«La velocidad de empeoramiento de la invasión de serpientes en Ibiza es exponencial»

La lagartija pitiusa (Pordacis Pytiusensis) está amenazada de extinción por las serpientes que llegaron alrededor del año 2000 escondidas en viejos y nudosos olivos centenarios traídos desde el sur de la península para decorar áreas rurales de la isla. Una década después, en 2010, empezaron a saltar las alarmas. Hoy, un cuarto de siglo más tarde, todavía quedan muchos retos que afrontar para garantizar su continuidad como especie. Elba Montes (Santiago de Compostela, 1983) ha dedicado buena parte de su carrera a estudiar y combatir la presencia de especies invasoras, en especial serpientes. Con un doctorado cum laude en Biodiversidad, fue una de las primeras profesionales en abordar el problema de su expansión en Ibiza, trabajando desde el Consell en los años 2019 y 2020, cuando aún no existía una respuesta institucional desde el Govern. Hoy, Montes forma parte de la junta directiva de la Asociación Herpetológica Española, donde coordina los esfuerzos centrados en las especies invasoras, una preocupación que sigue guiando su trabajo ante el incierto futuro de las sargantanes.

-En Ibiza y Formentera hay solamente una entidad con competencias para gestionar la invasión de las serpientes, que es el COFIB, que depende del Govern Balear. Hemos visto a muchos de sus voluntarios atareados y con problemas de financiación. ¿Piensas que el Govern debería destinar más dinero y más medios a la invasión de las serpientes?

-Mi opinión es que sí. También pienso que las Administraciones tienen unos recursos limitados y es el político el que decide cuáles son las prioridades y, por lo tanto, es el votante el que decide cuáles son las prioridades. Pero, claro, a mí lo que me preocupa es esto. Yo opino que habría que destinar más recursos.

-La voluntad política. Ya lo dijiste en la entrevista que mantuvimos el año pasado.

-Sí.

-En Ibiza, además, no existe un centro de recuperación de fauna como tal. Lo más parecido es una clínica veterinaria que tiene un acuerdo con el COFIB. Se trata de una oficina que trabaja con esta clínica veterinaria, que les cede un espacio para que ellos puedan tener un quirófano, un lugar donde diseccionar, etcétera. Pero no es un centro de recuperación de fauna como hay en otros sitios.

-Correcto.

-¿Por qué es importante tener un centro de recuperación de fauna en una isla como Ibiza?

-Bueno, Ibiza es una isla, entonces el territorio es limitado de manera natural y, por muy pequeña que sea la isla, hacen falta unos recursos. Es como preguntarse: ¿por qué hace falta un hospital en Formentera? Pues porque vive gente, ¿no? Da igual que sea una isla pequeña y que ya haya otro hospital en Ibiza. La cuestión es que es necesario para cuestiones urgentes, valga el paralelismo.

Al final tú necesitas unos recursos, necesitas unas instalaciones en el territorio en el que ocurren los problemas. Entonces, independientemente del tamaño de la isla o de la población que tenga o de todas las circunstancias que rodean a la isla de Ibiza, la cuestión es que hacen falta unos recursos y unas actuaciones.

-Desde el año pasado, cuando diste tu última entrevista, las perspectivas de futuro de la lagartija Pordacis Pityusensis eran un poco negras. Del año pasado a este año, ¿crees que ha mejorado un poco su perspectiva de supervivencia?

-No, creo que no.

-¿Crees que han empeorado, entonces?

-Sí, creo que la situación está empeorando y, además, la velocidad de empeoramiento es exponencial. Es decir, va a peor cada vez más rápido.

-A pesar de todos los anuncios y de todas las advertencias, ¿se podría decir que se está haciendo suficiente desde las Administraciones?

-Desde el punto de vista del problema ecológico, no. Desde el punto de vista de los recursos públicos, quizás estén haciendo todo lo que pueden.

Tampoco quiero dejar en mal lugar la actuación de la Administración, cuando probablemente el Servicio de Protección de Especies esté haciendo todo lo que está en su mano, con los recursos que tienen, para poder ayudar con este problema. La realidad es que eso no está siendo suficiente. Pero, ¿cuánto sería suficiente? Pues quizás muchísimo.

-¿Tú crees que las Administraciones públicas no tienen suficiente dinero para trabajar en esto?

-Sí, dinero hay, pero también hay otros mil problemas. Entonces, no lo sé. Desde el punto de vista del problema ecológico, no es suficiente lo que se está haciendo.

-Se ha creado un reservorio en Barcelona para garantizar la población de lagartijas. También se ha creado un reservorio en el Museo de Puig des Molins.

-No es exactamente un reservorio lo de Barcelona. Lo de Barcelona es un zoo que ha habilitado unos terrarios para poder llevar a cabo la cría ex situ de las lagartijas.

