Santa Eulària ha logrado reducir a la mitad las incidencias reportadas por excrementos de perros en la vía pública gracias al proyecto de ADN canino, que se puso en marcha a principios de 2023. Este sistema, basado en la recogida y análisis genético de muestras de heces caninas, ha permitido identificar a la minoría de propietarios que incumplen la normativa sobre la recogida de excrementos, lo que ha contribuido a mejorar la limpieza urbana y la convivencia ciudadana.
Durante 2023, se registraron 366 avisos en la aplicación Línea Verde relacionados con excrementos de perros, mientras que en 2024 la cifra descendió a 338. En lo que va de año, las notificaciones por esta causa no han superado el centenar, situándose en 96. Este descenso evidencia la efectividad del proyecto y el impacto de la vigilancia genética en la reducción de conductas incívicas.
Hasta ahora, se han registrado en el censo municipal 2.221 perros, de un total estimado de 4.000 ejemplares en el municipio. La iniciativa comenzó con la modificación de las ordenanzas municipales sobre tenencia de animales y la puesta en marcha de un servicio integral que incluye la logística, la toma y análisis de muestras, y la gestión de bases de datos genéticas.
El sistema funciona a partir de la toma indolora de muestras de ADN a los perros, que luego se cruzan con las muestras de heces recogidas en la vía pública por los celadores municipales. Esto ha permitido abrir 96 expedientes sancionadores a propietarios que no cumplen con la obligación de recoger los excrementos de sus mascotas o que no tienen registrada su identidad genética. En 2023 se abrieron 27 expedientes, en 2024 otros 21, y en lo que llevamos de este año, ya se han abierto 48, la mayoría con resultados positivos que identifican al dueño responsable.
Además, el proyecto ha facilitado la detección de perros no censados en zonas específicas, como es el caso de un perro identificado en la zona turística de Es Canar tras analizar hasta 13 muestras negativas. La geolocalización y el análisis de características fenotípicas del ADN —como tamaño, color del pelo y tipo de hocico— permiten restringir las áreas y horarios en los que pasean los animales, lo que facilita aún más su localización.
Cabe destacar que la inscripción de los perros en el censo municipal es obligatoria, con un coste de 37 euros por la prueba de ADN, que es totalmente indolora para el animal. Las sanciones por no registrar a la mascota ascienden a 200 euros, y por no recoger sus excrementos, a 300 euros. Las multas se aplican de forma retroactiva gracias a la base de datos genética municipal.
Además de mejorar la limpieza urbana, el proyecto de ADN canino también aporta beneficios para el bienestar animal, ya que ayuda a identificar camadas abandonadas, facilita la recuperación de perros robados y permite identificar animales que atacan al ganado en zonas rurales.
La medida estrella de la anterior legislatura y única. Seis años llevan estirando el chicle que para que lo unico que sirvió es que todo el extrarradio de Sta Eularia estuviera llena de excrementos de perros y algunos menos en el pueblo. Concienciacion, y la única que se entiende son sanciones, que se puede pagar de sobra a una persona para multar, y menos tonterías de ADN.