El incendio declarado este pasado sábado por la noche en un piso propiedad del Ayuntamiento de Eivissa del barrio de sa Penya, en la calle Bon Aire de Ibiza, despertó una gran preocupación entre los residentes de la zona. Este domingo, varios vecinos han compartido su experiencia durante los primeros momentos del fuego, en los que llegaron a temer por la posible presencia de personas en el interior de la vivienda.
Faustino, vecino del barrio desde 1999, recuerda con detalle cómo se desencadenó la alarma. «Al principio empecé a oler mucho a humo y, cuando levantamos la vista vimos las llamaradas y escuchamos el estallido del cristal de las ventanas», explica. La sorpresa inicial dio paso al miedo: «Nos asustamos mucho porque, aunque sabemos que allí no vive nadie, no sabíamos si alguna persona sin hogar se pudiera haber metido», añade.
Los residentes se movilizaron de inmediato. «Todos nos pusimos manos a la obra para apagar el fuego con los policías que llegaron enseguida», relata Faustino. Un vecino facilitó sus herramientas y cortó los barrotes de la puerta para que se pudiera acceder al interior. Con una manguera trataron de sofocar las llamas, aunque el fuego ya se había extendido demasiado. «La manguera no daba abasto, pero algo teníamos que hacer hasta que llegaran los bomberos», afirma. El vecino que colaboró con las herramientas asegura, por su parte, que «solo hicimos lo que había que hacer, colaborar todos para apagar el fuego y ayudar a la Policía, que vino enseguida».
El incendio
Los hechos se produjeron el sábado sobre las 21.00 horas, cuando una taxista alertó a la Policía Local de que una vivienda estaba ardiendo en la calle Bon Aire. Los agentes accedieron al inmueble tras serrar los barrotes de la puerta con la ayuda de los vecinos y realizaron una primera extinción de las llamas, que afectaron a una cama y algunos enseres. A las 21.20 horas llegaron los Bomberos de Ibiza, que continuaron con las labores hasta sofocar el fuego por completo.
Según confirmó el Ayuntamiento de Ibiza, no hubo heridos ni víctimas y los daños materiales están todavía por cuantificar. El inmueble pertenece al Consistorio y había sido reformado recientemente para destinarlo a la Policía Nacional como vivienda para sus agentes.
Las causas del incendio permanecen bajo investigación. Mientras tanto, en sa Penya persiste la inquietud. El recuerdo de las llamas y el temor a que hubiera personas atrapadas han dejado huella en los vecinos, que destacan la rápida respuesta colectiva. «Fue un momento de mucha tensión, pero todos intentamos ayudar», concluye Faustino.