La psiquiatra Carme Bosch (Reus, Tarragona, 1972) es la directora general de Salud Mental desde mayo de 2024. Bosch es licenciada en Medicina y Cirugía, y especialista en Psiquiatría. Este pasado 10 de septiembre se conmemoró el Día Mundial de la Prevención del Suicidio. Una conducta que supone un importante problema social y de salud pública. Al respecto, explica que la prevención y el abordaje del suicidio es uno de los ejes estratégicos de la dirección general de Salud Mental y destaca el refuerzo de psicólogos clínicos en Atención Primaria o en el 061 de Baleares, así como la incorporación de estos profesionales en centros de Secundaria para promover la salud mental y el bienestar emocional en las aulas. También hace un repaso de los diferentes proyectos y actuaciones que se han puesto en marcha – o están en proceso – por parte de este departamento.
—Hace un año y medio que asumió el cargo de directora general de Salud Mental. ¿Podría realizar un balance actual de la atención en salud mental?
—En la dirección general de salud mental no sólo nos ocupamos de las políticas sanitarias, la planificación o las estrategias a nivel asistencial, también realizamos un trabajo mucho más transversal con el resto de consellerias e instituciones para coordinar estas medidas. Se hacen análisis de situación para conocer y recoger todas aquellas necesidades y ver en qué punto se encuentran los diferentes proyectos de actuaciones. Nosotros estamos alineados con el Plan de Acción de Salud Mental del Ministerio de Sanidad, que cuenta con un Comisionado que se encarga de recoger estas necesidades. Desde el Ministerio nos marcan las líneas para ir programando estrategias, acciones, políticas y coordinar servicios.
—A nivel asistencial, ¿qué recursos de salud mental se han destinado a la Atención Primaria – que es la puerta de entrada al sistema de salud – y al 061?
—A nivel asistencial se han puesto en marcha varias acciones en el último año. No sabría decirte el número exacto de profesionales que se han contratado desde que nosotros estamos en la dirección general de Salud Mental, pero sí ha aumentado la plantilla. Efectivamente, una de las primeras acciones que pusimos en marcha fue la contratación de tres psicólogos para el 061. Actualmente tenemos cuatro profesionales. Esta actuación empezó como un plan piloto para ver qué tal funcionaba y, una vez evaluado, observamos que era un programa con muy buenos resultados. Se estructuró este refuerzo dentro de la plantilla del 061, ofreciendo cobertura a nivel autonómico.
—¿Y en Atención Primaria?
—Por su parte, en Atención Primaria, además de seguir con formaciones en salud mental, continuamos mejorando los circuitos de comunicación y sus derivaciones. También se puso en marcha el programa PsicoAP en Atención Primaria para mejorar la atención psicológica adaptada a cada caso. Esta iniciativa, que nosotros heredamos, estaba proyectada para que sólo se utilizara en Mallorca porque fue una iniciativa de la Gerencia de Atención Primaria de Mallorca. Ahora, desde la dirección general de Salud Mental estamos trabajando para que se extienda a toda la comunidad autónoma. Lo que implica llevar a cabo un proyecto a un nivel más macro con una visión más estratégica, que supone la elaboración de un nuevo modelo funcional. Tenemos que replantearnos el modelo de atención porque, a lo largo de los años, el perfil y la demanda de atención en salud mental ha cambiado y aumentado. Por lo tanto, nuestra apuesta se centra en reforzar la Atención Primaria con la incorporación de más psicólogos a estos equipos y al programa PsicoAP.
—¿Cuándo se extenderá este programa a las Pitiusas?
—Nuestra idea es ampliarlo a las Pitiusas y también a Menorca porque la atención tiene que ser equitativa. Es importante crear equipos profesionales que ofrezcan atención en salud mental de forma más escalonada con el objetivo de priorizar y ordenar la demanda en base a la gravedad clínica. Es una de las actuaciones más relevantes que vamos a llevar a cabo desde la dirección general y tenemos previsto que sea cuanto antes. Nuestra idea es empezar a publicar convocatorias a partir del mes de octubre para poder completar plantillas. Es una actuación que está en la rampa de salida.
—Ha hablado del cambio en la demanda de atención en salud mental en los últimos años y también sobre la evolución de los perfiles de paciente. Actualmente, ¿cuáles son los trastornos mentales más frecuentes dependiendo de la edad de los usuarios?
—Actualmente, entre los más jóvenes, han aumentado mucho los problemas de ansiedad y depresión; son los trastornos que más vemos en cualquier franja de edad porque es bastante común. Es verdad que también han aumentado mucho las manifestaciones de malestar a través de las autolesiones. Estamos trabajando en ello; tenemos un protocolo con Convivèxit y Educación destinado a los centros. Nos coordinamos con los psicólogos de estos espacios con el objetivo de lograr una detección más precoz en salud mental. El protocolo que teníamos antes contemplaba más la parte de ideación suicida, pero ahora estamos diferenciando también las conductas más autolesivas como manifestación de un malestar. Hemos hecho una revisión del protocolo y lo estamos ajustando para poder ofrecer una atención más perfilada a cada demanda. Junto a estos psicólogos también hacemos seguimiento para realizar una prevención si vemos algún caso en salud mental que esté despuntando o realizamos una derivación más rápida en casos graves. Con el Plan Integral de Adicciones también hacemos énfasis en los jóvenes para sensibilizarlos sobre estas problemáticas.
