El Parque de la Paz, en el centro de Vila, presenta un deterioro creciente que empieza a preocupar a los residentes de la zona. La alarma social se ha encendido tras conocerse el episodio de una mujer duchándose desnuda en la fuente del parque, un hecho que ha evidenciado la situación de abandono que denuncian los vecinos.
Bancos ocupados y botellones
Pepe Pérez, presidente de la asociación de vecinos de Es Clot, asegura que no le sorprende el incidente de la mujer en la fuente: «He llegado de vacaciones estos días y no me he enterado de lo de esa chica que se estaba duchando en la fuente, aunque no me extraña mucho, la verdad».
Según explica, un grupo de individuos —probablemente usuarios del cercano centro social de Sa Bodega— ocupa diariamente los bancos situados bajo los toldos del parque. «Se pasan el día bebiendo cervezas, de botellón, y haciendo todas sus necesidades en el parque sin ningún pudor. Huele a meado y alcohol por todos lados», denuncia.
El presidente vecinal añade que bajo los bancos el suelo suele estar mojado: «Espero que sea porque se les cae la cerveza, que la alternativa me parece demasiado asquerosa». La situación, asegura, ha desplazado a un grupo de personas mayores que solían sentarse allí y que ahora buscan cobijo «al lado del ficus».
Insalubridad
Los vecinos alertan de zonas especialmente degradadas, como el área detrás del escenario del parque: «Se pueden ver hasta excrementos chorreando por la pared», lamenta Pérez. Este mismo jueves, afirma, recorrió el recinto con un responsable de la empresa de limpieza Valoriza para intentar garantizar que las próximas fiestas del barrio se celebren en condiciones. «Por mucho que limpien, se ensucia todavía más rápido. Espero que el concierto siga siendo de Aires Formenterencs y no de otro tipo de aires», comenta con ironía.
Otro problema señalado es la proliferación de palomas, alimentadas por algunos de los grupos que permanecen a diario en el parque. «Se entretienen dándoles pan duro y cada vez se multiplican más y más, dejándolo todo lleno de excrementos. Las gradas están sucias y, si te sientas, te expones a que te caguen encima», denuncia.
Cada vez menos familiar
José María, vecino habitual de la zona, confirma la presencia de la mujer bañándose en la fuente: «Paso por aquí a menudo y varias veces he visto que esta chica se estaba duchando en la fuente».
También señala que es frecuente ver a personas «sin rumbo, con la cerveza en la mano, sin camiseta y un poco perjudicadas». Asegura que el parque ha perdido el atractivo que tenía hace unos años: «Antes daba gusto echarse en el césped, al lado del estanque con los patos. Ahora el estanque está verde y feo y apenas ves algún pato».
El deterioro ha cambiado sus hábitos familiares: «Ya no vengo por aquí con mi hija, donde no huele a porros, huele a alcohol y a meado y, además, está todo muy sucio. Aunque en la parte de arriba (donde está el parque infantil) siguen yendo niños, yo prefiero ir con mi hija a otro sitio».
Con tristeza, concluye: «He visto cómo ha ido evolucionando el parque durante los años y ha sido para ir a peor».
Cesurado y recensuradoSabrias decir, ya q sueltas datos, cuantos de esos inmigrantes trabajan en negro para empresarios afines a la derecha y màs allá? ( q en público bla bla sobre lo malos q son los inmigrantes )