El prestigioso diario estadounidense The New York Times ha puesto el foco en Ibiza por la presión que el consumo de drogas en discotecas está generando en el sistema sanitario de la isla. Bajo el titular Club Drugs Strain Health System on Ibiza, Spain’s Party Island, el periódico alerta de una situación límite: las ambulancias están al borde del colapso.
Según el reportaje, durante la temporada alta más de una cuarta parte de las emergencias atendidas por ambulancias provienen de clubes nocturnos, y en muchos casos afectan a turistas extranjeros. «Hay discotecas a las que tenemos que ir a recoger a un paciente intoxicado todos los días», señala José Manuel Maroto, portavoz del sindicato USAE. Añade que hay noches en las que tienen que acudir «tres o cuatro veces al mismo local».
Pablo Roig, técnico de emergencias, confirma el ritmo frenético: «Hay días en los que estamos tan ocupados que apenas podemos parar a comer o a tomar un café».
La situación no solo sobrecarga los recursos disponibles para los 160.000 residentes permanentes, sino que genera tiempos de espera más largos y tensión entre los profesionales. El personal sanitario también denuncia agresiones físicas y verbales por parte de afectados.
Ibiza "today" en pocas palabras: recogiendo lo sembrado pero no pasa nada, se llevan luego, a las ferias turísticas, un par de fotos (bien encuadradas) de calas en las que aún no han llegado los microorganismos que ponen de verde turbio el mar, y de típicas iglesias blancas y listo: disfraz de destino auténtico y natural con nuestros representantes políticos posando sin ningún tipo de rubor cuando además, y por no extenderme mucho, ya, en nuestra realidad gastronómica, las pizzas, pastas y foccacias superan por goleada a la cocina tradicional ibicenca. Qué desdibujada ha quedado Ibiza, pero no busquemos culpables fuera, es lo que se ha permitido desde dentro