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Bares de Ibiza: Bar Cardona, el decano de Sant Jordi

El Bar Cardona lleva más de tres décadas ofreciendo sus servicios en pleno corazón de Sant Jordi, generación tras generación

Foto: Toni P.

| Ibiza |

Los de la familia de Can Fumeral, en Sant Jordi, eran más conocidos como es barber, por el oficio que los caracterizó durante generaciones. Sin embargo, José Cardona Ferrer, con la llegada del turismo, interrumpió la tradición familiar, atraído por la hostelería que se iba desarrollando a pasos agigantados durante los años 60 y 70 y, por qué obviarlo, por el beneficio económico que eso reportaba.

De esta manera, Cardona estuvo trabajando en bares tan míticos del puerto de Ibiza como el Clive’s hasta que decidió emprender su propio negocio: el bar Sa Sequi, ubicado delante de la antigua plaza de toros y junto al flamante Royal Plaza.

«Aunque yo era muy pequeño, me pasaba allí todo el día y, como todos los toreros iban al bar a tomar algo, yo también quería ser torero», recuerda Juanjo, nieto de José, que asegura que «el bar funcionaba como un tiro, tanto con la plaza de toros como con el hotel, de donde venía todo el personal a desayunar, comer o a tomar algo cuando terminaba la jornada».

De aquella época, Juanjo recuerda que «a la hora de cerrar, mi abuelo echaba la verja y dentro se quedaba a saber cuánta gente jugando a las cartas hasta la madrugada. Apenas dormía».

Raíces

El cierre de la plaza de toros coincidió con la nueva iniciativa de Cardona: dejar el bar Sa Sequi para abrir un nuevo negocio en su propia casa, en Sant Jordi. Allí, en su propio terreno, construyó el local donde, en 1989, abriría el bar que llevaría su apellido como nombre: el bar Cardona.

«Entonces, en Sant Jordi había otros bares como Sa Tisana, Cas Sec o Can Jurat, pero todos estos han ido desapareciendo, por lo que el Cardona es el bar más antiguo del pueblo», calcula el nieto del fundador.

Sabor y tradición

Con José Cardona atendiendo a sus vecinos y clientes tras la barra, y su esposa, Maria Roig, en la cocina, el negocio no tardó en prosperar.

«Además de la gente del pueblo, venían los salineros y gente de todos lados. Es que mi abuela tenía una manita en la cocina que, solo con hacer una tostada, se notaba la diferencia».

De esta manera, el Cardona no tardó en vivir su primera transformación cuando «se amplió el bar, haciendo el salón y una buena cocina para empezar a hacer menús y platos más elaborados que los bocadillos y las tapas que se hacían hasta entonces».

Cambio de rumbo

José y María mantuvieron el rumbo del bar Cardona hasta 1999, cuando pasó a estar bajo otra gerencia durante una década. Fue en 2009 cuando Juanjo Cardona tomó las riendas del negocio que fundó su abuelo.

«Entonces hice una reforma de arriba a abajo, lo cambié todo menos la barra, que es la que trajo mi abuelo del bar Sa Sequi y eso no se cambia», asegura Juanjo.

Nueva etapa

Los cambios que llegaron con la nueva generación de Cardona afectaron también a la carta, donde «aunque seguimos ofreciendo la misma cocina de siempre, añadimos las pizzas gracias al cocinero —uno de los mejores de la isla— que tenía cuando abrí: Vinyals, a quien llamamos Rambo. Él fue quien me propuso hacer las pizzas que se siguen haciendo a día de hoy».

Entre la clientela de Juanjo y de su esposa, Sílvia Plaza, en esa época, el hostelero destaca que «venían muchísimos taxistas por la noche a cenar; podíamos servir hasta 100 platos en una sola noche, además de la gente habitual y los vecinos del pueblo».

«Un negocio como este funciona solo, solo hay que hacer las cosas bien», asegura Cardona, que, sin embargo, admite que ha tenido que lidiar con distintos retos a lo largo de los últimos años.

«Llegó un momento, a partir de 2014, en el que encontrar personal se convirtió en un verdadero problema. La gente que teníamos formada y que llevaba años con nosotros empezó a marcharse a los beach clubs, que les pagan un verdadero dineral con el que no puedo competir. Durante una temporada entera estuve abriendo de madrugada y cerrando por las noches: acabé muerto».

Rumbo al futuro

«Hoy en día es muy difícil encontrar a gente de confianza y yo tuve la suerte de encontrar a Ninfa Raquel Sánchez hace un año», explica Cardona, respecto a quien ha tomado el relevo de la gestión del bar jordier.

«Cuando Juanjo me lo ofreció, al principio me dio un poco de miedo por la responsabilidad», reconoce Raquel, que, tras casi una década de experiencia en la hostelería, decidió coger el timón del bar Cardona junto a su socio, el cocinero Michael.

En esta nueva etapa, bajo la batuta de Sánchez, el Cardona sigue manteniendo el mismo espíritu que José y Maria dejaron impreso durante décadas. La palabra más usada por Raquel es «recuperar»: «hemos recuperado el horario de noche, hasta las dos de la madrugada, y estamos recuperando a los taxistas; en cuanto al menú, también ofrecemos más variedad y hemos recuperado el bogavante con arroz o con huevos, por ejemplo».

Clientela

El horario de apertura del Cardona es a las 6:30 de la mañana, «cuando vienen muchos trabajadores antes de comenzar la jornada y los vecinos más madrugadores». De esta manera, Raquel describe en tan solo una frase el perfil medio de la clientela del Cardona.

Toni ‘Frit’ es vecino de Sant Jordi de toda la vida y, tal como explica él mismo a primera hora de la mañana, «me paro aquí cada día a tomarme mi cafecito y mi desayuno, como he hecho toda la vida».

«Yo llevo 32 años viniendo», asegura Miguel, también vecino de Sant Jordi, que califica al Cardona como «mi segunda casa».

«Como vivo enfrente, solo tengo que cruzar la calle», explica Peregrina, a sus 90 años, que asegura sin perder el humor que «me gusta venir cada día a pasar la mañana y tomarme una tónica o un cortado bautizado».

«Vengo todos los días a echarme unas risas con los amigos, es un lugar muy familiar», asegura Ramon, otro de los vecinos del Cardona. Entre esos amigos con los que Ramon comparte risas y cervezas se encuentran Jose y Vicent.

«Yo vengo mañana y tarde. Si alguien me busca, es más fácil que me encuentre aquí, jugando una partida de tute con los amigos», añade con humor Jose, mientras Vicent continúa asegurando entre risas que «yo, como buen pensionista, vengo cada día, pero solo por las mañanas a saludar a los vecinos y a charlar con los amigos».

3 comentarios

user Ben Xavat | Hace 6 meses

Aún no le veo yo el sentido de toda esta publicidad de bares.

user hf | Hace 6 meses

Lucía JoséHola, ¿ te apetece ir al cine a ver "Yo hice a Roque III" ?

Lucía José Lucía José | Hace 6 meses

Y C'an Teixeido? Más de 50 años con el mismo propietario ( otra cosa es lo que trabaje) Y Ara Anam? Antiguo bar Planells...

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