-¿Crees que esa población de lagartijas podrá volver algún día de Barcelona a Ibiza?

-Honestamente, no lo sé. Creo que con los recursos que se están destinando ahora mismo, no, porque la invasión de las serpientes está avanzando y está ocupando toda la isla.

Entonces, si las cosas siguen así, volver a traer lagartijas no tendría sentido, porque sería darle más comida a las serpientes, básicamente. Si las cosas cambiaran, pues sí, pienso que tendría todo el sentido. Pero mientras las cosas siguen como están, no le veo sentido.

-En el caso de Puig des Molins, nos dicen que allí no llegan las serpientes, lo cual está muy bien, pero sí hay muchos gatos que entran a comer serpientes. Aquí quería señalar a los gatos porque todo el mundo los quiere mucho, pero lo cierto es que ni siquiera se las comen, a veces solamente las matan para jugar. ¿Quién mata más lagartijas, las serpientes o los gatos?

-A ver, en el caso concreto de Puig des Molins, probablemente los gatos. En el caso de la isla de Ibiza, históricamente ha habido gatos durante muchísimos años, los han traído los seres humanos y las lagartijas han convivido con ellos.

Ahora llegan las serpientes y en 20 años se las están zampando todas. Entonces, en mi opinión, son más peligrosas las serpientes que los gatos por esto. No quiero decir que los gatos no sea una amenaza preocupante, que desde luego lo son para la biodiversidad de la fauna endémica de las islas. Los gatos son de lo peorcito que hay. Pero en este caso concreto las serpientes han demostrado que tienen muchísimo más potencial de acabar con las lagartijas que los gatos.

-¿Crees que las administraciones deberían trabajar más en campañas de adopción y esterilización de gatos callejeros para frenar la matanza de lagartijas?

-Cien por cien. Además, las serpientes pueden entrar perfectamente al recinto de Puig des Molins. Si nada ha cambiado, no hay ningún problema para que una serpiente pueda entrar al recinto, a no ser que hayan puesto vallas especiales, que creo que no lo han hecho.

Que ellos no las vean no quiere decir que no las haya o que no puedan entrar cuando una serpiente llegue allí y le dé la gana de entrar. No hay ninguna medida para que las serpientes no puedan entrar allí y, si hasta ahora no lo han hecho, habrá sido casualidad o que no las han visto, pero, por poder, pueden entrar.

-Sabemos que las primeras serpientes llegaron escondidas en olivos alrededor del año 2000. Estos olivos se plantaron en villas y en espacios públicos. ¿Por qué dependemos de la península para traer estos olivos? ¿Crees que Ibiza debería tener un vivero de especies vegetales para no depender del exterior?

-A ver, eso sería lo ideal. El tema es que el olivo es un árbol de crecimiento muy, muy, muy lento y para tener estos olivos tan viejos que tienen el tronco tan gordo y con nudos y con esas características que le dan esa belleza hacen falta más de 20 años. Un olivo tarda muchísimos años, estoy hablando de cientos de años para que se cree un árbol de ese porte.

Entonces, claro que sería lo ideal que no se importaran olivos, pero la cuestión es que si tú quieres un olivo así, no lo puedes tener en un vivero de Ibiza. Bueno, puedes tener uno o dos, pero no puedes tener una producción suficiente como para la demanda que entiendo que está habiendo.

-Entonces, ¿quieres decir que hemos sacrificado la biodiversidad por un cambio estético y cuando lo hemos sabido hemos seguido importando olivos?

-Sí.

-Vale. En la entrevista del año pasado decías que frenar la invasión de serpientes es una cuestión de prioridades políticas. ¿Crees que para el Govern frenar la invasión de serpientes es una prioridad ahora mismo?

-A ver, yo lo que veo es que se están empezando a tomar un poco más en serio el tema, pero veo que sigue sin ser suficiente.

-Se han reportado numerosos casos de serpientes en la zona del Parque Natural de Ses Salines. ¿Cuáles pueden ser las consecuencias de la invasión en esta zona protegida de la isla? ¿Hay otras especies en peligro?

-Claro, hay especies en peligro. Te diría que, más allá de la lagartija, las serpientes de herradura pueden comer fácilmente aves. Tenemos algunas especies de aves que viven en el Parque Natural de Ses Salines, pero también viven en el resto de la isla y empiezan a estar amenazadas, especialmente los pollos.

Pueden depredar facilísimamente algunos adultos, pero especialmente los pollos. Entonces, tenemos ahí un punto seguro para las aves limícolas, tanto para las que nidifican como para las que están de paso, para todas las aves en general, y lo estamos poniendo en peligro, lo estamos amenazando con la invasión de serpientes. Y eso podría suponer que el Parque Natural deje de tener esa función protectora y de punto seguro para muchas especies.