—También han aumentado los problemas de salud mental en los adultos. ¿Qué trastornos son los más frecuentes?
—Respecto a la población más adulta siempre predominan los trastornos de ansiedad y depresión. En el caso de los más mayores, que muchas veces son los grandes olvidados, también estamos viendo que las causas de demanda están centradas en la ansiedad y la depresión; muchas veces motivada por la soledad no deseada. Aunque este sentimiento se extiende mucho entre los jóvenes. No es sólo una cuestión que afecta a la población de la tercera edad, ya que estamos detectando que el malestar de muchos adolescentes está relacionado, precisamente, con esa sensación de soledad. En la conferencia que estuvo dando la psiquiatra infantojuvenil María Velasco sobre el abordaje de la ideación suicida se abordó la importancia que tiene para los jóvenes poder tener referentes en la vida.
—La dirección general ha puesto en marcha diferentes proyectos de prevención del suicidio destinados a estos colectivos, especialmente enfocados en la salud mental de las personas mayores.
—Efectivamente. Creemos que todos los programas de sensibilización y promoción tienen que ir dirigidos a la población en general, pero luego hay colectivos más vulnerables, como, por ejemplo, los jóvenes, que no disponen totalmente de las herramientas al no haberse desarrollado todavía su personalidad, o las personas mayores. Con respecto a los adolescentes, es importante incidir porque todo lo que se haga a nivel de prevención repercutirá el día de mañana. Para el segundo colectivo nos centramos más en cuestiones sociales al ser personas que pueden necesitar más atención. Al respecto, desde la dirección general vamos a destinar una serie de proyectos enfocados a este rango de población que, no sólo tiene que ver con la sensibilización, promoción y educación, sino que tenemos previsto poner en marcha sesiones y talleres de autogestión y prevención para que puedan gestionar sus emociones y todas esas situaciones de soledad.
—Es preocupantes el aumento de jóvenes con trastornos mentales. Sin ir más lejos, en el comunicado que envió su departamento, con motivo del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, se publicaron cifras muy altas con 463 tentativas de suicidio en jóvenes de entre 11 y 20 años.
—Estos datos no se refiere a tentativas de suicidio; a veces son manifestaciones o ideas suicidas. Las ideaciones suicidas luego se disminuyen en número, pero sí que es verdad que hay muchísima demanda, sobre todo entre el colectivo de personas jóvenes. Ha aumentado mucho después de la pandemia, aunque empezamos a tener una curva de descenso. Sin embargo, continuamos con muchas urgencias y la demanda de servicios. Somos conscientes de que tenemos que hacer mucho trabajo, sobre todo a nivel de prevención, educación y sensibilización para que no tengamos ni que detectar el problema. En el caso de detectarlo, es esencial hacer una intervención precoz para que el problema no desemboque en un caso más grave. Para ello, pondremos en marcha medidas para mejorar la salud mental a través de la UIB, que nos ayudará a extender actuaciones a jóvenes más vulnerables. También tenemos previsto realizar una atención terapéutica específica en situaciones de especial sufrimiento. Se trata de personas con enfermedades crónicas o que han padecido la muerte de algún familiar. También volveremos a poner en marcha este año la atención a los grupos de ayuda mutua y al entorno afectado tras producirse un caso de suicidio.
—Usted señaló que el modelo actual de atención a la salud mental se ha quedado desfasado porque el último modelo de ordenación de los recursos consta en un decreto balear de 2002.
—El actual decreto de ordenación de la salud mental en Baleares se publicó en el BOIB en 2002. Desde entonces hemos vivido muchos cambios en la demanda y en relación al perfil del paciente debido al contexto sociopolítico y socioeconómico. También se han registrado una serie de cambios con respecto a la ordenación sanitaria porque se han creado nuevos dispositivos, como, por ejemplo, la dirección general de Salud Mental, que antes no existía. Es un buen momento para replantear esta ordenación de los recursos, especialmente a nivel asistencial de salud mental. Y, aprovechando esta situación, también es esencial reordenar el modelo funcional y ver de qué manera podemos mejorar circuitos y protocolos para poder coordinarnos mejor con el resto de las consellerias implicadas. Estamos trabajando en esta nueva ordenación. Un nuevo modelo que podremos presentar a finales de octubre o noviembre. Luego empezaremos con los grupos de trabajo más técnicos para poder definir bien estos circuitos y protocolos más eficientes.
—También se estaba ultimando el Plan Estratégico para el Bienestar Emocional y la Salud Mental de Baleares. ¿En qué situación se encuentra?
—Sí. Estamos en la fase final porque cuando recibimos el borrador del plan todavía teníamos que acabar de añadir algunas actuaciones que ya se habían puesto en marcha, pero que aún no estaban contempladas. Tenemos previsto hacer una presentación institucional en octubre y luego realizar esta presentación a la población.
