Tal y como estaba previsto, el número de personas residentes en los asentamientos que rodean la ciudad de Ibiza ha caído tras la temporada turística. Si en verano eran unas 400 personas las que malvivían en estos espacios, ahora oscilan entra las 200 y las 250, según ha explicado la concejal de Bienestar Social, Lola Penín, a Periódico de Ibiza y Formentera. Sin embargo, Penín no considera que esta sea una buena noticia porque, ha subrayado, «no podemos ni debemos normalizar esta situación».
En el peor momento del año, se contabilizaron hasta 11 asentamientos alrededor de la ciudad. Espacios ocupados básicamente por «personas con contrato de trabajo» pero que, tanto entonces como hoy, no pueden acceder a una vivienda, bien por el elevado precio de esta, bien porque no la han encontrado. De estos 11 asentamientos, tres han sido ya desalojados: el de can Tomeu, el creado en las naves de ses Feixes des Pratet y el ubicado en las cercanías del BFit. Estos desalojos, sin embargo, han provocado que crezca el número de personas en el de sa Joveria, que es el que más preocupa en estos momentos al Consistorio.
«En sa Joveria hemos puesto contenedores y el camión de la basura pasa cada noche», ha explicado Penín, «pero no son condiciones para vivir. Al lado del BFit teníamos un asentamiento dentro de un torrente. Si hay una DANA, puede suceder una desgracia. Lo hemos limpiado y hemos sacado de allí toneladas de basura. Y parte de los que estaban viviendo allí se han trasladado a sa Joveria».
El Ayuntamiento ha articulado diversas líneas de ayudas para los residentes en estos asentamientos. Así, pueden acceder a ayudas para el pago de la fianza si encuentran una vivienda o una habitación. También se les facilita dinero, «en la medida en la que se puede», para que abonen las deudas que tengan por vivienda. Y, además, disponen de otras ayudas como las escolares, aunque en estos momentos «no hay muchas familias con niños». Precisamente estos días la Policía Local está visitando todos los asentamientos para localizar a menores y a familias vulnerables con el fin de informarles de las posibilidades que les ofrece el Consistorio. Pero esta labor no es sencilla pues, ha recordado la concejal, «es una población fluctuante, que no está siempre en el mismo sitio». «Lo que queremos», ha insistido, «es que sepan que, si encuentran una vivienda, el Ayuntamiento puede ayudarles a acceder a ella. Estamos hablando de que la mayoría de estas personas tienen trabajo pero están ahí porque no encuentran vivienda».
Penín ha admitido que las alternativas que puede ofrecer el Consistorio son «circunstanciales» pero, ha señalado, cualquiera de ellas es «mucho mejor que vivir en esas condiciones». Además, la concejal de Bienestar Social ha recordado que se levantarán en el municipio varias promociones de vivienda protegida y de alquiler asequible que contribuirán a paliar la situación y hay que ver también el resultado que tendrá en Vila el programa autonómico Lloguer Segur. No obstante, Penín ha admitido que hasta entonces será necesario seguir haciendo esfuerzos para afrontar este grave problema.
Para la concejal de Bienestar Social «no se puede normalizar que la gente esté viviendo en caravanas o en tiendas de campaña». Y ha concluido: «Los empresarios también se tienen que implicar porque no creo que sea lo más adecuado que sus trabajadores vivan así. Van a trabajar sin haber podido descansar en condiciones y esto también afecta a las propias empresas. Insisto, no podemos seguir normalizando esto o que la gente tenga que vivir compartiendo piso».est eu elit suscipit cm iaculis.