El aparcamiento del carrer d’es Jondal, en el barrio de Can Escandell, fue escenario este miércoles a mediodía de un movimiento poco habitual. Decenas de jóvenes, tanto españoles como extranjeros, se congregaron en la zona vestidos para una fiesta. La actividad fue especialmente intensa en torno a la hora del almuerzo, con una notable afluencia de taxis que dejaban pasajeros en el lugar. También se observaron furgonetas Mercedes negras que recogían a los presentes, según pudo comprobar Periódico de Ibiza y Formentera.
Ante la concentración de personas, una pareja de agentes de la Policía Local se personó en el aparcamiento. Los agentes identificaron y registraron a varios de los allí reunidos con el resultado de dos denuncias por tenencia de drogas y una por tráfico. Uno de ellos, tras recibir una sanción, preguntó: «¿Puedo pagar ahora para aprovechar el descuento?». El agente respondió que debía esperar «hasta mañana, cuando la denuncia esté dentro del sistema». Otros, de origen británico, ofrecían cierta resistencia a la hora de presentar su identificación que la simple amenaza de una visita a comisaría resolvió de manera inmediata.
«Este es el ‘meeting point’ para una fiesta en una villa de por ahí detrás», reconoció uno de los asistentes, que pidió no aparecer en los medios «para que no me vea mi madre». Este joven, que trabaja en la isla durante la temporada, aseguró que la convocatoria se difundió «de boca a boca» y que, según le había llegado en su entorno laboral, se trataba de una fiesta organizada por «unos ingleses ricachones». Tras esperar un tiempo en el párking, decidió dar por concluida la jornada: «Ahora me iré a casa a descansar».
Por su parte, un grupo de jóvenes británicos presentes en el lugar manifestó no saber exactamente cuál era el destino final. «No tenemos ni idea de dónde vamos. Solo sabemos que hay una fiesta», dijeron, sin aclarar si habían pagado algún tipo de entrada.
Este episodio pone de manifiesto cómo ciertos espacios públicos de la isla se convierten, durante la temporada alta, en puntos de encuentro para acceder a fiestas privadas organizadas en villas.
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