dos apartados. En uno, estas organizaciones nos presentan iniciativas y, además, tenemos una parte de cooperación directa en la que trabajamos básicamente con Nicaragua y El Salvador, con municipios y entidades de allí. Hay que recordar que el Fons es una asociación de instituciones públicas locales comprometidas en trabajar en el mundo de la cooperación y en realizar su aportación económica. Comenzamos en el año 2000 con un presupuesto de 600.000 euros y ya contamos con casi 1.000.000 euros. Ahora, atravesamos un momento de estabilidad desde hace seis o siete años.

—Durante estos 25 años, más de 1.500.000 personas se han beneficiado de los proyectos financiados desde el Fons.
—Sí, son muchas iniciativas y es difícil elegir una. También es complicado hablar de un único lugar en el que hayamos actuado. Hay experiencias muy interesantes y hemos visto muchas mejoras. Acabamos de estar en El Salvador y hemos podido comprobar el resultado de los proyectos en los que trabajamos desde hace años. Son temas relacionados con el agua, suministrando materiales para que puedan canalizar este recurso y tener así agua potable, y también trabajamos mucho en la capacitación de las personas que trabajan en estos sistemas de suministro para que sean ellas quienes reclamen ese derecho al agua y puedan realizar para ello las acciones necesarias. Vemos como un avance que hay un movimiento organizativo muy fuerte, con personas de diferentes comunidades que están muy organizadas y que trabajan en este sentido, y además hemos visto cómo las mujeres, que hace diez años estaban en un segundo plano, poco a poco están en esas juntas de agua y tienen incluso cargos importantes como el de presidentas o tesoreras, e incluso conocimos a dos fontaneras que llevaban el mantenimiento del sistema. Hace diez años esto hubiera sido impensable, pero ahora es posible porque los proyectos incluyen también un componente de igualdad de género en el que se contempla esta capacitación de la mujer que se ha empoderado. Es un resultado que nos ha gustado mucho. Además, esto tendrá otros resultados como la paralización de algún proyecto urbanístico que, de ejecutarse, va a provocar que no les llegue agua. Con el Fons, tenemos claro que no acabaremos con el hambre en el mundo, pero hemos creado una cooperación cercana, mejorando la vida de muchas personas vulnerables que viven en zonas rurales aisladas. Han podido mejorar sus vidas y es una satisfacción ver que hemos podido contribuir a ello.

—¿Ellos entienden que desde un lugar tan lejano como Ibiza se les quiera ayudar?
—Algunos todavía se sorprenden, pero es gente que te muestra su agradecimiento más profundo. También ves mucha humanidad y cohesión social entre todos ellos y ves que les es fácil organizarse y hablar. Cuando llegamos, nos cuentan cómo ha sido el proceso y cómo se encuentra. Es gente muy agradecida.

—En estos años, habrá habido momentos muy complicados para el Fons.
—En 2011, con la crisis, nuestro presupuesto bajó a mínimos, a unos 450.000 euros y teníamos casi el doble. Este año, hemos contado con un presupuesto de 942.000 euros. Si hacemos un balance de todo este tiempo, hemos aprendido mucho sobre cooperación porque la experiencia y el contacto con la gente con la que trabajamos nos ha permitido aprender y evolucionar y, con el tiempo, mejorar. Al mismo tiempo, nos falta mucho por aprender, aunque hemos aprendido a trabajar con consenso y en alianza entre todos quienes formamos el Fons.

—¿Cómo están viviendo la llegada masiva de pateras?
—Lo estamos viviendo como un drama. No puede ser de otra forma y debe contemplarse desde un punto de vista humanitario. Uno de nuestros ejes estratégicos son los derechos humanos de las personas migrantes y, a partir de aquí y de forma transversal, intentamos colaborar con esta realidad a través de proyectos que se financian y también a través de la parte educativa. En relación a los proyectos, colaboramos con Manos Unidas y Cáritas en Marruecos porque asisten a personas en tránsito que proceden del África subsahariana.

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