-Aparte de seguir con el trampeo y frenar la importación de olivos, ¿qué otras medidas tendríamos que tener en cuenta?

-Yo creo que incrementar el trampeo sería muy positivo. Sé que estamos hablando ya de unos números muy grandes de recursos y de trampas, pero cuanta más gente voluntaria ponga trampas en su casa, es decir, cuantas más trampas haya en el territorio, mejor. Porque eso puede hacer que, aunque existan serpientes en todo el territorio, llegue un momento en que la convivencia con las lagartijas pueda llegar incluso a ser posible, si conseguimos que los números de serpientes bajen lo suficiente.

Por otro lado, frenar la entrada es vitalísimo, es algo que todavía no se está controlando y que llegamos ya súper tarde, pero que cuanto antes se haga mejor.

Luego, controlar la entrada de serpientes en la isla de Formentera también sería súper importante, porque ya estamos viendo que esos movimientos pueden suceder entre Ibiza y Formentera.

Y por último, la creación de cría ex situ de unos números más grandes de lagartijas con una diversidad lo más amplia posible. Lo veo súper importante de cara a preservar esa diversidad genética que pueda haber dentro de la propia especie de lagartija.

-Es decir, hacer un reservorio más grande fuera de la isla, quizás en Mallorca, por ejemplo.

-O lo mismo que se está haciendo en el zoo de Barcelona. Yo creo que eso, pero llevado a unos números más altos de lagartijas, sería súper interesante.

Y luego también crear espacios realmente libres de serpientes y que garanticen la no entrada de serpientes en el propio ecosistema natural de la isla de Ibiza.

-Mediante vallas especiales o muros, ¿verdad? Como se intentó hacer en Australia.

-Bueno, no hace falta ir a Australia. En la isla de Guam, por ejemplo, donde hay una invasión, crean recintos en los que no pueden entrar ni salir una serpiente.

Por ejemplo, en las zonas de cuarentena del puerto o en zonas naturales en las que quieren estudiar qué está pasando con las propias serpientes y con los propios reptiles endémicos. Y existen ya prototipos de vallas que garantizan que una serpiente no pueda entrar ni salir de esos recintos. Las vallas todavía no han llegado a Ibiza.

-En el año 2020, COFIB instaló 570 trampas y capturó 1.400 serpientes. El año 2024, cuatro años después, instaló 2.000 trampas y capturó casi 4.000 serpientes. Es decir, el número de trampas sube, pero el número de capturas no es proporcional al número de trampas. ¿Esto qué puede significar? ¿Las serpientes se extienden por zonas de la isla donde no se está trampeando o se está reduciendo efectivamente la población de serpientes?

-Esta pregunta es muy buena y, además, es la que disipa dudas, porque luego la gente asume cosas que no tienen por qué ser así.

Esto habría que preguntárselo al COFIB, porque son ellos los que tienen los datos. Pero, como dato general, de esas 2.000 trampas que se han puesto, puede ser que muchas de esas trampas se hayan puesto en sitios donde aún no han llegado las serpientes o están empezando a llegar y puede servir para detectar por dónde va el frente de invasión. Entonces, en esas trampas no se espera que caigan tantas serpientes como en zonas donde ya sabemos que hay una altísima densidad de serpientes.

Estamos hablando de una superficie de 570 kilómetros cuadrados, donde la presencia de serpientes no es homogénea en toda la isla, sino que puede haber zonas en las serpientes estén llegando y todavía no haya tantas. Luego, hay zonas en las que hay muchísimas serpientes y hay zonas en las que quizás había muchas serpientes en un momento dado y ahora, como hay menos comida para ellas, hay menos serpientes. No puedes esperar que la tasa de captura de serpientes por trampeo sea homogénea y, por lo tanto, sea proporcional al número de trampas, porque también depende mucho de dónde pongas las trampas… En fin, hay mil factores que influyen en que esas capturas no sean lineales.

-Para finalizar, sabemos que no hay soluciones mágicas, pero, ¿podrías resumir las medidas que nos permitan frenar la invasión?

-Que la gente tampoco espere que la Administración lo haga todo. Si tú tienes una finca privada en la que no está entrando la Administración, pon trampas tú, como ciudadano. Hazte responsable de lo que pasa en el territorio, ayuda a que las cosas mejoren en tu isla. Cuantas más trampas, mejor.

Luego, frenar la entrada de serpientes. Para esto ya llegamos tardísimo y tendría que estar ya implementadísimo.

Y luego, el tema de la cría ex situ, de más ejemplares de lagartijas, para garantizar una diversidad genética que existe ahora mismo en las poblaciones y que se está perdiendo.