La historia comenzó con una serie de sospechas por parte de la propiedad sobre la actividad de su inquilino en una finca de Ibiza. Lo que debía ser un uso estrictamente residencial empezó a convertirse, según su testimonio, en un espacio de tránsito de vehículos, acumulación de chatarra y conflictos diarios relacionados con la electricidad y la convivencia.
Para despejar dudas, la propiedad recurrió a una investigación privada a la que ha tenido acceso Periódico de Ibiza y Formentera. El resultado fue un informe exhaustivo que documentó durante varios días lo que ocurría realmente en la vivienda y en su entorno inmediato.
El documento reveló que el inquilino, que figuraba como pensionista, ejercía en realidad labores de mecánica. Fue observado diagnosticando averías, aceptando encargos y coordinando la entrada y salida de coches. En el terreno se contabilizaron al menos cinco vehículos estacionados, además de una caravana, motocicletas y bicicletas. Algunos de esos automóviles carecían de seguro o de la inspección técnica en vigor, lo que representa un riesgo para la seguridad vial.
La finca mostraba además un aspecto propio de un taller improvisado: herramientas esparcidas, piezas acumuladas, vehículos tapados con lonas y materiales asociados a un desguace. Todo ello en un espacio arrendado únicamente para uso residencial.
Cámaras y vigilancia
Otro de los hallazgos más delicados fue la detección de cámaras de vigilancia instaladas sin permiso en el exterior de la vivienda. Estos dispositivos, según el informe, no solo grababan el acceso a la finca sino que también podían captar imágenes de la zona de uso exclusivo de la propiedad.
La situación generó una sensación de vigilancia constante hasta el punto de que en uno de los episodios relatados, el inquilino fue sorprendido encaramado a una escalera cerca del tejado, desde donde observaba a la vivienda vecina. El incidente obligó a la intervención de la Guardia Civil.
Cortes de luz y tensiones
La investigación también recogió la manipulación reiterada del cuadro eléctrico, situado en la vivienda del inquilino. Estas acciones provocaban cortes de suministro que afectaban directamente a la propiedad, impidiendo tareas básicas como poner una lavadora o mantener la refrigeración.
Los apagones, coincidiendo con la salida del inquilino o de sus acompañantes, se convirtieron en un motivo de conflicto constante y fueron señalados en la denuncia posterior.
Animales en condiciones insalubres
En el cercado de la finca se encontraron varios perros en condiciones que el informe califica de deplorables. Confinados entre palés, rodeados de basura y sin comida aparente, los animales recurrían a alimentarse de los restos del entorno.
Además, se constató el uso de contrapesos que limitaban sus movimientos, una situación que contraviene la normativa de bienestar animal y que ha sido incorporada a las diligencias judiciales.
Ocupación no autorizada
El contrato de arrendamiento recogía únicamente al inquilino como residente, pero la investigación constató la presencia continuada de al menos tres personas más, además de quienes dormían en una caravana estacionada en suelo rústico. La acumulación de coches, piezas y residuos supondría también un riesgo medioambiental, al tratarse de actividades de reparación y desguace realizadas sin autorización y en un entorno no preparado para ello.
Con todas estas pruebas, la propiedad de la finca y de la vivienda interpuso una denuncia formal. A raíz de ella, las autoridades intervinieron en la finca y procedieron al desmantelamiento del taller clandestino. En el lugar se localizaron varios vehículos en situación irregular, además de herramientas y materiales propios de la actividad mecánica encubierta.
El asunto se encuentra ahora en los juzgados de Ibiza, donde se dirimen posibles responsabilidades por incumplimiento contractual, daños medioambientales, maltrato animal, instalación ilegal de sistemas de vigilancia y realización de una actividad económica no declarada.
Encrucijada de tramas
La investigación privada no solo documentó irregularidades en la finca, sino que apuntó conexiones con otros episodios recientes en la isla.
El inquilino mantiene relación laboral estrecha con la persona señalada por este medio por su implicación en la compraventa clandestina de citas para la ITV, un escándalo que ha provocado un intenso debate político y social en Ibiza.
Además, en el mismo taller clandestino fueron localizados algunos vehículos vinculados a la red de robo desarticulada por la Guardia Civil en 2024 en la Operación Yellow Crane, en la que estaban implicados gruístas y un taller de la isla. Según fuentes cercana, algunos de esos gruístas llegaron incluso a pernoctar en la vivienda investigada.
El caso ha pasado de ser un conflicto privado entre arrendador e inquilino a convertirse en un asunto de interés público. Lo ocurrido en la finca conecta problemas diversos: la proliferación de talleres ilegales, la inseguridad generada por redes de robo de vehículos, el maltrato animal y el riesgo medioambiental en suelo rústico.
Es gente muy trabajadora necesitan comer también.