Un conocido portal inmobiliario oferta un piso en Can Misses de tres habitaciones y 105 m2 por 379.990 euros, un precio bastante por debajo de lo que suelen costar en la zona otros inmuebles similares. El problema es que la vivienda en venta está okupada y así se advierte en los comentarios del anunciante: «Se vende okupado, sin título justificativo. El activo se encuentra sin posesión para el comprador».
Además, el vendedor recomienda a los interesados leer bien el anuncio puesto que la casa «no se podrá visitar ni hipoteca». «Miren bien las condiciones», insiste, destacando que la vivienda está al día de suministros y cargas.
Es el claro ejemplo de una sorprendente, pero cada vez más habitual situación, que se repite en los mercados de compraventa de inmuebles. También en Santa Eulària se puede encontrar un piso okupado de 45 metros cuadrados con ascensor, una habitación y un baño por 105.000 euros. En Cala de Bou hay un estudio de 48 metros cuadrados por 163.000 euros y se detalla en el anuncio que es un «inmueble procedente de ejecución hipotecaria sin posesión» y que se debe consultar con el agente comercial de la vivienda para consultar la información adicional de esta, así como las condiciones de compraventa. «El precio del inmueble ha sido fijado en atención a que el inmueble se adquiera por el comprador en estado de ocupado por lo que no aplicaría dicho precio si en el momento de formalización de la escritura pública el inmueble se encontrara libre de ocupantes. Imposibilidad de visita interior», detalla el anunciante.
El presidente de la Asociación de Inmobiliarias de la Pequeña y Mediana Empresa de Ibiza y Formentera, Ricardo Sánchez, destacó que la venta de inmuebles okupados es cada vez más habitual y es completamente legal puesto que la vivienda se puede transmitir con los okupas dentro. «Nosotros siempre comentamos que es un producto exclusivamente para inversores. Nunca recomendamos que lo vaya a comprar una persona o familia para convertir el inmueble en su futura residencia», advirtió.
Según explicó Sánchez, los bancos no financian operaciones de compra cuando el inmueble se encuentra okupado y, además, nunca se sabe en qué estado se encontrará la propiedad. «Puede estar destrozado por dentro y compras sabiendo la superficie y dirección únicamente. Si después hay que desalojar a los okupas, son procesos que pueden dilatarse en el tiempo», puntualizó.
Desde la patronal explicaron que estas viviendas suelen venderse entre un 15 y un 20% más baratas en comparación con el precio de mercado, aunque es una compra «arriesgada» puesto que probablemente deban realizarse inversiones para reformar la casa.
«Sólo recomendamos estas compras para gente inversora, que no tenga necesidad del dinero que va a invertir ni urgencia para disponer del bien. Lamentablemente, con la situación legislativa actual, hay muchos propietarios que optan por vender el inmueble okupado con tal de no tener que estar años detrás de abogados. Creo que cada vez veremos más este tipo de ofertas», concluyó.
Por su parte, Zenón Helguera, delegado en las Pitiusas del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (APIs), reconoció que la venta de viviendas okupadas es una de las pocas opciones que tienen los propietarios para resolver su complicada situación, siendo una opción cada vez más habitual.
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