Antònia Maria Cirer Costa es una acérrima defensora de la Podarcis pityusensis, la lagartija endémica de las Pitiusas. Desde la publicación de su tesis doctoral acerca de esta especie, la catedrática de biología no ha cesado en sus intentos de proteger a esta especie que, según sus propias palabras, representa la piedra angular del ecosistema de las islas.
En esta carta, dirigida a la presidenta del Govern, Marga Prohens, la bióloga hace un repaso a las actuaciones por parte de las instituciones para frenar la invasión de serpientes y proteger a la lagartija pitiusa.
«Como es ampliamente conocido, desde 2003 han aparecido en la isla de Ibiza y, recientemente, en algunos islotes pitiusos diversas especies de serpientes invasoras», comienza la misiva. «Esta irrupción está distorsionando de manera considerable los ecosistemas terrestres, ya que provoca la desaparición de la lagartija de las Pitiusas, especie endémica y con una función ecológica fundamental para mantener el equilibrio del medio ambiente de nuestras islas».
En el párrafo siguiente, Antònia Maria Cirer reconoce el esfuerzo económico que se está haciendo en este sentido desde la conselleria de Medio Ambiente, «pero a veces el dinero no es la clave del éxito si las actuaciones están mal dirigidas», apunta en la misiva. «Y eso es precisamente lo que está pasando en las Pitiusas: hay un error de foco y diagnóstico desde su origen, además de una falta de control de las tareas que se hacen desde la misma isla de Ibiza, cosa que dificulta la solución».
No es la primera vez que la catedrática en Biología denuncia esta situación, que califica de «insostenible». En la carta hace un repaso a las actuaciones por parte de esta conselleria. «En un principio se evaluó erróneamente el impacto que provocaban las serpientes invasoras, a pesar de los informes de la Asociación Herpetológica Española que recomendaba trabajar para la erradicación de las serpientes cuanto antes mejor», recuerda Antònia. «En vez de eso, desde la conselleria se favorecieron algunos diagnósticos optimistas y dilatantes, pero poco reales, como los pronósticos del doctor Valentín Pérez-Mellado que apostaban por una posible adaptación de la lagartija a la convivencia con las serpientes, alegando supuestas adaptaciones antidepredadoras», lo que ha calificado de «poco realista», ya que dichas adaptaciones antidepredadoras, como puede ser por ejemplo la capacidad adquirida de las lagartijas de esconderse de las serpientes, ya que «la evolución trabaja con tiempos mucho más largos que los contemplados en esta hipótesis».
Detalla también otros pronósticos poco realistas que la conselleria tomó por buenos en su momento, como por ejemplo que Joan Mayol «pronosticara que se alcanzaría un nuevo equilibrio ecológico en el cual convivirían las nuevas especies introducidas y las lagartijas autóctonas», hecho que no se ha producido hasta ahora.
Califica de «irreales» los conteos de densidades de poblaciones de lagartijas realizados por el equipo de la Universidad de Salamanca, que en 2019 aventuraban que «no había bajadas significativas en las densidades de las poblaciones de lagartijas estudiadas». Lo achaca al hecho de que dichos estudios solamente incluían poblaciones de lagartijas de la zona de poniente de las Pitiusas, donde en 2019 todavía no habían llegado las serpientes. «En las zonas del este de Ibiza indicaban que no había lagartijas, pero que tampoco había antes». Según la bióloga, en el momento del estudio las lagartijas de la zona de San Carlos ya se habían extinguido. «En 2022 este equipo llegó a negar el riesgo de extinción de la Podarcis Pityusensis», denuncia en la misiva.
Según la bióloga, el problema se exacerba a partir de estos informes iniciales. Basados en dichos informes, «los sucesivos departamentos del Govern que gestionan el medio ambiente han apostado por ejecutar tareas de 'control de plagas', en lugar de promover un plan estratégico de erradicación de especies invasoras», hecho que, según ella, ha contribuido a la cronificación del problema y, en última instancia, condena irremediablemente a la lagartija pitiusa a su extinción.
«Después de quince años perdidos esperando la llegada del nuevo equilibrio [...], cada año aumentan las capturas de serpientes y aumenta el territorio afectado, lo que constata que la estrategia de control de plagas es una actuación fallida que engulle toda la inversión económica y humana sin obtener resultados que beneficien al ecosistema o a la fauna endémica», sentencia la bióloga en su carta a la presidenta del Govern. «Al contrario, donde antes había lagartijas ahora hay serpientes y en ningún lugar se ha observado la convivencia de las dos especies».
En su carta arremete contra los responsables del Consorcio de Recuperación de Fauna de las Islas Baleares, cuyo responsable en Ibiza, Víctor Colomar, fue recientemente protagonista de una polémica en relación a una publicación en sus redes sociales en las que cargaba contra «los tarados del dios gato» y alardeaba de su capacidad «para construir trampas para muchos tipos de animales», en referencia a los felinos. «Para cuando tuvierais la sospecha de que faltaban animales por vuestra zona, llegaríais tarde», escribió en la publicación. El post llegaba días después de que diversas entidades ecologistas iniciaran una recogida de firmas en change.org para exigir su cese. Colomar llegó a decir el pasado mes de febrero en una jornada técnica celebrada en la mayor de las Pitiusas afirmó que «la ‘sargantana’ pitiusa no se está extinguiendo», entre otras afirmaciones alarmantes.
Para Antónia Maria, estas afirmaciones no son más que «excusas para tapar la ignorancia del problema y la inoperancia de las actuaciones y para poder ocultar que no se buscan las causas reales de lo que pasa en el campo». Recuerda en su misiva que la lagartija pitiusa «es actualmente una especie en peligro de extinción y nunca se ha implementado un Plan de Conservación para la especie».
Para finalizar, la bióloga deja una frase lapidaria: «probablemente, estamos en el último decenio en que todavía podremos observar a la lagartija pitiusa en su hábitat natural» y deja una línea de acción para evitar este escenario funesto, que incluye la creación de refugios de cría in situ y ex situ, la redacción de un Plan Estratégico de actuación que incluya en consenso a todas las administraciones responsables y ciudadanos voluntarios involucrados en esta causa, la coordinación de los esfuerzos de todos los actores que se dedican a cazar serpientes y la exploración de otros mecanismos de erradicación como pueden ser las trampas con feromonas o el adiestramiento de perros para cazar las serpientes cuando abandonan su nido, entre otras.
«Le pido, señora presidenta, tenga a bien estudiar estas propuestas con tal de mejorar la situación e intentar hacer un esfuerzo para evitar la extinción de la población de lagartijas de la isla de Ibiza», se despide la bióloga en la misiva.
se nos cuela de todo, desde los tordos estos negros, que parece los incorporaron ciertos politicos, que se ve habian confirmado con tecnicos que seria bueno para combatir otras plagas, despues resulto que ellos mismos fueron una plaga (lo de que confirmaron con tecnicos es evidentemente m entira) despues las serpientes que cuando nos enteramos que serian peligrosas , teniamos la isla bien llena otra las torcaces, que no se si son importadas o no pero lo que si es cierto que si no se eliminan los payeses van a vendernos los tomates , el aceite o las lechugas a precio del kilate de oro, si solo pueden recoger el 10% de lo que siembran el 90 restante se lo come estos pajaros .pues calculen, no es dificil