Santa Eulària atraviesa un verano que muchos comerciantes califican como «inusualmente flojo». Desde tiendas hasta restaurantes, la percepción es unánime, y es que las ventas han bajado en comparación con temporadas anteriores, especialmente en junio y lo que llevamos de julio. La situación resulta desconcertante, ya que no hay un factor claro que lo explique, como sí ocurrió el año pasado con los grandes eventos deportivos.
«Junio suele ser un poco más tranquilo, pero lo de este año es completamente diferente», explican desde la tienda L’Mental, dedicada a moda. Allí notan una bajada evidente en el volumen de clientes, sobre todo en días de mucho calor. «La gente prefiere irse a la playa o a una terraza, pero realmente no sabemos por qué está así», añaden. Desde hace dos semanas, el consumo ha disminuido, algo extraño para el sector textil, que subrayan que julio suele ser el mes de más ventas.
Los precios suben
En el restaurante Brunch It, el comportamiento del cliente ha cambiado. «Antes venían a comer bien, ahora muchos solo toman un café o comparten un plato», cuenta un empleado. Aunque mayo arrancó con fuerza, junio trajo una caída de afluencia y julio está siendo muy irregular, con días buenos seguidos de jornadas vacías. Además, la subida de precios no ha pasado desapercibida. «Una tostada que costaba 4,90 euros ahora vale 6,50. Es lo que hay. Los proveedores nos han subido todo, desde el pan hasta el café».
Desde comercios como Pasos de Colores, especializada en calzado tipo hawaiano, y Colores de Ibiza, que vende souvenirs, también confirman la misma sensación. Hay menos movimiento y menos ventas. Lo mismo ocurre en una cafetería del centro. «Esto no es solo aquí, es en todos lados. La temporada va floja en general», comentan.
El perfil de visitante sigue siendo mayoritariamente extranjero, con predominio de alemanes, holandeses e italianos. El turismo nacional es escaso y algunos apuntan a que el encarecimiento general de Ibiza podría estar desviando viajeros a destinos más económicos.
Además, entre los propios comerciantes se comenta que, con la subida de precios en los hoteles, muchos turistas llegan con el presupuesto ya ajustado. «Creemos que han desembolsado gran parte de su dinero en el alojamiento y eso les hace evitar otros gastos, como salir a cenar, tomar algo o comprar souvenirs», explican.
En cuanto al personal, muchos negocios han mantenido sus plantillas estables con la esperanza de una remontada, pero si la situación no mejora, no descartan recortes o cierres adelantados tras el verano. «El año pasado por estas fechas estaba esto a rebosar. Este año, llegas a las ocho y está vacío», comenta un camarero.
Agosto se presenta como un mes clave, pero sin garantías. «Si sigue así, en septiembre nos vamos todos», dice con resignación uno de los trabajadores. Por ahora, Santa Eulària sigue esperando que el turismo levante el vuelo.
EbusususDeu t escolt Ben bones q son si tens bona terra i molts la tenim Sino pa i sobrassada formatge en tenim d coses bones