El GOB ha solicitado acceso a toda la documentación relativa al traslado de residuos de Ibiza a Mallorca, que a su parecer es una operación «totalmente insostenible».
En un comunicado este jueves, la organización ha informado de su petición de acceso al expediente completo del traslado de residuos entre ambas islas, confirmado por el Consell de Mallorca, así como a todos los informes técnicos y jurídicos y los acuerdos que sustentan esta decisión.
Para el GOB, esta operación es «totalmente insostenible» ya que traslada el problema de residuos de una isla a otra con el apoyo de 50 millones de euros públicos. La posible importación de residuos a Mallorca, han asegurado, ha encendido alarmas entre entidades ecologistas y vecinales.
En este sentido, han recordado que el pasado 15 de julio el GOB y la Asociación de Vecinos de Son Sardina se reunieron para abordar lo que consideran una «grave amenaza ambiental y vecinal».
Desde la organización han remarcado que Ibiza y Formentera producen anualmente unas 125.000 toneladas de residuos, de las que aproximadamente el 70 por ciento son fracción resto, que se vierte en Ca na Putxa, en Santa Eulària.
El GOB ha argumentado que la incineración en Mallorca «no es una opción» porque supone un retroceso en la jerarquía de residuos establecida por la Unión Europea. A su parecer, trasladar residuos para quemarlos es una solución «a corto plazo, irresponsable e insostenible».
También han expuesto que la incineración genera contaminación atmosférica, cenizas y escorias tóxicas, además de contribuir al cambio climático. En este sentido, los ecologistas han lamentado que Mallorca ya sufre las consecuencias ambientales y sanitarias de tener una de las incineradoras más grandes en relación con la población que atiende.
Según han advertido, el vertedero de cenizas cimentadas tiene vida útil hasta 2034 y si se aumenta la incineración se reduce la vida útil del vertedero, «generando un problema a diez años vista».
Otro de los argumentos del GOB es que esta decisión «perpetúa un modelo fracasado de centralización de la gestión de residuos y la gestión a través de la concesionaria Tirme», en lugar de fomentar la responsabilidad insular y local.
Para la organización, Ibiza tiene que mejorar su propia gestión con un plan director sectorial de residuos y, el Govern, tendría que acomapañar este proceso con apoyo técnico y estratégico y no, han criticado, con soluciones de emergencia que «esconden el polvo bajo la alfombra».
Finalmente, han sostenido que el traslado de residuos es «una contradicción absoluta» con los discursos institucionales sobre sostenibilidad y economía circular.
«El mensaje que transmite a la ciudadanía es que los residuos pueden desaparecer si se trasladan a otra isla, lo que que desincentiva la implicación colectiva en una gestión responsable», han criticado.
Con todo, los ecologistas han considerado «imprescindible» que una operación como esta se gestione con «la máxima transparencia y con la información accesible a la sociedad».
Mallorca terra porca