Una familia de Ibiza denuncia una espera de más de cuatro horas para que una ambulancia trasladara a un paciente desde el Hospital Can Misses hasta la residencia sociosanitaria Cas Serres. «Mi padre salió de la consulta a las once de la mañana y la ambulancia llegó a las tres de la tarde, después de haber llamado cuatro veces», relatan con indignación. Durante ese tiempo, el paciente – que requiere alimentación por vía gástrica y presenta movilidad muy reducida – no pudo tomar su medicación a tiempo ni recibir los cuidados necesarios.
Este caso pone el foco sobre una situación que, según explican, se repite cada vez con más frecuencia en Ibiza: una grave falta de personal y de vehículos operativos en el servicio de transporte sanitario no urgente que se coordina desde Palma. Al respecto, la mujer del paciente apunta que los profesionales de Ibiza no son responsables de esta situación porque el servicio se gestiona desde Palma y la Gerencia desconoce la casuística operativa que necesita Ibiza. «De las catorce ambulancias que hay, sólo están funcionando cuatro», explica el hijo del paciente afectado. «Es vergonzoso y desesperante. Y lo peor es que esto no es una excepción, es lo habitual».
A la escasez de ambulancias se suma la falta de personal. «No hay gente, y muchos se esconden para no hacer horas extra. Es una situación deplorable», denuncia. Este testimonio coincide con quejas recientes del personal sanitario que advierte de una sobrecarga laboral durante la temporada alta.
Sindicatos
Sin ir más lejos, el sindicato UGT denunció esta saturación del servicio de ambulancias en Ibiza y el resto de Baleares debido a la falta de profesionales y recursos, responsabilizando a IBSalut y a la empresa pública Gsaib de la «inacción» ante una situación que califica de «insostenible». En esta misma línea se muestra esta familia de Ibiza al señalar cómo la falta de personal y medios perjudica especialmente a los residentes durante la temporada turística. En el caso concreto de este paciente, los retrasos tienen consecuencias muy graves: sufre disfagia, una alteración que le impide tragar, se alimenta por sonda abdominal y requiere atención continuada. «Entró en el hospital hace un año tras una caída y, desde entonces no ha vuelto a casa. Se le ha complicado todo: una pierna paralizada, problemas neurológicos, una movilidad muy reducida...», explican. Tras su paso por el hospital, fue derivado a Cas Serres, donde sólo puede permanecer seis meses. Su plazo termina en septiembre y la familia ya ha sido informada de que deberán buscar otra solución. De momento, sólo les han ofrecido una hora diaria de atención domiciliaria como alternativa.
El caso refleja, según esta familia, un problema más amplio: la saturación del sistema sociosanitario en Ibiza en verano con el aumenta de la demanda, pero no de los recursos públicos. «La población flotante crece de forma brutal y los servicios siguen siendo los mismos. No dan abasto», denuncia el familiar. «¿Quién lo paga? Siempre los mismos: los residentes». El testimonio apunta también a una percepción de agravio comparativo en el acceso a recursos públicos: «Lo que más nos duele es ver que hay personas recién llegadas, incluso sin papeles, que acceden a ayudas las 24 horas. Mientras, quienes han cotizado toda su vida están completamente desatendidos».
Otro de los aspectos más criticados por los familiares es la diferencia de tiempos de respuesta entre situaciones urgentes y no urgentes. «Si hay una emergencia en una discoteca o en la playa, aparecen en cinco minutos. Pero si es un traslado de un anciano desde el hospital a una residencia, puedes esperar medio día». Reconocen que las urgencias deben tener prioridad, pero piden que no se abandone a quienes necesitan atención programada o continuada. El déficit de ambulancias no es nuevo. Ya en años anteriores, sindicatos y usuarios han advertido de la necesidad urgente de reforzar tanto los recursos materiales como humanos del servicio debido al crecimiento de la población, especialmente en verano, que desborda una infraestructura pensada para un volumen mucho menor de residentes y visitantes.
Mi padre estuvo esperando en urgencia el viernes pasado 5h y no fue atendido. Tuvo que irse a casa con su problema gordo de espalda sin ser atendido. Seguir trayendo chusma que nos llega nuestra sanidad pública.