Dice la tradición que un recién nacido viene ‘con un pan debajo del brazo’, pero en el caso de Lexa, ella vino con toda una panadería. Se trata de El Pan de Lexa, la panadería, pastelería y a la vez cafetería que los padres de Lexa, Marie Michel y Elliot Auran, ponían en marcha a mediados de 2020, en plena crisis por la pandemia del Covid y pocos meses después de su nacimiento.
La experiencia de Marie y Elliot en el sector de la panadería se ha venido forjando durante años en su Francia natal, «Elliot es panadero desde que tenía unos 16 años y yo he estado trabajando en la parte de venta desde hace mucho tiempo», explica Michel sobre la profesionalidad y la vocación necesaria en este duro oficio por parte de la pareja.
Inicios
«Vinimos por primera vez a hacer la temporada en 2016, en 2017 ya nos establecimos en la isla. Elliot estuvo trabajando en la pastelería Mediterránea junto a Nico y en La Gourmandise, donde yo también estuve trabajando en la parte de venta», explica Marie respecto a su aterrizaje en la isla antes de que «a finales de 2019 encontráramos este local, que antes había sido una oficina de Aqualia después de haber sido una vivienda durante toda la vida, por lo que tuvimos que hacer bastante reforma y traer, por ejemplo, el horno desde Francia».
Fieles a sus raíces y a su zona de confort en este sector, El Pan de Lexa es «una panadería de tradición francesa», tal como subraya Michel, que asegura que «la manera de trabajar en una panadería y pastelería española es muy distinta a la manera de trabajar francesa». Una manera de trabajar que también implica a la materia prima más básica en una panadería: la harina que Elliot y Marie importan directamente desde Francia.
Cultura del pan
«En Francia tenemos una cultura del pan muy distinta a la que hay aquí. Mientras en Francia se vende muchísimo pan, hay muchísimas más panaderías y establecimientos como el nuestro que aquí, en España la gente prefiere comprar una barra de pan industrial y congelada en el supermercado», asegura Marie respecto a su experiencia en cuanto a la demanda de pan en su establecimiento, aunque reconoce que «la tendencia está cambiando poco a poco».
Un establecimiento que más allá de elaborar su propio producto para vender en su despacho, también fabrica panecillos o pan de hamburguesa para servir a distintos restaurantes de Ibiza.
Como la mayor parte de sectores de la isla, el de la panadería también sufre la escasez de mano de obra profesional, «apenas hay panaderos», asegura Marie respecto a la dificultad de poder contar con profesionales mientras añade el handicap de que «los panaderos españoles tienen una manera distinta de trabajar que los franceses».
Estas circunstancias han llevado a Marie a dedicarle más tiempo al trabajo en el obrador, elaborando productos de pastelería, que en la parte de venta «Elliot hace el pan, las masas y la bollería por la noche y yo me dedico a la pastelería y a las empanadas y los quiches». Marlene es quien se encarga del mostrador de venta durante el horario de atención al público, de 8 a 14:30 horas con el apoyo de Marie, mientras Elliot junto a Líber trabajan de madrugada pastando y horneando los distintos panes y bollería en un auténtico puzzle de horarios.
Horarios
Mientras Líber trabaja toda la noche, a partir de la 00 horas, Elliot se incorpora a las 4 de la madrugada hasta media mañana para volver por la tarde para seguir trabajando y dejarlo todo listo para la siguiente jornada, . «Es un trabajo duro y sacrificado», reconoce Marie poniendo en valor el carácter vocacional de un oficio que, «si no te gusta, no le puedes aguantar el ritmo». Un ritmo que en verano se dispara, obligando a la pareja a contratar a más personal, «por lo menos necesitamos a alguien más en la parte de venta y a otra para que se encargue del reparto a restaurantes». De esta manera, aunque el horario de atención a sus clientes es de 9 a 14,30 horas, la actividad en El pan de Lexa apenas se interrumpe en todo el día. Tal vez los lunes, cuando cierran por merecido)descanso.
En cuanto a la oferta, complementada por un servicio de café, zumos y tostadas, Marie no tiene duda de que la estrella de El Pan de Lexa es el croissant de almendras, «con mantequilla, claro, como todo la que hacemos. A la gente le encanta». Otro de los productos más demandados, según Marie, son «los quichés salados y, en verano, las tartajeas de frutas».
En cuanto a los productos más tradicionales de la isla, Marie reconoce que «no nos hemos atrevido a meternos en ese terreno, además, quien quiere algo típico de aquí va a buscarlo a pastelerías ibicencas de toda la vida. Con nuestros productos tenemos suficiente trabajo (ríe)».
Más allá de la pastelería, la oferta de pan francés en El pan de Lexa abarca las baguettes tradicionales, además de las baguettes con semillas, integrales o de centeno. El precio oscila entre 1,30 euros la baguette tradicional y los 1,60 euros las de semillas, integrales y centeno. «Es imposible ponerlo más barato», asegura Marie, quien reconoce que, respecto al pan congelado y mucho más barato, «no hay competición, ofrecemos productos muy distintos». Además, en El pan de Lexa se puede adquirir ‘pan de ayer’ a un precio obviamente mucho más económico, «pero que sigue estando igual de bueno que el de el día, de hecho hay quien asegura que está más bueno de un día para otro»
Clientela
Entre la clientela de El pan de Lexa, tal como asegura Marie, «hay, sobre todo, gente del pueblo que viene a desayunar, muchos de las oficinas del Ayuntamiento, por ejemplo. A partir de Semana Santa empiezan a venir muchos turistas, no los que vienen de fiesta: vienen familias a desayunar con los niños»..
Muy recomendable. Calidad precio un 10.