La Conselleria d'Agricultura, Pesca i Medi Natural del Govern balear ha activado una estrategia urgente para hacer frente al alarmante avance del Tomicus destruens, un escarabajo que amenaza con diezmar los pinares de las Islas Baleares, especialmente los de Ibiza. Gracias a una inversión de un millón de euros procedente del Ministerio de Medio Ambiente, el Govern tiene previsto ejecutar en un año un conjunto de acciones destinadas a contener esta plaga forestal que también afecta a otras zonas del Mediterráneo y ha alcanzado incluso el parque nacional de Doñana.
Según ha detallado Luis Núñez Vázquez, jefe del servicio de Sanidad Forestal de la dirección general de Medi Natural i Gestió Forestal, Ibiza es actualmente el punto más crítico del archipiélago. «La falta prolongada de lluvias ha debilitado seriamente las masas de pinar, creando un caldo de cultivo ideal para los insectos perforadores, como el Tomicus destruens y el Orthotomicus erosus», indica. Como respuesta inmediata, ya se ha licitado un contrato menor que permitirá iniciar la tala de los ejemplares más afectados en la isla pitiusa.
Aunque en menor medida, algunas zonas del sur de Mallorca también presentan síntomas de afectación, aunque las precipitaciones recientes han frenado el deterioro. Núñez explica que estos escarabajos xilófagos destruyen el tejido vital bajo la corteza del árbol —el cámbium—, impidiendo el paso de la savia y provocando la muerte del pino en pocas semanas si el ataque rodea completamente el tronco.
El Tomicus destruens, en particular, es un escarabajo de pequeño tamaño que pone sus huevos en galerías excavadas en la corteza. Las larvas, de color blanco y sin patas, se alimentan del floema. «Tienen dos generaciones al año. Los adultos emergen en marzo y mayo, y se desplazan a las copas para completar su maduración», detalla el responsable forestal. A diferencia de otras especies, esta puede atacar incluso árboles que aparentan estar sanos.
La detección de la plaga comienza con cambios evidentes en el color del follaje. En primavera, los pinos afectados por el Tomicus adquieren un tono amarillento que rápidamente se torna rojizo, señal clara de infestación. En otoño, este mismo proceso delata la acción del Orthotomicus. La presencia de resina en forma de «volcanes», pequeños agujeros en la corteza y ramitas caídas son otras pistas que indican la actividad de los perforadores.
Desde la Conselleria se hace hincapié en que estas plagas forman parte del ecosistema, pero deben mantenerse bajo control para evitar su proliferación desmedida. Para ello, se desarrollan campañas de prevención que incluyen la eliminación rápida de restos de poda y madera acumulada cerca de áreas boscosas. También se insta a retirar árboles que presenten los primeros síntomas de ataque, con plazos estrictos para su destrucción o tratamiento —ya sea mediante triturado, descortezado o quema controlada— según el trimestre en que se detecte la infestación.
Una de las principales dificultades es que el 96% del terreno forestal de pinos en Baleares es de titularidad privada. Esto implica que, en la mayoría de los casos, la actuación depende de la implicación de los propietarios. El Govern balear, por su parte, actúa en los espacios públicos.
En este sentido, Núñez hace un llamamiento a la ciudadanía para que instale trampas del tipo Theysson, recomendando entre 0,3 y 2 por hectárea, situadas en zonas despejadas y nunca directamente bajo los árboles. Estas trampas deben cargarse con atrayentes específicos para cada especie y ser revisadas cada 60 días.
La gestión forestal recomienda eliminar todo material de riesgo en un radio inferior a 500 metros de las masas de pinar. Además, para llevar a cabo cualquier tala o quema es imprescindible la autorización del agente de medio ambiente correspondiente, respetando las restricciones vigentes sobre el uso del fuego.
Finalmente, el responsable de Sanidad Forestal concluye con una advertencia clara: los tratamientos químicos no resultan eficaces contra esta plaga, por lo que la prevención y la actuación temprana son las únicas herramientas viables para preservar los pinares de Baleares. La colaboración entre administraciones y propietarios privados se revela así como el único camino para salvaguardar uno de los patrimonios naturales más valiosos del archipiélago.
MarctorresHombre, que quiere que le diga, desde hace unos 70 años y quizás mas, para los pageses un bosque de pinos, no valía NADA, la madera de esta especie en concreto no es utilizable para gran cosa. Solo hay que ver, "lo limpios" y podados que tienen sus bosquecillos. Normalmente sirvieron para "endilgárselos" (con puig incluido) a algún extranjero a precio de bosque de pino Douglas de Oregon, cosa que ahora con "eso" del ANEI y tal ya no les es posible. También decirle que hay estudios palinológicos (polen) que indican que hace 2000 años no había tantos pinos, e incluso había hasta encinas y robles. El clima, la deforestación en otras épocas ha conformado que el pino carrasco (Pinus halepensis) por sus características (crece hasta entre roca) se haya adueñado de las montañas de la isla. Las plagas existen desde siempre, son un modo de selección y cambio a otras especies, la naturaleza en si, es sábia, a nosotros nos queda mucho y ganas para comprenderla.