—Otro de los objetivos de la dirección general de Salud Mental es lograr el traspaso de las unidades de conductas adictivas, que ahora mismo son competencia de los consells.
—Este traspaso no es nada fácil, pero es uno de los objetivos que nos planteamos, aunque no a corto plazo. Desde Salud Mental tenemos muy claro que las adicciones tienen que estar atendidas por parte de los equipos especializados en Salud Mental. Antes, no estaba bien definido qué entidad tenía que asumir la atención de adicciones y, finalmente, fueron los consells los encargados de hacerlo. No obstante, estamos empezando a traspasar estas unidades. Por ejemplo, el psiquiatra y las enfermeras de la Unidad de Conductas Adictivas de Menorca son de Salud Mental. El traspaso se tiene que hacer poco a poco porque es más complejo de lo que parece, pero la idea es que la atención de las adicciones sea un programa que esté dentro de las prestaciones que ofrece Salud Mental.
—Antes ha destacado el refuerzo de Atención Primaria con psicólogos clínicos en los centros de salud y la necesidad que ampliar plantillas. Actualmente la ratio en Baleares es de 5,8 psicólogos por cada 100.000 habitantes. ¿Qué ratio de personal se busca conseguir con estas incorporaciones?
—A nivel global, la Organización Mundial de la Salud recomienda una ratio mucho más alta. La media en España está muy lejos de lo que pide la OMS, que son unos 16 psicólogos por cada 100.000 habitantes. Si pudiéramos aumentar la plantilla, iría mejor en Baleares con la demanda que tenemos. El objetivo es seguir reforzando la plantilla de psicólogos, sobre todo en Atención Primaria para evitar que pacientes lleguen a situaciones en las que necesitan ser medicados. Estamos trabajando en ello para poder revertir la situación.
—Podría profundizar en la importancia de los diferentes circuitos asistenciales de la demanda por problemas mentales.
—Los circuitos están más o menos bien definidos tal como está planteado actualmente el modelo funcional. En este sentido, el médico de cabecera si observa que el paciente está mal lo deriva a Urgencias y desde este servicio se decide si hay ingreso, lo que supondría estar dentro del circuito hospitalario. Por otro lado, el paciente puede llegar también directamente por las Urgencias. Se generan muchas listas de espera porque tenemos pocas vías de entrada para acceder al circuito de atención especializada. Es importante desde el primer momento priorizar la demanda y ofrecer distintos grados de atención en base a la gravedad, como, por ejemplo, con psicólogos en los circuitos de Atención Primaria porque desde este servicio se pueden resolver muchas situaciones que no requieren de Urgencias ni atención especializada. Estamos trabajando en ello con el objetivo de escalonar la atención para que no lleguen todos los casos a estos dos últimos servicios.
—¿Es posible conocer los datos de las listas de espera en Salud Mental en las Pitiusas?
—Respecto a las listas de espera tenemos datos muy genéricos y variables dependiendo de los recursos porque hay servicios más costosos a la hora de cubrir todas las plazas. En Ibiza, evidentemente, faltan en proporción más recursos que en otros lugares porque nos cuesta mucho encontrar a profesionales que quieran desplazarse a la isla. Hay servicios psicológicos que requieren las visitas de los pacientes cada dos o tres meses, pero también hay otros sectores que, debido a la falta de profesionales, han visto afectadas las listas de espera. Esta situación se tiene que valorar porque nosotros, aunque tengamos incentivos económicos y la voluntad de querer contratar a más profesionales, si no hay psicólogos disponibles no podemos dar respuesta a todas las demandas. En definitiva, nuestro objetivo es ver de qué manera el modelo funcional puede dar respuesta desde niveles más bajos.
bla, bla, bla ....el trabajo poco a poco, .....los traspasos poco a poco, .......todo es muy complicado.... "no podemos dar respuesta a todas las demandas. .......En definitiva, nuestro objetivo es ver de qué manera el modelo funcional puede dar respuesta desde niveles más bajos" Pues si su objetivo es dar respuesta a niveles más bajos, espero que su sueldo también esté equiparado con un nivel más bajo, o cobre usted también, como está haciendo el trabajo: poco a poco y primero un poco el otro poco, cuando realice el trabajo Si no es capaz de encontrar profesionales, no está usted haciendo su trabajo, y si todo le resulta tan complicado.....pues dedíquese a otra cosa "No sabría decirte el número exacto de profesionales que se han contratado"...... señora un dato tan sencillo, no lo tiene preparado? "un plan piloto para ver qué tal funcionaba" otro??..................y cuando los implantarán, cuando acaben la legislatura? y si resulta que no funciona, o los resultados no son los esperados ?.....dos años más para "más planes pilotos". En serio? Si este Gobierno pretendía que creyéramos que le preocupaba la salud mental y su compromiso con los ciudadanos ha pretendido ser la creación de esta Dirección General de Salud Mental, vista la labor realizada.... es para pensárselo.